Pokémon, El inicio de una aventura (Completa)

21- El desafío de isla Inta

Cuando faltaban veinte minutos para las ocho, Ichi abandonó la cama y se preparó mientras las otras aún dormían, bajando al centro pokemon y viendo a su grupo ya embarcando al ferry para ir a la siguiente isla.

Se sintió un tanto sola, pero se calmó al pensar que solo eran quince minutos, todos los entrenadores iban en silencio, parecían almas que iban a su muerte, algunos hacían planes de como hacer el desafio lo más rápido posible, otros parecían confiados y otros parecían asustados, sobretodo los más jóvenes que incluso debían ser más jóvenes que Aiko.

Blastoise salió de su pokeball y se relajó nadando al lado del barco, estar dentro de la pokeball le tenía demasiado cerca de la tensión de Ichi y aquello le tensaba a él, y no era bueno tener un Blastoise tenso.

A los quince minutos el barco atracaba en el puerto y los entrenadores bajaban como si hubieran llegado al matadero, Maximo, Lorelei y la enfermera Choi les estaban esperando delante de la entrada de la cueva.

La isla era pequeña y estaba ocupada por una pequeña montaña que en su interior ocultaba la cueva perdida.

-Muy bien, escuchadme todos.- La voz de Maximo se alzo por encima de las voces de los entrenadores, haciendo que se callasen y lo mirasen con nerviosismo.- Para empezar, enhorabuena por haber llegado hasta aquí, habeís pasado la primera fase, pero lamentándolo mucho diez personas de este grupo regresaran a isla quarta y otras quince irán a isla Inta, las personas que irán a isla Inta son aquellas que dentro del plazo de cuarenta minutos saldrán de la cueva con una de las pokeball en su mano, será fácilmente identificables porque son de este estilo.

Levantó una mano con una pokeball de color verde y dorada que no se comercializaba.

-Para la salida, no hay normas.- Dijo Lorelei.-Podeís usar los pokemon, cuerdas, lo que queraís. ¿Alguna pregunta?

Todo el mundo se quedó en silencio y Aiko respiró tranquila al saber que podría usar la cuerda en el mismo momento que encontrase la pokeball.

-Muy bien, como podeís ver la entrada es pequeña y no podeís entrar de golpe, así que os llamaré por el nombre, empezando por los que tardaron menos en resolver la primera prueba, y entrareís en grupo de cinco personas con un plazo de un minuto, así que, Stela, Kan, Axel, Isaac y Alec. Sois los primeros.

Ichi resopló, había sido de las que había tardado más en salir, por lo que lo veía complicado de poder conseguir una pokeball, y relamente fue así, porque salió en el cuarto grupo con tres minutos de desventaja.

Al cruzar la entrada, aparecías en una sala pequeña con tres puertas más, cruzó una apareciendo en una exactamente igual dónde había dos entrenadores buscando, paso tras ellos y cruzó otra puerta apareciendo en una sala con mucha niebla y dónde le pareció ver algo que brillaba, se acercó y al tomar la pokeball otra mano se cerró entorno a ella e Ichi levantó la mirada encontrándose con un chico de ojos castaños y decidido.

-Te reto.- Dijo el chico.

-De acuerdo.- Ambos se levantaron dejando la pokeball al medio, pero cuando Ichi iba a sacar a Blastoise el chico tomó la pokeball y salió de la sala.- OYE.

Ichi corrió tras él pero apareció en una sala distinta a la del chico, por lo que suspiró y siguió pasando de una sala a la otra, posiblemente ya no quedaban pokeballs por recorger y lo que tenía que hacer era encontrar algun entrenador que la tuviera para retarlo y quedársela.

Un timbre sonó y la voz de Maximo sonó.

-Ya han salido dos pokeballs.

-Quedan trece.- Susurró Ichi esperanzada y siguió yendo de una sala a la otra con desesperación, algunas tenían nieblas y otras no, en algunas ocasiones llegó a la primera sala, fácilmente reconocible porque Lorelei esperaba al lado de la salida, al final, cuando ya habían pasado viente minutos y ocho pokeballs ya habían aparecido, Ichi consiguió encontrarse con una entrenadora que intentaba escapar de otros dos entrenadores con la pokeball en la mano.