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Love u

Ave admiro su departamento tratando de encontrar el más mínimo error que los delatara pero no había, o al menos eso creía la chica.

—Ave, necesito de ti —dijo Shawn tomando del brazo de la rubia, quien por instinto propio lo alejó rápidamente.

Tenía miedo, muchísimo miedo y todos sus sentidos le alerta se habían activado. El mundo era muy cruel y la desgracia había llegado a ella, lo último que quería era a un chico fuera de la cordura con serios problemas de ira, pero no había vuelta atrás, si Shawn había sido capaz de matar al señor del traje de qué más sería. Su cuerpo se estremeció de tan solo pensarlo, Shawn era una amenaza y ya no sabía cómo tratar con ese tipo de amenazas, era demasiado, simplemente demasiado.

—Cariño, no tengas miedo —trató de acercarse a ella nuevamente pero falló—. Nunca te haría daño.

Tiempo atrás

—Tus ojos, quiero tus ojos —dijo Shawn con una mano en el rostro de la chica.

—Son tuyos, todo lo que quieras es tuyo —respondió Ave besando su mano.

—Te quiero a ti.

Ave solo sonrió y admiró de la belleza de Shawn, volvió su vista a las estrellas y se tapó más con la cobija que el chico había sacado para ambos.

—Te amo —dijo Shawn viendo a Ave.

Shawn esperó unos segundos su respuesta. El no solía decir te amo a cualquier cosa, raramente se lo decía a su madre pero el consideraba que Ave lo valía más, a pesar de todas las "estupideces" que cometía la chica o de tantas ocasiones que lo había hecho celar, Shawn la quería, y se aferraba a ella, lo suficiente para enojarse al no recibir una respuesta mutua.

Para él, si decía te amo, Ave debía contestar de la misma manera, porque Ave lo amaba, porque eran la pareja perfecta, porque sin él la chica no sería nadie, porque sin él Ave sería otra chica del montón.

Porque ambos necesitaban de amor, más no sabían lo que era.

—Ave, te amo —repitió Shawn con la mandíbula apretada.

La rubia solo volteó a verlo y le sonrió.

—¿A caso tú me amas, Ave? —preguntó Shawn colocando una de sus manos en la pierna de la chica apretándola ligeramente sí impidiendo su huida.

Ella sintió el frío contacto con su piel y se lamentó. Quería salir de ahí, quería sólo pararse de la banca y marcharse de aquella cabaña, más no podía.

—Creo que deberíamos entrar, está haciendo mucho frío —besó sus labios y logró pararse de ahí.

—¿Por qué no solo dices que me amas? —preguntó Shawn enojado y parándose de la misma manera.

—Por favor, Shawn, no comiences con tus cosas.

—Solo dilo, Ave, vamos, te escucho.

—Es que —suspiró pesadamente—. Shawn, creo que deberíamos hablar de esto, pero antes necesito que te calmes, ¿si? Solo por un segundo —pidió amablemente Ave.

—Mierda, lo sabía, lo sabía, lo sabía, lo sabía —murmuraba Shawn caminando de un lado al otro.— ¿Con quien te acostaste, eh?

Ave por su parte se sorprendió de sus acusaciones, la chica nunca lo había engañado más no quería seguir con el, por fin había entendido lo tóxico que era el chico en su vida pero había sido demasiado tarde.

—De seguro te tomó segundos en hacerlo —dijo con odio el castaño.

—Sabes que no es así.

—Eres una cualquiera —escupió Shawn con odio.

—Basta.

—¿A quien le rogaste para que lo hiciera?

—¡Basta! —gritó Ave enojada y triste por el trato que estaba recibiendo, no era la primera vez que le decía cosas así, pero aquella vez se sentía diferente.

—Todos tenían razón, eres una zorra.

—¡No tienes derecho de hablarme así! —exclamó Ave soltándole una cachetada a Shawn.

Esa noche, aquella bella noche había sido el inicio de todo, solo unos meses de relación, solo cuatro o cinco, solo unos meses de conocerse, ocho o nueve, más era la primera vez que su relación llevaba violencia, no solo verbal, roce con roce.

Era la primera vez que Ave había golpeado a Shawn, era la primera vez que Shawn había golpeado a Ave.

La rubia se cayó ante tan tremendo golpe que había recibido. Entró en un estado de shock y permaneció en el suelo meditando lo sucedido.

—No juegues conmigo, Ave, no me tientes —amenazo el castaño.

Sin embargo, al ver a su rubia tirada en el suelo, se acercó de inmediato para verificar que estuviera bien, pues seguía siendo el amor de su vida, solo necesita de correcciones, sabía que nadie era perfecto, solo él, en todo caso.

—Oh, Dios mío, ¿qué clase de persona eres? —murmuró Ave aún en su estado de shock para luego comenzar a llorar.

—Cariño, lo lamento, como lo siento, por favor no llores, no fue nada, prometo que no volverá a pasar, solo dime que me amas.

Shawn miró a la chica y por fin tomó de su mano, la llevó lentamente al baño donde la recostó en la vieja bañera del lugar.

Pronto la desvistió lentamente sin ninguna doble intención. Abrió de la llave y dejó que se llenara hasta cubrir el cuerpo de Ave quien se encontraba con sus piernas junto a su pecho en un estado de trance. Las manchas de sangre hacían contraste con su pálida piel y los moretones adornaban su cuerpo.

Shawn la observaba detenidamente, cada parte, cada centímetro, cada rincón, temía que lograra ver su alma.

Comenzó a pasar un trapo sobre ella y con mucho cuidado fue limpiándola sin detenimientos o reproches por parte de la chica.

—¿Lo hizo? —preguntó Shawn haciendo referencia al señor Barone.

—Estuvo tan cerca —murmuró en susurro Ave.

—No te preocupes, no te hará daño de nuevo —dijo el castaño en el oído de la chica.

—Nos iremos al infierno.

—Solo si es de tu mano.

¡Oh, amor! ;Shawn Mendes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora