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Aquella mañana Ave escuchó a Katherine y Will entrar por la puerta, fue fácil deducir su estado gracias a los tropezones que daban casa segundo, sus risas jugaban el uno con el otro y anunciaban su llegada. La chica atrajo la delgada sabana hacia ella y guardó silencio.
—¡Ave, ven a ver esto!, el señor Barone nos ha regalado una pintura, ha dicho que es muy costosa —la voz de su madre se acercaba más a la puerta.
Al no ver el seguro en ella se apresuró a ponerlo. Escuchó el batallar de madre y pronto las voces fueron disminuyendo, o al menos en la cabeza de la chica.
Soltó un quejido de dolor y supo ahí que no había recogido todos los vidrios de su frasco, tomó aquel pequeño pedazo de la planta de su pie y lo puso sobre uno de sus muebles. En su mano se notó el líquido carmesí y ahí fue cuando cayó en cuenta.
Había matado a un hombre.
Un hombre había muerto en su habitación, a centímetros de ella, sin contar que el cuerpo se encontraba debajo de su edificio, no solo uno, sino dos. Había dado su vida por jodida, estaba muy jodida.
Pero no había caído sola, Shawn la acompañaba, aún si saber si era para bien o para mal. Le tenía miedo, eso estaba por seguro, fue el quien lo hizo, y no dudaría en hacerlo lo mismo a ella, o al menos eso era lo que pensaba. No había forma en la que lograra salir de eso, iría al infierno.
El castaño entró a su hogar y seguido cerró la gran puerta detrás de él. Pudo escuchar unas voces desde la sala de estar pero las ignoró y comenzó a subir algunos escalones.
—¿Dónde habías estado, malagradecido? Llevo horas marcándote y enviándote mensajes, que nos ves qué solo soy una madre preocupada por su hijo —dijo la señora Mendes, cambiando de un tono de voz rudo a uno más preocupado, más fingido.
—Lo tenía apagado.
—Oh, no, a mi no me trates por estupida, ¿estabas con la...
—No te atrevas a insultarla, no estoy de humor para tus sermones —interrumpió Shawn a su madre causando sorpresa en ella, su tono era rudo y molesto.
—¿Y tú crees que yo estoy de humor para tus arranques de niño chiquito? Ya no eres un adolescente, Shawn.
—Por lo mismo no debo de rendirte cuentas, perdiste tu derecho sobre mis desde que cumplí dieciocho, tu misma lo has dicho, ya no soy un adolescente.
—¡Pues mientras sigas viviendo bajo mi techo harás lo que yo te diga! —gritó su madre la ver que Shawn se había alejado, más solo logró aumentar su enojo.
El castaño retrocedió unos cuantos escalones y se aproximó cara a cara. Sus fríos ojos observaron los de su madre y su mandíbula se endureció.
—Está no es tu casa, madre, tú solo eres otra invitada más como yo, así que baja tu maldito tono —dijo Shawn empujando a la señora Mendes con el pecho.
La altura del chico no hizo más que intimidar a su propia madre y por poco tropieza en unos de los escalones, por suerte no habían subido los suficientes para causar un accidente.
—¿Qué le has hecho a mi niño? —murmuró entre sollozos.
—Nunca hubo un niño, madre.
El chico subió a su habitación y se sacó con los pantalones manchados, estos eran negros y ocultaban la sangre que había sido salpicada. De igual manera se sacó el resto de su ropa y tomó una ducha, entre el agua, recordó el llevarse el auto del señor Barone y quemar su camisa y la ropa de Ave junto con el, entre otros recuerdos a su mente vino la imagen de él en el piso, sangre cubriéndolo y la mirada perdida, una alma perdida.
Pero siendo la cruda verdad, en el fondo admitió el gusto que sintió, la adrenalina e ira que salió era incomparable, dudó si lo volvería a hacer. La respuesta era obvia.
—Señor, Barone, el desayuno está servido —anunció una de las muchachas que trabajaban en el gran imperio del hombre del traje. Sus golpes en la puerta eran rápidos, uno tras el otro, hasta que alguien la paró.
—Silvia, ¿qué haces?, deja de perder tu tiempo que Barone no llegó anoche, uno de sus carros no está en la cochera.
—Ay, ¿por qué nadie me avisó?, siempre con sus salidas en la madrugada y dejando a sus invitados, ese hombre me sacará canas —se quejaba la nombrada Silvia alejando se de la puerta.
Shawn suspiró y trató de mantener la calma, debía de, "todo por amor", se repitió a sí mismo. Abrió la puerta del departamento sin tocar y se dirigió a la habitación donde supuso que estaría su actual novia, Emma.
—Ayer estuve aquí toda la noche y despertamos juntos —dijo Shawn acostándose en la cama de la chica la cual se encontraba leyendo un libro.
Confundida, cerró tal libro y se sentó de mejor forma.
—¿Es una pregunta?
—Es una afirmación —contestó fríamente.
—Pero eso no es cierto.
—Es un favor, ¿podrías hacerme ese favor? —pidió acercándose a ella y tomándola por el mentón.
—Claro —aceptó Emma con voz comprensiva y besándolo— ¿Puedo saber por qué?
—No, no puedes —respondió Shawn besando su frente y entrando al baño de la habitación.
Emma aún más confundida prefirió callar y continuar con su libro, mientras que Shawn se había encerrado en el baño. El castaño sacó la cadena con una cruz perteneciente al señor Barone y la observó por varios segundos, meditando que hacer con ella. Parte de las joyas que le habían quitado terminaron en algún basurero del pueblo, mientras que el hermoso auto del hombre se encontraba en el fondo de un estanque a las fueras de la población. Tomó la cadena nuevamente y la guardó.
Salió del baño y volvió a recostarse a lado de la chica.
—¿No me lo dirás?
—No tengo por qué rendirte cuentas.
—Si voy a ser yo la que lo esconda me gustaría saber como mínimo el porqué.
—Te lo pido a ti porque eres en quien más confío, porque se que no dirás nada y me apoyarás como yo lo he hecho todo este tiempo, y porque te amo.
Emma resignada, volvió su vista al libro.
—¿No responderás?
—Yo también te amo.
—Ya lo sabía, por eso te he traído un regalo —de su bolsillo sacó la cadena de oro y se la puso cuidadosamente a la rubia.
El rostro de felicidad en Emma no hizo más que brillar. Su sonrisa ante el regalo era maravillosa y el tacto cálido de Shawn sobre ella le trajo buenos recuerdos. Se agradeció de tener un novio tan maravilloso.
Aquella cadena con la cruz colgaba ahora del cuello de Emma, brillaba inocentemente tanto como la chica.
Oh, pobre Emma.
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¡Oh, amor! ;Shawn Mendes
Fanfiction"-Lo mataste". "-Lo matamos, ¿recuerdas? Juntos en las buenas y en las malas, cariño". Inicio (07/02/19) Final (Inconcluso) #1 en relacióntoxica