Ave terminó su turno nocturno y regresó a su hogar, en el camino pudo notar unos pasos tras ella. Su cerebro le mandó alertas y comenzó a caminar más rápido pero fue inevitable, una mano atrapó su brazo y maldijo mentalmente, el hombre hizo que se diera la vuelta y la pegó contra su pecho.
—No deberías caminar sola por la madrugada —dijo Shawn a escasos centímetros de ella.
La chica sin pensar lo empujó hacia atrás y siguió con su camino.
—Ey, Ave —Shawn se apresuró y se colocó frente a ella impidiendo el paso —¿No me extrañaste?
—Pudrete.
—Cariño, yo si te extrañé —dijo con burla.
—Han pasado dos años y en ningún momento te dignaste a preguntar por mi, por mi salud, por mi madre, por... —dudó en decirlo, el no lo merecía, no merecía saberlo—. Por nosotros.
Ave se sentía dolida y enojada, muy enojada, todo aquello que había sufrido estando con Shawn había golpeado con ella de nuevo y se maldecía por permitirle ese efecto.
Ella no era débil, pero la habían dañado tanto que el no se merecía ni su lastima.
—Estuve ocupado —respondió el chico.
—Claro, señor perfecto tenía que ir a la universidad y rehacer su vida, tenías que dejar toda la mierda atrás, ¿cierto?
—¿Por qué tienes que ser tan inmadura? Claro que tenía que ir a la universidad, no es mi culpa que tú madre te arrastrara con ella, yo te ofrecí una salida y tú la rechazaste, supéralo —la paciencia de Shawn había terminado. Su mandíbula se había marcado, los puños estaban cerrados y contenían fuerza, demasiada fuerza que no debía salir, si no ambos lo lamentarían.
Ave se percató de ello y comenzó de nuevo con su caminata. Debía dejarlo ahí antes de que fuera demasiado tarde.
—¡No puedes huir, Ave! —le gritó Shawn una vez que lo había dejado un par de metros atrás.
—Claro que puedo —murmuró la chica dando la vuelta en un callejón y desapareciendo de la vista del castaño.
Su miedo había incrementado. Shawn Mendes estaba de regreso y no tenia donde esconderse. Quería marcharse, lo había deseado desde hace tiempo pero su madre se lo impedía. Si no fuera por ella, Ave tendría una vida, la vida que se merece.
Shawn entró a su casa dejando las llaves en un pequeño tazón encima de un mueble.
Escuchó ruidos en la cocina, donde supuso que estaría su madre por lo que decidió evitarse la molestia.
—Shawn —canturreó la mujer—. Hice muffins, Shawnie.
El castaño no se pudo resistir y cayó en las garras de la mujer.
—¿Dónde estuviste toda la noche, eh? —preguntó su madre lavando los trastes mientras le daba la espalda a su hijo.
Shawn tomó asiento en la mesa de granito y tomó uno de los ya mencionados muffins.
—Por ahí.
—¿Fuiste a ver a esa niña, verdad? —supuso inmediatamente. Sus manos se aferraron al plato que sujetaba y bajó la velocidad de sus movimientos.
—Si, ¿me creerías que sigue igual de linda? —contestó el chico sabiendo el efecto que tendría en su madre.
—¡¿Por qué hiciste eso?! —exclamó la mujer girando bruscamente y aventando el plato al piso.
Shawn se paró inmediatamente y dio media vuelta listo para retirarse.
—Adiós, Karen.
—¡Te dije que te debías alejar de esa mujer, es tóxica, y todos su familia lo es, te quiero lejos de ella! —exigió siguiendo a su hijo por las escaleras.
—Lo que digas, Karen.
—¡Escúchame bien, Peter Raúl, si veo a esa chica merodeando por aquí juro que..!
—¿Qué, madre? —respondió dándole la cara, su exasperación era notoria.
—Mantente alejado de esa chica, por favor, te lo pido, es por tu bien.
Ahí estaba, de nuevo, pidiéndole que se alejara de Ave, pero es que ella no sabía que Ave era ¡el amor de su vida!
—Hoy vendrá Emma a conocerlos —soltó por sorpresa.
—¿Quién es Emma? —preguntó confundida.
—Mi nueva novia —Shawn cerró la puerta de cuarto y obtuvo una sonrisa por parte de su madre. Sabía que se la quitaría de encima si mencionaba a Emma.
Oh, Emma, dios cuide de ti.
Ave entró a su asqueroso departamento donde aún seguía con su madre recostada en el sillón. Se acercó a ella y se aseguró de que tuviera pulso, efectivamente seguía viva.
Pasó por la cocina y en ella estaba Will junto a otro hombre sentados. Probablemente tomando, como era de esperarse.
—Oye, Ave, ven aquí —la llamó Will.
Ave paró en seco y analizó a ambos hombres.
Will era tan solo otro típico hombre blanco, calvo y delgado, este solía trabajar en obras de construcción donde normalmente hacía algo productivo y así traía dinero a la casa, rara la vez pero dinero era dinero, listo para ser consumido en algo de poco provecho.
Por otra parte, el hombre que lo acompañaba portaba un traje bien cuidado. Su pelo iba peinado hacia atrás y el bastón que cargaba podría costar más de lo que su madre había invertido en ella.
—Ella es de quién te hablé —dijo Will, señal de que Ave debía salir de ahí.
Se apresuró a llegar a su cuarto, el tapiz se caía, la ventana estaba a nada de quebrase, debido a la vez que un Will un tanto drogado trató de salir por esta y su cama no contaba con una base. Agradecía tan siquiera tener un colchón.
Se saco sus botas negras y salió por la ventana para sentarse en las escaleras de incendios.
El amanecer se hizo presente y le agradeció al universo por estar viva otro día más. Sobrevivir, debía sobrevivir, sus ahorros casi alcanzaban la meta adecuada para darse a la fuga.
Falta poco.
Pero ahora no podía pensar en eso.
Shawn Mendes había regresado y temía que su secreto saliera a la luz.
Dios salve a Ave, porque no se sabe de lo que Shawn sería capaz si se enterara.
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¡Oh, amor! ;Shawn Mendes
Fanfic"-Lo mataste". "-Lo matamos, ¿recuerdas? Juntos en las buenas y en las malas, cariño". Inicio (07/02/19) Final (Inconcluso) #1 en relacióntoxica