La nueva junta del mes se había llevado a cabo. Normalmente, estas juntas se darían en la oficina en la mansión de Viktor. Esta vez no hablaban de los temas como el nuevo atraco en el banco de Japón, o la manera en la que iban a matar a la hija del presidente de Dubai... Esta vez, el tema era un poco más personal.
No les interesaba el dinero por el momento. Les interesaba mucho más la razón por la cual la familia de JJ se había revelado en contra de él, era algo que los estaba carcomiendo desde hace días. Más específicamente, desde que JJ fue a decir que lo traicionaron con una cara de terror y el brillo de la decepción en sus ojos.
Nadie sabía de quienes se trataban, mucho menos porqué decidieron matar a Celestino. La mente de Viktor estaba llena de incógnitas que no debían tomarse a la ligera.
Necesitaba ver qué sucedía con ese caso.
-¿Alguna idea? -soltó después de un tiempo en silencio sepulcral.
Habían estado discutiendo desde hace una hora sobre el tema y la muerte del jefe del local.
Algo aquí se veía tan bien planeado que era lo hacía lucir sospechoso. No tenían rastros, ni huellas. Los nombres que habían utilizado los hombres de JJ eran falsos, todo parecía estar tan revuelto, sentía no hallar nunca la respuesta a tantas dudas.
Viktor echó una mirada rápida al rubio sentado al final de la habitación, quien estaba mucho más concentrado con la copa de vino que yacía en sus manos que en la conversación que los varones trataban desde hace minutos. Alzó una ceja mientras al mismo tiempo alzaba su mentón, intentando llamar la atención del chico de gemas verdosas.
-Chris -le llamó en un tono grave, severo-, no te veo al tanto de la conversación -le fulminó con una sonrisa falsamente juguetona en sus labios.
El rizado le entregó una sonrisa socarrona. Volteó sus ojos al líquido rojo en la copa de vidrio, la sacudió un poco para darle un gran sorbo.
-Lo que pasa es... que el tema me suena aburrido.
Todos en la habitación miraron con ojos pelados al rubio rizado sentado en el fondo de la habitación. Sobre todo, JJ, al cual se le notaban sus ojos hinchados por haber estado llorando toda la mañana ya que había tenido una pelea con su esposa.
La mirada caribe azul se ensombreció en los ojos de Nikiforov que de pronto se le hacían tan gélidos. Frunció el ceño hastiado por el comentario tan brusco y la actitud tan descarada de su compañero.
-Hemos tenido problemas gracias a ese tema -gruñó caminando hacia el asiento del rubio.
El barbón le regaló una mirada llena de burla, como si no estuviera hablando con el mismísimo Viktor Nikiforov.
-Bueno, esos "problemas" no son nuestros, sino de JJ -miró al canadiense con una sonrisa casi cínica en sus labios, molestando un poco al nombrado-. Me parece completamente absurdo que tengamos que resolver sus problemas, no somos su madre.
-Pero sí somos aliados, Christophe -alzó la voz, sonando casi como un aullido molesto por parte del jefe de la mafia.
-¿Y eso debe interesarme? Si ese lugar no fuera donde encontraste a tu pareja tampoco te interesaría -canturreó mirando la copa de vino, para mirar desafiante al platinado directamente a los ojos, chocando miradas y sacando chispas-, y lo sabes bien.
Cada uno de los presentes sintió su respiración atorarse en sus gargantas, fijando su atención en cualquier acción que decidiera realizar el jefe. Atentos a todo, incluso en cómo el pecho de Nikiforov comenzaba a subir y bajar con violencia, tratando de no cometer algo de lo que se podría arrepentir.
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F L E S H [❄Viktuuri❄]
FanfictionEl secuestro de Yuuri Katsuki lo lleva a parar a Rusia, lejos de su familia y su lugar natal de nacimiento. Tras haber estado días en la obscuridad de un sótano se le da la oportunidad de escapar, haciéndolo llegar por obras del destino a un cabaret...