♠21.- Pass the test

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Su vuelo salía en menos de veinticuatro horas. Yuuri checaba por toda la habitación para ver si algo le faltaba o no. Había revisado por toda la mansión, y se tardó demasiado, el lugar era tan malditamente grande que tardó una hora en recorrerla toda... La iba a extrañar, aunque no lo quisiese. Ese lugar había sido como su hogar, al cual no iba a poder olvidar tan fácil, y, siendo sinceros, ¿quién no extrañaría tales lujos en la palma de su mano?

Llegó hasta la que era habitación de Viktor.

En menos de veinticuatro horas salía el vuelo, y en menos de veinticuatro horas dejaría todo atrás para volver con su familia en Japón.

Volvería a su vida tranquila en Hasetsu, a dormir en su querida y abultada cama después de cenar con su familia. Volvería a trabajar en el Ice Castle y volvería a su rutina.

Su simple y aburrida rutina.

Empezando el año ni de broma se le habría pasado por la cabeza que iba a ser raptado por gente de Rusia, que quedaría trabajando en un local de bailarines exóticos, que se enamoraría de un mafioso y terminaría en su mansión después de tantos meses... Eso se escuchaba tan tonto, si el Yuuri de ahora viajara para decirle su futuro al Yuuri del pasado seguro que este lo tomaría como si fuera un loco.

Porque la vida de Yuuri nunca había sido así de emocionante, y que cosas tan extravagantes como esas le pasaran probablemente nunca se le hubiera cruzado por la mente, ni de broma.

Y tampoco habría pensado que hay una persona en todo el mundo que logró hacerlo sentir amado.

Yuuri seguía amando tanto a Viktor, fue el primero en hacerlo sentir seguro con sus palabras, pero ahora este le había arrebatado toda aquella confianza que solía tenerle.

Su corazón le pedía a gritos no alejarse de Viktor, pero... por alguna razón, no le quería hacer caso a su corazón.

Ya no quería, pero era tan difícil.

Frunció el ceño tomando la manija de la puerta con fuerza, haciendo aquel mueble de madera moverse con lentitud para adentrarse a la habitación.

Ahí estaba él, empacando un par de prendas con total lentitud.

Viktor tampoco quería que se fuera, lo sabía. Lo sentía. Podía sentir su corazón latiendo desde el lugar en el que estaba.

El alto volteó para verlo con una obvia sonrisa falsa.

-¿Podrías ayudarme a empacar? Creo que soy muy lento -se burló doblando de forma desastrosa una camisa para meterla en la maleta que llevaría.

El japonés asintió, algo confundido con la escena llena de brillo que su amante le regaló. Se veía tan torpe, tan fuera de lugar, y aún así esta faceta de él enterneció su corazón.

-Creí que sólo me dejarías en Japón y te irías -murmuró el japonés con una mirada seria, aunque en el fondo estaba feliz porque sabía que el ruso se quedaría un tiempo más a su lado.

-Verás, desde hace tiempo que he querido planear un viaje a Japón. Tengo una locación allá, ¿sabes? -dijo con un tono algo animado todavía acomodando sus ropas.

Yuuri tragó saliva.

Había dicho que quería dejar de jugar a los esposos, pero no podía evitar pensar que eran como una esposa ayudando a su marido a planear un viaje de familia.

Negó su cabecilla loca, no sabía lo que pensaba, estaba tomando pensamientos que realmente no le correspondían, era todo un tonto.

-¿Hay algo que deba saber? -preguntó el más alto.

F L E S H  [❄Viktuuri❄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora