Imaginas Shawn Mendes

Señorita

Me encuentro bailando con mis amigas en el centro de la pista. Solo muevo mis caderas al ritmo de la música sin que me importe nada.

Era una pequeña fiesta y el alcohol sobraba. Había muchas personas bailando y otro poco bebiendo. Cabe aclarar que yo era parte del primer grupo.

Veo que mis amigas se alejan un poco de mí y se miran entre sí. Antes de preguntar qué pasaba un chico se acercó a mí y me ofreció su mano.

-¿Me permite este baile señorita?-esta última palabra hizo que sintiera un pequeño escalofrío.

Dudé un momento en tomar su mano pero al final acepté sin problemas. No conocía a aquel chico pero sus manos encajaban perfectamente en mi cintura. Nuestros movimientos eran lentos pero sensuales.

-¿Puedo preguntar tú nombre?-dije.

-Shawn ¿Y el suyo señorita?.

-Dejemoslo en señorita-sonreí.

Seguimos bailando un buen rato hasta que las cosas se pusieron un poco calientes. Mi espalda sobre su torso y sus manos en mi cintura. No dejé de moverme en ningún momento.

De repente me volteo y pude notar que sus ojos reflejaban deseo. Tomó mi mano y me guió hasta el baño. Apenas cerramos la puerta él me empotró contra esta y empezó a besarme sin parar.

-Si que sabes como calentar a alguien-dijo Shawn mientras dejaba algunos besos sobre mi cuello.

-Es un don.

Escuché un gruñido de su parte y en un rápido movimiento me volteó e hizo que apoyara mis manos sobre la puerta impidiendo que me moviera. Sus mano izquierda recorría mi pierna y la tocaba con delicadeza. La yema de sus dedos acariciaban suavemente mi piel ya erizada. Traté de controlar mis jadeos pero era imposible. Jugó con el borde de mis bragas y en el momento en el que creí que las bajaría un golpe en la puerta hizo que se detuviera.

-Nena soy yo-dijo del otro lado mi amiga.

-¿Qué sucede?-pregunté mientras acomodaba mi ropa y mi cabello.

-Ya nos vamos y quería saber si te ibas con nosotras.

Miré un momento a Shawn y vi que acentia con su cabeza para que me fuera. Miré su pantalón y vi que tenía un problema allí.

-Está bien, voy con ustedes solo dame un momento-dije.-¿Cómo harás para bajar eso?-susurré mientras señalaba su problema.

Mi pregunta era estúpida ya que sabía la respuesta.

-Ya me las arreglaré. Mejor vete y no hagas esperar a tus amigas.

Sonreí y besé cortamente sus labios. Quería recordar esos carnosos labios una vez más porque sabía que sería la última vez que lo vería.

[...]

Terminé de arreglar mi uniforme mientras entraba a mi turno en la cafetería. Recogí mi cabello y entré a la cocina.

Saludé todos los que se encontraban allí y tomé una de las libretas que estaban ahí. Atendí a una pareja que estaba sentada esperando y esperé que en la cocina lo preparen.

Me senté en un pequeño banco y me abaniqué con mi propia mano. Hacia un calor infernal en Miami.

-Hola cariño-saludó Miriam. Una de mis compañeras de trabajo.

-Hola Miriam-sonreí.

-¿Ya viste al bombón que hay allí dentro?-sonrió y elevó sus cejas.

-Acabo de salir. Pero dime en qué mesa está.