Imaginas Shawn Mendes

First Man

Recuerdo aquella vez cuando tenia cinco años. Una niña que iba descubriendo el mundo poco a poco.

Recuerdo aquel viaje con mis padres. El campo más grande y turístico de Canadá. Una vez al mes realizábamos ese viaje, ya sea verano o invierno, la verdad no importaba. Lo único que querían mis padres es mantener como tradición ese viaje.

Fuimos en verano a aquel maravilloso lugar. El sol en su mayor resplandor, las flores mantenían ese aroma espectacular y los pájaros no podían faltar.

Como de costumbre, lo primero que hice al bajar del auto es correr pero alguien me lo impidió. Una queja salió de mis labios.

-Summer ya sabes las reglas-mi papá me cargó.

-Pero papi, hay muchos niños para jugar-un puchero de escapó de mis labios.

-Nena, primero tienes que saber en el lugar donde estaremos y luego juegas.

Asentí y me retorcí entre sus brazos. Él me dejó en el suelo y ayudé a mi mamá con la bolsa de mis juguetes.

-¿Ves Summer? No fue tanto tiempo.

-¿Ahora puedo irme?-pregunté.

-Cla...

-No Shawn, primero tienes que aplicarle bloqueador solar-dijo mamá.

-No, esa cosa blanca no-llorisquee.

-Lo sé yo también la detesto, pero es necesario-mi padre se colocó de rodillas y puso aquella crema en mis brazos, cara y piernas.

-Ahora si, adiós-corrí tan rápido como mis pies lo permitieron.

-¡Con cuidado hija!-gritó mi mamá.

Todo mi tiempo solo se basó en jugar con algunos niños que encontraba, comer y admirar algunas nubes, siempre tuve obsesión con ellas.

Mientras observaba una un pequeño colibrí pasó frente a mi. Me puse de pie y empecé a seguir a ese pequeño animal. Cada vez volaba más rápido y yo corría mientras reía. Todo eso acabó cuando tropecé y caí muy duro. Mi llanto no tardó en llegar y mucho menos mi padre.

-¿Summer que pasó?-preguntó preocupado y se arrodilló junto a mí.

-Yo so-solo que-queria...-no terminé mi frase ya que mi llanto interrumpió.

-Ya cielo, mejor vamos a curarte.

Papá me tomó en sus grandes brazos y me llevó con mi madre. Él tomó el botiquín que tenía a mano, porque si, siempre terminaba con algún raspón o algún moretón. Desinfectó la herida, sopló y colocó una bendita de Hello Kity.

-Todo listo Summ-dijo mi papá.

-No papi, falta mi besito sanador.

Él rió y acercó sus labios a mi área afectada. Solo los dejó unos segundos y se alejó.

-¿Ahora si?-preguntó.

-Si papi-asentí.

-Ven pequeña.

Volví a sus brazos y dejó un beso en mi mejilla.

-¿Quiéres a papi?-preguntó.

-No-negué.

-¿Por qué?-sonó triste.

-Porque te amo.

-Yo también lo hago nena.

Sabia que él era el hombre que amaría toda mi vida.

[...]

-¿Cuando acaba esa fiesta Summer?-preguntó mi padre.