Imaginas Shawn Mendes

Theo

13 años.

Mi cumpleaños número trece llegó. Mis padres planearon una fiesta para mí y aquí estaba, con mis amigos y familia. Había recibido muchos regalos, menos de mis padres y no me importaba.

La noche llegó, todos se fueron y me recosté en el sofá, comí mucho pastel.

-Hijo-escuché la voz de mi padre que venía acompañado por mi hermana-. ¿Pasaste bien tu día?.

-Si-asentí-. Gracias por la fiesta.

-De nada-acarició mi cabello y luego cubrió mis ojos con su mano.

-¿Qué haces papá?.

No obtuve respuesta, traté de safarme de su agarre hasta que sentí un peso en mis piernas. Finalmente mi padre se apartó y se posó frente a mí junto a las otras dos mujeres.

-¿Qué es esto?-pregunté.

-Tu regalo-dijo mamá.

-Pero ya me hicieron una fiesta, no necesito un regalo.

-Solo ábrelo Shawn.

-Pero no q...

-¡Sólo abrelo Shawn!-dijo Aaliyah.

Quité la tapa con cuidado. No puede ser. Observé a mis padres con los ojos abiertos mientras ellos reían ante mi reacción.

-¿Qué hay?-mi hermana se acercó a la caja-¡Un perrito!

Dentro de la caja se encontraba un pequeño Golden Retriever. Ladeó su cabeza confundido y lo tomé entre mis brazos.

-Sabiamos que querías un perro desde hace años y como ya creciste creímos que sería bueno regalarte uno-explicó papá.

-Gracias gracias gracias-dejé al pequeño en el sofá y salté a abrazar a mis padres.

-Yo también quiero un perrito-mi hermana cruzó sus brazos.

-Tranquila Liyah, dejaré que lo cuides también-sonreí.

-¿Qué nombre le pondrás?-preguntó mi madre-. Los dueños anteriores lo llamaban Nino, tal vez podríamos dejárselo.

Acaricié la cabeza del perrito pensando otro nombre, no me gustaba Nino. Sonreí cuando lamió mi mano y mordió mi dedo.

-Theo, quiero llamarlo así.

-Me gusta-coincidió mi hermana.

-Pues bienvenido a la familia Theo-dijo mi padre.

Theo ladró al oír su nuevo nombre y sonreí. Él sería mi nuevo mejor amigo.

[...]

18 años.

Mi vida con Theo es la mejor. Desde que llegó a casa fue la alegría de toda la familia.

Desayuna y cena junto a mi, duerme junto a mí, me acompaña a la hora de hacer ejercicio e incluso ha ido a mis juegos de hockey. Todo el mundo lo ama, incluyéndome. Él es mi fiel compañero.

Era duro tener que despedirme. Tenía que ir a la universidad de medicina y no podía llevarlo conmigo, el campus no lo permitía. Estaba acostumbrado a hacer toda una rutina con Theo y todo eso cambiaría.

-Toc toc-mamá tocó la puerta-. ¿Ya estás listo? Tu padre te espera abajo.

-Si-asentí-, todo listo.