Recuerdos

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Bajo las escaleras dando un gran bostezo. La jornada laboral de hoy fue bastante pesada y lo único que quería hacer al llegar a casa era dormir una siesta y así lo hice. Lo bueno de todo esto es que es viernes y no trabajaré todo el fin de semana.

Llegando a la sala me encuentro con dos de mis tres hijos mirando televisión.

-Hola niños-dejé un beso a cada uno en su cabeza y tomé asiento.

-Hola papá ¿dormiste bien?-preguntó Becca.

-Si, de maravilla-sonreí-¿Dónde esta Zac?.

-Aquí-el mayor de los tres bajó las escaleras.

Tenía tres preciosos hijos. Zac de diecisiete, Rebecca de doce y Ashton de ocho. Eran las tres personas que me hacían feliz en el mundo, a las que más amaba.

-¿Vas a algún lugar?-pregunté.

-Iré en un rato a casa de Liam.

Miré la hora en el reloj y marcaban las siete treinta. Era increíble cuanto había dormido.

-Iré a cenar con él y los chicos. Tal vez vuelva más tarde.

Asentí y volví mi vista al televisor. Estaban pasando un episodio de Bob Esponja. Reí ante unos recuerdos que llegaron a mi mente.

-¿Qué es tan gracioso papá?-preguntó Ashton.

-Bob Esponja era el programa favorito de su madre.

Pude ver una sonrisa triste en el rostro de mis tres hijos. Sabia que la extrañaban al igual que yo.

-¿Cómo conociste a mami?-volvió a preguntar Ash.

-No sé si...

-Por favor papá-interrumpió Zac-. Queremos oírte hablar de mamá.

Dudé un poco al principio. Había pasado tiempo desde que no hablaba de mi ___.

Flashback

Suelto un suspiro pesado. El día de hoy no fue bueno. Es mi primer semana de trabajo y ya no lo soporto mas. El ser nuevo no era lo mejor del mundo. Ser uno de los asistentes del jefe llevaba mucho trabajo y muchos papeles.

Algunas personas se pondrían feliz de que sea fin de semana y tengan sus días libres, pero yo era la excepción. Tenía que terminar una pila grande de papeles.

No solo sentía mis músculos tensos, sino que, mi estómago empezó a hacer ruidos. Podría tomar mi auto e irme rápido a casa para ordenar algo de comida si este mismo no estuviera en el taller.

Caminé unas cuadras hasta que recordé el puesto de pizza que estaba a unas calles. Me dirigí rápidamente allí, ordené dos porciones grandes de una pizza de mozzarella y una coca cola.

Volteé y fui hasta una de las mesas vacías que se encontraban en la vereda. Di un gran mordisco a mi rebanada y cerré los ojos al sentir el delicioso sabor.

-¿Te gusta tanto una pizza tan simple?-volteé al escuchar una voz femenina-. Lo siento, pero no puedo creer que te guste una pizza tan básica.

Fruncí mi ceño y la ignoré. Tomé un sorbo de mi bebida y volví a comer.

-Oye no me ignores-volvió a hablar.

-No tengo porque hablar contigo, no te conozco y no me apetece tener una conversación-dije algo molesto pero educado.

-Solo quería saber porqué tus gustos tan básicos.

-Tú no sabes nada de mis gustos.

Mi día estaba siendo malo y no quería que una desconocida viniera a empeorarlo.

Imaginas Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora