27. El novio

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Me acurruco en el pecho de mi novio y sonrío. Estoy demasiado cansada, realmente el me deja exhausta después de estas situaciones.

—Te quiero— susurra, muerde el labio inferior y me besa delicadamente.

—Yo también te quiero— acaricio el pelo de su nuca y el esconde su cara en mi cuello.

Nos levantamos y pasamos horas hablando, ninguno de los dos tenemos sueño. Estamos sentados los dos en la cama, estamos vestidos.

De repente veo como se levanta y cierra detrás de él y se quita la camiseta sin dejar de mirarme.

—¿Que haces?— trato de dejar de mirarlo pero mis ojos no se desvían de su perfecto cuarto. Veo todos sus tatuajes y trago con dificultad.

—Quitarme la ropa— pestañea con una sonrisa de lado y se da la vuelta para echar el pestillo.

Miro las marcas de uñas en su espalda y una sonrisa se me escapa. Creo que me pase la última vez. Pobrecito le arañé demasiado fuerte.

—¿Te has dado cuenta de los arañados que tienes en la espalda?— le pregunto y él me echa una mirada por encima de su hombro.

—Claro que si.

—Si que debiste de producirla un buen orgasmo para que la chica con la que me pones los cuernos te arañara de esa forma...— me muerdo el labio inferior dejándole de mirar y yendo hacia mi cama.

—Si la verdad, pero no era nada buena.

La boca se me cae al suelo y entrecierro los ojos, estoy de espaldas a él y se que ahora mismo me estará mirando con esa sonrisa arrogante.

—Que pena— bufo.

—¿Y tú? Tienes marcas en las caderas— cojo la camisa que él se dejó la última vez y me la pongo.

—Si, es que el chico era muy bruto y torpe, no sabía sincronizarse bien— muerdo mis labios intentando no soltar una carcajada. Respiro con fuerza y sonrío.

Oigo como se acerca a mi y le doy la cara. Me mira desde arriba con una ceja encarnada y le regalo una sonrisa de boca cerrada, —A dormir— me ordena y yo me estiro.

—A sus órdenes capitán— bromeo y me cuelo entre las sábanas de mi cama.

Oigo la cremallera de su pantalón y me tenso. Estar en una cama, sin ropa no es muy buena opción ahora que lo pienso. Es muy difícil resistirse a él y menos si está sin ropa.

El lado izquierdo de la cama se hunde, le estoy dando la espalda, ahora mismo los ojos están enfocados en la ventana de mi habitación, las cortinas blancas se mueven lentamente, el aire colándose entre ellas.

Me doy la vuelta y encuentro a Ryan mirándome fijamente, —¿Que?— pregunto.

—Nada— se encoge de hombros.

Nos quedamos un largo rato sin hablar. Pensamientos demasiados pervertidos pasan por mi cabeza y me maldigo interiormente por ser así.

—¿En que piensas?— me pregunta Ryan ocultando una sonrisa.

—En nada— trago con dificultad tratando de borrar esos pensamientos de mi mente.

—Estas roja, tú respiración ha cambiado y estás apretando las piernas— informa. Es verdad, mi respiración es un desastre, —Se perfectamente en lo que estás pensando.

Se acerca a mi, su cara esta a muy pocos centímetros de mi y su cuerpo está rozando el mío, si sigue así de cerca, no podré resistirme.

—¿Ah si? ¿En que?

—¿Quieres que te lo diga o cumpla tus pensamientos?— susurra y me remuevo entre las sábanas.

No me he dado cuenta de que su mano se ha colado por mi camisa. Mi estómago se contrae cuando su dedo roza mi costilla y sigue subiendo.

Su mano se posa en un de mis pechos y me mira esperando a que diga algo. Cuando no digo nada, él comienza a apretarla y masajearla. Mi cuerpo tiembla por cómo me toca.

Me quita la camisa por encima de mi cabeza y la tira al suelo.

Cierro los ojos y abro mi boca cuando siento su lengua en mi pezon. Abro los ojos y le veo mirarme desde abajo. Jadeo cuando lo muerde y lo chupa con fuerza. Llevo mi mano a su pelo y tiro con fuerza. Se las ha apañado para ponerse encima mío. Enrollo mis piernas en su cintura y muevo las caderas hacia delante.

Sigue bajando, dejando besos por mis costillas, caderas y muslos. Su pelo roza mis muslos y me remuevo cuando su boca muerde, chupa y lame al lado de mi entrepierna. Su pulgar se mueve por encima de mi pantie negro y gimo esperando a que lo mueva a un lado.

Unas risas me devuelven a la realidad.

Hay chicas andando por el pasillo.

—No, Ryan— susurro y el levanta su mirada, tiene las pupilas dilatadas y sus ojos brillan, —No quiero que nadie nos escuche.

Abre mis pierna y apoya su cabeza en mi estómago, —Vale.

Besa un lado de mi pierna y se pone a mi lado.

Me estiro todavía estando boca arriba en la cama, mi espalda se arquea y dejo caer mis brazos a los lados.

Me doy la vuelta, dándole la espalda a Ryan y empiezo a cerrar los ojos.

Minutos más tarde, cuando ya estoy apunto de dormirme, Ryan chasquea la lengua y su brazo rodea mi cadera, pegándome contra su cuerpo, —No, no me vas a dejar así.

El sueño se enfunda y es remplazado por calor. Mis hormonas gritan cuando lo siento contra mi.

—Tu vas a ser mía esta noche, Almu— susurra en mi oído y con eso me gira y se pone encima mío.

Xxx

Nota de la preciosa autora: ¡Uoohhh! Madre mía, Ryan se ha llevado muchos rechazos esta noche, ¿Almudena se volverá a resistir y Ryan conseguirá lo que quiere?

Hasta el viernes.

Ready Girls?✔️ (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora