EXTRA 1

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¿DE VERDAD OS PENSABAIS QUE ERA EL FINAL? No, no podía resistirme a daros un capítulo extra antes de terminar la novela... Y también como regalo por las 230K visitas. Estoy impactada, ¡muchas muchas gracias!

Antes de empezar a leer, quiero pediros un favor:

Me encantaría que leyeseis mis otras novelas, porque realmente son preciosas (a mi parecer) y tengo más experiencia escribiendo (porque esta novela fue la primera y no tenía experiencia a penas).

Me haríais un grande favor, y sé que os gustarían, así que por darlas una oportunidad no perdéis nada :(

EXTRA 1

Nicole

Horroso.

Espantoso.

Asqueroso.

Todo lo que terminaba en -oso.

¿Por qué me tenían que pasar estas cosas a mi? Solo tenia quince años, ¿que había hecho para merecer tal despareció de esa persona?

Estaba esperando impaciente a que mis padres me recogiesen y me llevasen a casa. ¡Ya no aguantaba más aquí metida! Encima, todos los ojos estaban puestos en mi por el estúpido que me había tirado un café encima.

—¿Que pasa? ¿La niña mimada está enfadada?— esa voz insoportable preguntó a escasos centímetros de mi.

—¡Aléjate de mi!— chillé enfadada, —¡No te soporto!

—Deja los espectáculos de niña pequeña para otros momento.

Mario estaba burlándose de mi. ¡Como se atrevía! Después de que hubiese derramado su café en mi camiseta y se me notase el sujetador, ¿tenía la poca vergüenza de decirme eso?

No le aguantaba, no le tragaba, no podía con él. Se había dedicado desde pequeño a amargarme la existencia en el colegio, y aún no se había cansado de hacerlo, porque seguía haciéndolo como podéis ver.

—Mario, ¿no tienes nada mejor que hacer?— me crucé de brazos, —Empiezo a pensar que te gusto y por eso no paras de corretear a mi alrededor.

—Jamás, niñata— me miró con odio, —Quiero que sientas lo mismo que yo sentí esa vez.

—A ver, nerd— toqué su pecho, alejándolo de mi, —Solo te bese para fingir, que te pillasen haciendo eso y fueses el centro de burlas no es mi culpa.

—Tú siempre has tenido lo que has querido, ¿verdad?— dijo mirándome de arriba a abajo, —Tal vez eso se acabe.

—Supérame— sonreí con desdén.

—Hazlo tú, parece que te encanta pelear conmigo.

—Tienes razón— asentí, —Me encanta pelear con idiotas.

—Besaste a este idiota.

—Para que él se fijase en mi— me defendí, indignada, —Jamás te hubiese besado con otros pensamientos.

Enseguida sentí un líquido frío caerme por la cabeza, empapándome más aún y haciendo casi transparente mi camiseta con la mancha del café. Grité y logré pegarle una bofetada con los ojos cerrados.

—¡Eres un patan!— le volví a pegar otra bofetada, una detrás de otra. El agua fría haciéndome tiritar.

—Te odio— sus ojos echaban chispas.

—Yo te odio con todo mi ser— dije tanjante, colocándome el pelo a los lados de la cara.

Ya no lo soportaba más. No paraba de meterse conmigo desde que éramos unos críos. Recuerdo cuando en infantil me pego plastelina en el pelo y como me pegaba patadas. En primaria, siempre encontraba una forma de darme con el balón y hacerme daño, entre muchas otras cosas. Ahora se dedicaba a tirarme bebidas encima y arreglárselas para hacerme quedar en ridículo. Pero yo no me quedaba atrás, porque esto era una guerra que nunca acabaría entre nosotros.

Ready Girls?✔️ (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora