¿Quién es él? Su nombre es Zarek, un chico terco hasta la médula y un cascarrabias nato. ¿Te atreves a leer su historia?
Portada hecha por @Jazmin_0610 Gracias por la portada 🤍
Segundo puesto en los premios Sunrise Awards Winter Edition 2019 en la...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me acabo de despertar y me encuentro en una suite demasiado colorida pero no me siento fuera de lugar ni mucho menos, al contrario, me siento como en mi casa. ¿Cómo ha podido cambiar tanto en unas horas? Miro el reloj digital que hay en la mesita de noche a uno de los lados de la enorme cama y marca las ocho y media de la mañana. Quito las sábanas y las hago a un lado para poder salir de ella. Voy a la puerta, antes de salir suelto un largo suspiro, miro el largo pasillo por el cual solo veo puertas y ninguna persona. Y me doy cuenta de una cosa; este no es humilde departamento en Detroit. Abro más la puerta y salgo de donde me encontraba y ando descalzo por el pasillo buscando a alguien que me explicará que era todo esto, no logro recordar nada de lo que hice ayer, de alguna forma se me había borrado todo de mi mente. Doblo a la izquierda y solo sigue habitando puertas, no se escucha ningún ruido, todo está en calma, silencioso.
—¡Esto parece un palacio de lo grande que es! —exclamo en voz alta —y un verdadero laberinto.
¿Quién habrá construido este palacete? ¡Habrá costado una fortuna! A lo lejos, aprecio unas escaleras que llevarán supongo al piso inferior a este que estoy pisando en estos momentos.
—¿Hola? ¿Hay alguien en casa? —solo resuena mi voz en las paredes. Nadie contesta. Estoy solo. ¿Seguiré viviendo en Detroit? Tengo que averiguarlo.
Bajo las escaleras nervioso y teniendo la incertidumbre de a quién pertenece este maravilloso palacio. ¡Me siento como un marques! Me revuelvo el pelo y se me queda más despeinado de lo que ya se encontraba.
A mano izquierda bajando por las escaleras de mármol puedo ver una gran biblioteca, entro en ella, la puerta estaba entreabierta. Veo un sobre en una mesa de escritorio de madera, en medio de ella se encuentra un sobre. Me acerco cautelosamente y veo que pone mi nombre en letra cursiva.
Nunca imagine que este momento llegaría tan pronto. Sé que cuando sepas lo que te voy a contar a través de la carta quizás no me vuelvas a hablar jamás. Antes no te lo podíamos decir ni tú lo podías saber hasta que cumplieras la mayoría de edad. Si estás leyendo esta carta es que hace unos días has cumplido los dieciocho años y que te encuentras en el palacio de Detroit.
Y como te conozco demasiado bien, seguramente estarás de los nervios por no saber afrontar lo que se te viene a partir de ahora. ¿Qué te deparará el futuro? Un mundo el cual explorar, por ejemplo.
Ese palacio es todo tuyo, es la fortuna que te dejó el bisabuelo Cibor antes de fallecer, tienes personal a tu disposición, solamente te obedecerán exclusivamente a ti sin excepciones, tienes guardaespaldas y personal de seguridad vigilando tu casa veinticuatro horas del día.
Puedes salir de esas cuatro paredes, no obstante, ten sumo cuidado. No eres una celebridad ni nada por el estilo, pero hay gente detrás del oro de la familia Chlebek.
He aquí la otra cosa importante; no confíes a simple vista, sé hábil y listo, el misterio de la familia es cosa tuya descubrirlo.