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—Su cuerpo se está adaptando

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—Su cuerpo se está adaptando.

—¿Adaptando a qué? —pregunta Bogdan.

—Parece mentira que cada uno de vosotros haya pasado este proceso y no sabéis como va esto —reprocha en voz baja Minka.

—¿Está adquiriendo todo el poder?

—Exactamente eso es lo que os quiero decir — ¿adquiriendo poder? No tengo ni la menor idea de lo que hablan.

De pronto mis ojos empiezan a escocer y dejo de escuchar todo de lo que hablan y solo me concentro en el escozor. Hasta que mis ojos se abren de par en par sin previo aviso. Intento parpadear pero no puedo. El dolor en mis ojos empieza a descender, hasta que por fin puedo parpadear y cierro los ojos para poder descansarlos.

¿Qué ha sido eso?

—¿Todo el mundo ha visto eso? —Bogdan hablaba anonadado y eso lo sabía por el tono de su voz —. Sus ojos eran de un rojo escarlata escalofriante.

Abro los ojos despacio y lo primero que hago es inspeccionar en donde estoy. Me relajo al saber que estoy en mi habitáculo. Y ahora sí, centro mi mirada en mis amigos y en Minka que está junto a ellos.

Sus caras eran un poema, todas menos una, Minka.

—¿Se encuentra bien, señor? —pregunta Minka acercándose a la cama. Niego.

—Me encuentro confundido, antes de abrir los ojos me picaban... ¿Por qué?

—Tus ojos se están apropiando —la miro confundido lo que ella carraspea y suspira pero sigue hablando —, tu mayor poder es algo referente con los ojos. Tus ojos cambian de color, a un escarlata intenso, da miedo mirarlos.

—¿Cuándo sucede eso? —pregunto para saber que me estaba pasando.

—Cuando tienes una furia extrema —miro a mis amigos intentando que me dijesen si era cierto o mentira pero ellos se mantenían con la boca cerrada.

—¿Quieres que me crea esa absurda historia que te acabas de inventar?

—Debes hacerlo, ya que es cierta.

—Tengo más preguntas que quisiera que me respondieras —cambio el tono de mi voz a uno más amable.

—Claro que sí, te responderé las que pueda en este momento.

—No sé cómo sonara esto o para ti sea algo normal que pregunten pero quiero saberlo —hago una pausa en la que cierro los ojos. El picor en los ojos vuelve y no puedo abrir los ojos hasta que por sí solos lo hacen. ¿De nuevo los tendré rojos?

—Es normal, tranquilo y por si te lo preguntas, si, tienes los ojos rojos. Va a suceder un par de veces en cualquier momento —no me gusta nada esa sensación. Voy a parecer malévolo.

—Con esos ojos parece un vampiro aterrador que te va a morder a la mínima que te lo cruces —habla Bogdan casi temblando.

—Amigo, recuérdame nunca enfadarte, llegando al extremo por favor —añade Julek.

El mundo de ZarekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora