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¡Hemos llegado! Ya estamos pisando tierra estadounidense

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¡Hemos llegado! Ya estamos pisando tierra estadounidense. Mientras íbamos hacia el aeropuerto más cercano Jedrek y Bogdan ya se encontraban un poco mejor y nos han dado un poco la tabarra. Nos decían que no los podíamos llevar con ellos, que era secuestro, pero cuando les hemos dicho que los dejábamos en medio de la carretera, se han mantenido callados, sin decir ni una sola palabra. Aunque a veces cuando iban a decir algo Rafal frenaba de improvisto y volvían a mirar por la ventanilla que tuvieran al lado.

En estos instantes, acabábamos de aterrizar en Detroit, estábamos poniendo todo lo que traíamos —que no era mucho —en el maletero de unos taxis.

Estábamos debatiendo haber quienes iban con quienes en cada uno de los taxis y al parecer no nos decidíamos.

—Yo iré con Florián —digo con pesadez —. No me importa ir con él —agrego.

—¿Y esos dos? —Pregunta Aleksy apuntando con él dedo a Bogdan y a Jedrek.

—Primero que te voy a decir es que no se señala con el dedo, y dos —números con mis dedos —, también vendrán conmigo. Asunto resuelto. Nos vemos en palacio.

Florián ya se encontraba en el interior de uno de los taxis, ahora les tocaba entrar a los pesados de Bogdan y mi hermanastro.

—Si no os subís por las buenas, lo haréis por las malas. Solamente os aviso —los dos al escuchar mis palabras hicieron caso y se metieron directamente al lado de donde se encontraba Florián.

Deje que saliera todo el aire que retenía. ¡La que me espera en este mini viaje con los dos!

—¡Nos vemos en casa! —Les digo a los demás en cuento bajo la ventanilla —. ¿Sabéis la dirección, no?

Mi hermana asiente enseguida en cuanto termino la pregunta.

—¿Cómo se nos puede olvidar? No hemos pasado tiempo fuera —o quizás sí y para nosotros ha sido todo lo contrario.

Sin decir nada más, subo la ventanilla despidiéndome de los demás. El taxista inmediatamente me pide amablemente a donde nos tiene que llevar, yo le respondo de igual manera.

En mi cabeza se formulan muchísimas preguntas ahora mismo, aparte de que va a suceder con las tres personas que se encuentran en los asientos de detrás.

Por una parte Florián a cada minuto que pasa, su cuerpo va perdiendo vida. Sé que él ha querido boicotearme desde que lo conocí hace poco relativamente, pero tampoco me alegro de que se encuentre en este estado tan caótico.

Y los otros dos restantes no sé qué va a pasar con ellos, no vamos a deshacernos de ellos como si fueran unas bolsas de basura. Quizás se lo merecían, aunque no eran los únicos, ahora estaban con nosotros, pero yo aún no me fiaría mucho de Aleksy y Eunika.

Ellos van tirando por el lado que más les conviene y con el pasar de los días se ha podido ver eso.

Mientras yo voy totalmente sumergido en mis propios pensamientos, no me doy cuenta de que estamos al llegar.

El mundo de ZarekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora