¿quien es ella?

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un temblor azoto toda la mansión, rápidamente todos los que estaban dentro salieron corriendo hacia el jardín, entre ellos estaba la familia real y la familia Armetia.

-¿que esta sucediendo de repente?- exclamo el marques.

-no lo sabemos señor, el temblor empezó repentinamente- dijo un guardia de la casa.

-esto es muy peligroso- dijo el príncipe, abrazo a la princesa a su pecho, la nodriza y el rey estaban detrás de ellos.

-¡¡¿que es eso?!!- grito una sirvienta señalando hacia el jardín, un gran agujero estaba formándose como si la tierra estuviera siendo tragada.

-¡preparen sus armas y llamen a los magos!- ordeno el rey, los guerreros lastimados y los guardias desenvainaron sus espadas, los magos poco a poco se juntaban alrededor del agujero que cada vez se hacia mas grande.

un agudo chillido resonó en el agujero y de este surgió una enorme bestia topo, todos los retrocedieron, estaban atónitos por la figura sobre la bestia.

el príncipe sonrió amargamente al verla, la princesa miro la bestia y grito.

-¡¡señorita Elizabeth!!-

Gianna miro asombrada a la princesa y después regreso su mirada a la bestia

-...definitivamente es Arienelis- dijo Gianna en voz baja, sin embargo no evito que el príncipe la escuchara, su sonrisa se hizo mas grande.

Elizabeth estaba montando al enorme topo, su látigo estaba en su hocico mientras que las espinas desgarraban la carne del topo, estaba lleno de heridas sangrantes, dio un giro en el aire y Elizabeth fue despedida de el mientras que su látigo se quedo enganchado en la carne del topo.

Elias corrió para tratar de atraparla sin embargo antes de llegar a ella Elizabeth dio un par de giros y aterrizo con un con un pie en el suelo, su rodilla y su mano. Elias se sorprendió por sus extraños pero efectivos movimientos -interesante... realmente interesante- pensó mientras sonreía.

Elizabeth levanto su vista hacia el príncipe quien la miraba con una sonrisa brillante, recordó la forma en la que escapo y su rostro se enrogecio levemente.

-es un placer volver a verte Elizabeth o ¿debería decir Arienelis?- Elizabeth se sobresalto un poco y bajo su vista.

-ahora me llamo Elizabeth su alteza, le pido que me reconozca con ese nombre- dijo seriamente.

-muy bien Elizabeth, aunque me gustaría escuchar la razón- su voz sonaba juguetona.

-su alteza lamento decepcionarlo pero en este momento me es imposible contarle- fue interrumpida por un estruendo, detrás de Elizabeth había caído la gran bestia topo estaba furiosa y preparada para atacar -estoy en medio de algo importante, pero estaré feliz de hablar con usted una vez termine- se levanto y miro en dirección al marques, le sonrió maliciosamente y encaro a la bestia, el marques la miro con una cara extraña.

corrió directamente hacia la bestia para tomar su látigo, aunque actualmente no tenia ni la mitad de la fuerza que tenia cuando era Aritesa pero tenia el suficiente poder mágico para vencer a al menos cien bestias iguales a esta seguidas, invoco su poder en sus manos mientras corría hacia la bestia, las flamas oscuras cubrían por completo sus brazos, el topo levanto sus garras dispuesto a atacar, Elizabeth piso fuerte el suelo y corrió aun mas rápido.

Repentinamente Elizabeth se esfumó.

el topo estaba confuso y no era el único, todos al rededor estaban igual ¿como pudo desaparecer frente a todos?.

-muere- dijo Elizabeth apareciendo en la cabeza del topo, apretó su mano contra el topo.

el topo empezó a convulsionar mientras su cuerpo se rodeaba de flamas negras, era una escena desagradable, antes de tocar el suelo Elizabeth tomo su látigo de la carne del topo y lo enrollo en su mano.

-¿esta bien mi ama?- la voz de Odi resonó en la cabeza de Elizabeth.

-si, solo que esa cosa era muy molesta, nunca pensé que me arrastraría hasta su madriguera bajo tierra- Elizabeth miro su vestido cubierto de polvo con pequeños rasguños al igual que sus brasos. -Algo en este mundo no quiere que este limpia- penso.

-¡¡señorita Elizabeth!!- la princesa corrió hacia ella, su cabello brillaba con el sol y pequeñas lagrimas corrían por su rostro.

-princesa debe tener cuidado, si corre sin fijarse podria resultar herida- dijo calmadamente.

La princesa la abrazo fuertemente, sintio como sus pulmones eran aplastados por el estrujamiento.

-ahh... princesa.... estoy contenta de que se preocupe por mi pero..... si me aprieta tanto mis huesos.... mis huesos se romperan- dijo con dificultad, la princesa se separó rápidamente de ella y se disculpo, Elizabeth no pudo evitar acariciar su cabeza tiernamente.

-primero salvarnos en el bosque y ahora en la casa del marques, señorita Elizabeth ¿acaso no sera usted un ángel enviado a cuidarnos?- bromeó el principe mientras se acercaba a Elizabeth.

-yo creo en el destino su Alteza, pero no creo en los milagros- dijo seriamente, Elias se sorprendió un poco y sonrio - que sonrisa tan brillante e hipnotizante- penso Elizabeth.

-¿entonces fue el destino quien orquesto nuestro encuentro?- ahora su sonrisa era seductora -¿este principe es siempre asi?, nunca escuche sobre su personalidad PlayBoy- penso.

-¡hermano que cosas dices!- exclamo la princesa, poco a poco todos se reunían alrededor de Elizabeth -decirle eso a una dama ¡es muy desvergonzado!- añadió.

El principe acaricio su cabeza y se acerco a su oido, no pudo escuchar que le dijo pero el sonrojo en la cara de la princesa le hizo notar que no podia ser nada bueno.

-señorita Elizabeth, sus habilidades me sorprenden cada vez mas- quien hablo ahora era el rey y estaba acompañado del marques.

La cara del marques no podia estar mas arrugada.

-lo saludo su majestad- hizo una reverencia y despues añadió con una sonrisa maliciosa -padre..- añadio sutilmente.

Era como si la palabra padre flotara de sus labios inundando el ambiente con sorpresa.

-asi que la señorita Elizabeth era hija tuya- dijo el rey en tono burlón.

- bueno..- el visiblemente irritado marques no sabia que decir.

- sin embargo antes dijeron que nunca habian conocido a una persona como Elizabeth, ¿entonces fue mentira?- la dulce princesa miraba al marques con confusión, sus palabras no tenian malicia al contrario que las del rey y las del principe, ella era inocente.

- la palabra mentir es muy fuerte...- dijo nervioso, su tez se volvio pálida.

-pero es extraño, nunca me entere que tenias una hija tan exepcional, vaya joya tenias oculta Alucard- el rey palmeo la espalda del aterrado marques, casi podia ver su alma saliendo por su boca.

-una dama tan exepcional, es una pena no haberla conocido antes- el principe sostuvo la mano de Elizabeth y trato de besarla, Elizabeth quito su mano rápidamente. El principe parecia de alguna forma herido.

La familia Armetia estaba palida, sus cabezas estaban llenas de dudas, ¿como pudo sobrevivir? ¿como es que ahora tiene tal fuerza? ¿porque parece cercana a la familia real? ¿como es que ahora es tan refinada para hablar? Sus mentes estaba hechas un caos.

-pero en realidad es extraño, ¿que hacia Elizabeth sola en el bosque?- la princesa añadio tomando el brazo de Elizabeth contemplado con tristeza sus heridas.

Las ya pálidas caras de los marqueses se volvio azul de repente.















¡¡La Emperatriz Bastarda!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora