Destino > Plan

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observo pacientemente la entrada a la mansión la cual es un gran jardín con una fuente en forma de un grifo que es el estandarte de su familia.

al fondo logro divisar el carruaje de la familia real siendo impulsado por personas -oh es cierto, los caballos fueron asesinados por las bestias- recordó. cuando la familia de marqueses vieron esto se asombraron, el carruaje estaba lleno de rasguños y algunos guardias estaban heridos de gravedad.

cuando llegaron frente a la entrada de la mansión, el marques casi salto frente la puerta del carruaje.

la puerta del carruaje se abrió, la primera en salir fue una señora mayor con el cabello canoso y marcadas arrugas en su rostro vestida con una camisa de manga larga blanca y una falda larga de color negro con el cabello agarrado en una dona sobre su cabeza. se paro justo a un lado y tomo la mano de la princesa para que bajara con cuidado del carruaje, el brillante cabello rosado de la princesa ondeaba en la suave brisa, le siguió el príncipe y por ultimo el rey.

toda la familia se inclino ante el rey.

-su majestad es un honor estar en su presencia- dijeron todos

-no se preocupe marques Alucard, venimos para socializar, pero nos retrasamos por un accidente- afirmo el rey, acariciando la cabeza de la princesa.

-se ve su majestad, ¿necesita que llamemos a los curanderos para ayudar a sus guardias?- pregunto el marques señalando a los guardias tambaleantes.

Elizabeth los observo y después regreso su mirada al marques -si ya sabe que necesitan ayuda ¿porque no llamo ya a los curanderos? ¿es estúpido?- pensó mientras furcia el ceño, se apoyo al borde del árbol y clavo su mirada en la nuca del rey - ¡¡necesito que voltee por un segundo!!- grito en sus adentros.

-si no es mucha molestia Alucard-

-claro que no su majestad, nuestros curanderos son los mas hábiles de todo el reino Prishkan, los llamaremos de inmediato- respondió la marquesa cubriendo su rostro con un abanico de con terciopelo rojo y plumas negras con emoción, chasqueo sus dedos y un sirviente se acerco estaba tan inclinado que su pecho casi tocaba sus a sus rodillas. -trae a los curanderos- demando.

-si mi señora- respondió en sirviente, camino hacia atrás y se apresuro a entrar.

-mi rey, ¿porque no entra a descansar?, podemos charlar mientras esta lista la comida-

- entremos entonces- respondió el rey.

-no, espere solo voltee un segundo- pensó Elizabeth entrecerrando sus ojos -supongo que tendré que ir a presentarme- agacho su cabeza y sacudo su vestido, antes de que se alejara del árbol una fuerte presencia la alarmo, observo todo su alrededor pero no pudo ver nada -alguna bestia debió seguirlos hasta aquí, pero no puedo verla- regreso su mirada a la espalda del rey mientras desaparecía por la puerta, los sirvientes cerraron la puerta. soltó un silencioso suspiro - nada sale conforme a lo planeado- agacho su cabeza escondiendo una sonrisa -estar completa es un problema, parece que la mala suerte me sigue. bueno si no puedo ejecutar mi plan, no tengo mas opción que actuar como lo dicta el destino- levanto su cabeza y se dio la vuelta alejándose de la mansión -primero me encargare de esa bestia- invoco su látigo y camino hacia aquella presencia.




¡¡La Emperatriz Bastarda!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora