¿Eres Aritesa?

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Elizabeth se dirigía hacia el invernadero usando un vestido blanco plisado con cuello y mangas largas, era un vestido que le dio el marques para ir a ver a la familia real. Probablemente sea de Monique, ya que era la mas delgada de las tres hijas del marques aun así aun le quedaba ancho.

camino sin prisa ignorando las miradas de los sirviente que la miraban con nerviosismo y miedo, el que haya asesinado a una gran bestia con solo un arma extraña era realmente impactante sumado al hecho que hasta hace poco se burlaban de ella les generaba temor de que tomara represalias por lo que trataban de minimizar al máximo su presencia.

cuando llego al invernadero lo primero que vio fue a la princesa jugando con las rosas y a la niñera detrás de ella observándola estrictamente, no muy lejos de ella estaba su majestad y el príncipe Elias sentados un una mesita con una sombrilla tomando te, una escena pintoresca.

Elizabeth se acerco a la mesita y se inclino -su majestad, príncipe Elias, me disculpo por la tardanza y tener la osadía de hacerlos esperar aquí- dijo serenamente.

-no te preocupes Elizabeth de hecho teníamos cosas que discutir contigo en privado, no es ninguna molestia- dijo el príncipe Elias con una sonrisa amable y brillante.

-vamos levántate y siéntate con nosotros- dijo su majestad.

-si su majestad- se acerco a la silla y se sentó -ya que son muchas cosas que contar y se que tienen conjeturas sobre mi, me gustaría en lugar de contarles una larga historia que me pregunten cualquier duda, y por supuesto, me comprometo a responder todo con sinceridad.- dijo con una leve sonrisa mirando a ambos hombres frente a ella.

el rey sonrió levemente mientras tomaba la tasa de te mirando hacia Elizabeth -en realidad tengo curiosidad por saber porque nos contarías todo sin reparos sin nada a cambio cuando antes no pudiste contarlo-

-su majestad es muy serio, en realidad mentiría si dijera que no necesito nada de su majestad pero creo que después de saber lo que quieren saber, sus propósitos y los míos se llevaran de la mano es solo que antes realmente no pensé que las cosas se saldrían de mis planes-

-¿nuestros propósitos?, ¿que propósitos podríamos tener?- pregunto el Elias curioso.

-bueno príncipe Elias, en realidad no podría decírselo completamente segura pero estoy segura que tiene que ver con lo que hay debajo de la casa del marques-

-¿lo que hay debajo?- pregunto

-así es, su majestad supongo que debe saber a lo que me refiero-

el rey se sobresalto un poco y miro a Elizabeth seriamente para después sonreír .

-supongo que si-

-¿a que se refiere padre?-

-veras Elias, el venir a discutir un acuerdo matrimonial no es el motivo por el cual he venido a la casa del marques a sabiendas del peligro, ademas ¿porque un rey visitaría la casa de uno de sus súbditos para proponer matrimonio, no es tonto?- respondió el rey entre risas.

-ahora que lo dice es verdad, ¿pero entonces porque vendría?-

-bueno eso se debe a que recientemente hay problemas con las barreras mágicas que sellan los lugares con bestias como el bosque Evertiel, algo esta corrompiendo la magia con la que están hechas las barreras y están empezando a desvanecerse, por eso vine a la única ubicación conocida de un cristal de barrera, aunque me sorprende que lady Elizabeth lo adivinara-

-oh! no majestad me esta dando mucho crédito, en realidad descubrí anormalidades en el cristal de barrera desde que sentí a la bestia topo cerca de la mansión y lo confirme cuando la bestia me llevo a su guarida, estaba lleno de un gas corrosivo justo debajo de donde se encuentra el cristal de barrera-

-ya veo, me sorprende que conozca los cristales de barrera- dijo el rey.

-bueno, claro que las conozco después de todo yo los cree- dijo mientras sonreía.

ambos hombre se sorprendieron, ¿que ellas los creo? que no se supone que han estado en el reino Prishkan por alrededor de casi diez mil años.

-¿a que te refieres con eso Elizabeth?- pregunto Elias estupefacto.

aunque el príncipe se veía perdido, el rey por otro lado parecía serio, como si se diera cuenta de algo. Elizabeth vio a este ultimo y su sonrisa se profundizo.

-supongo que su-majestad tiene una idea de a lo que me refiero-

el rey se exalto un poco viendo su expresión, sin embargo en su mente confirmo sus sospechas.

- un arma látigo, cabello y ojos negros, magia de llamas negras -dijo suavemente mientras soltaba un suspiro -grandes habilidades de guerra y lucha, por eso cuando te conocí tuve ese sentimiento de familiaridad-

-¿que quiere decir padre?- el Elias estaba confundido, su descripción sonaba como Elizabeth pero por alguna razón sentía que no era tan simple.

-es normal que no sepas, ademas de los miembros mas antiguos de la corte y los reyes nadie mas conoce la verdad del nacimiento del imperio- dijo el rey con una sonrisa algo sarcastica.

-¿la verdad del imperio?, ¿no se supone que el creador del imperio fue Stanford Leones?-

-así que fue el, me pregunto por que...- murmuro Elizabeth

-ahh..- suspiro el rey -es algo complicado para decir pero tratare de explicártelo, en realidad hace mas de mil años todo el continente estaba dividido en mas de diez reinos y todos peleaban por territorio, en uno de esos reinos se crió una dama sin igual que logro dominar en todo el gran continente primero siendo la reina de Prishkan y después erigiéndose como emperatriz siendo la reina de reyes, cuentan las historias de que era capaz de pelear contra un millar de soldados sola y salir sin un rasguño, tanto su magia como su aspecto eran únicas... la emperatriz Aritesa Prishkan-

el príncipe parecía haberse dado cuenta de algo y miro hacia Elizabeth la cual sonrió amablemente mientras entrecerraba sus ojos.

-en realidad un millar de enemigos es una exageración, después de todo nunca pelee una guerra sola, tampoco era tan impulsiva-

sus palabras estremecieron a los hombres.

-entonces... ¿eres la emperatriz Aritesa?-



¡¡La Emperatriz Bastarda!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora