Tan pronto como las puertas se cerraron detrás de mí, me caí al suelo y grité. Literalmente. No podía creer que acababa de pasar, y no podía creer lo casual que pude ser. Miré hacia arriba y me di cuenta de que mi bebida estaba esparcida a través del pasillo, el vidrio roto por todos lados.
Seh, muy casual, Haley.
Hice mi camino de vuelta hacia nuestro cuarto en el hotel asi podía refrescarme y respirar un poco. Entonces me acordé de Maddy, y decidí mandarle un mensaje para ver que pasó. Ella respondió instantáneamente.
"Ahora estoy emborrachando a Michael asi puedo tomar ventaja de él, y él sigue preguntándome si puede tocar mi cabello. Creo que está drogado."
Le recé al tipo de arriba (Jesus, no el tipo en el cuarto sobre el nuestro) de que todo nos haya estado saliendo bien. Le respondí a Maddy y le hice saber que iba a volver a bajo, y que Calum iría en poco tiempo también.
Cuando llegué, Michael estaba acariciando el cabello de Maddy. Me reí ante la escena y cuando ella me vio, ella apartó la mano de Michael lejos de su cabello, y nos presentó.
—Michael, esta es mi amiga Haley. Haley, este es mi amigo Michael, es australiano.
Agrandé mis ojos fingiendo estar sorprendida y lo miré, poniendo una expresión de impresionada.
—Es tan raro, acabo de conocer a otro australiano en el ascensor hace poco. Él iba a volver por unos tragos pronto, creo.
Los ojos de Mike se iluminaron a la mención de otro australiano.
— ¡Ese era probablemente mi amigo Calum! Mide 1.80, ¿parece asiático pero no lo es?
No pude retener mi risa aquella vez.
—Si, es él.
— ¿Sabías que él se enoja mucho cuando la gente lo llama así?—Michael preguntó, sacando el tema de los asiáticos por la millonésima vez en la noche.
— ¿En serio?—pregunté, jugando con el estado intoxicado de él.
— ¡Si! Lo llamé asiático hace unas horas, incluso aunque estaba jugando, obviamente, él se puso rabioso...
—Ya basta, Bitelchus*—una voz se oyó detrás de nosotros.
Maddy y yo nos empezamos a reír realmente fuerte inmediatamente, pero la sonrisa de Michael desapareció y él sólo se quedó mirando a Calum.
—Disculpa—dice él—, ¡no hablo asiático!—Michael exclama riéndose de su propio chiste, mientras que Calum se ve harto de su mierda.
Mientras tanto, Maddy y yo no podemos dejar de reírnos de ellos.
—Hombre, asiático ni siquiera es un puto lenguaje...
—Ching chong a tí también, hombre.
Esa vez estoy segura de que Calum habría golpeado a Michael en la cara si no me hubiera parado enfrente de él y puesto mis manos en su pecho, previniéndolo de acercarse más a Mike. Maddy lo llevó en otra dirección, separando a los dos.
—Calma ahí—dije, intentando tranquilizarlo—. ¿Quieres algo para beber?—inquirí, tratando de distraerlo de su discusión previa.
Calum se golpeó el rostro él mismo.
