La escuela fue aburrida. Las clases parecieron alargarse mientras esperaba que el día terminara, asi podría hablar con Katie sobre Calum. Desde que Cal no me hablaba, estaba más curiosa que nunca, especialmente sobre la cosa del condón.
Después de conducir a casa desde la escuela, escuché a Katie estacionada en frente de mi casa, esperando, como yo suponia. Le dí mi dirección horas antes, y le dije alrededor de que hora debía ir, y ella estaba puntual.
La saludé con la mano, salí del auto de mi mamá que usaba para la escuela, y caminé hacia el de ella.
—Hola chica—dije, abriendo su puerta de co-piloto y entrando—, gracias por conducir hasta aqui para hablar conmigo—dije, ya que Los Angeles estaba a como una hora.
—No hay problema—Katie asintió y encendió el auto—, es lindo salir de la ciudad a veces. Asi que, ¿tienen un lugar vegetariano por aqui?— ella preguntó, y yo abroché mi cinturón.
—No—respondí.
Odiaba los vegetales. La carne era mi vida. Esa era una de las formas que sabes que es de Hollywood, ellos comen sano, o nada en lo absoluto.
—Entonces vamos a ir a LA para comer ahi, porque aquel lugar es literalmente mi vida—ella decidió.
Si ella quería gastar gas, era su decisión.
El viaje tuvo un silencio incomodo. No soy la mejor para comenzar conversaciones en primer lugar, y menos una conversación con alguien que básicamente se enrolló con ambas. Ella la comenzó, en cambio, sobre algo de lo que no me sentia comoda de hablar.
— ¿Él te hablado desde que se fueron?— preguntó, sin sacar sus ojos de la carretera.
Al menos ella era una buena conductora y no tenía que preocuparme por mi vida.
—No—dije en un tono bajo, sin querer pensar sobre ello—. Me olvidé de darle mi número de teléfono.
— ¿¡En serio!?—ella se rió, con una fea risa, debo decir.
Quizás era fea porque ella me estaba haciendo sentir incluso peor, no lo sé.
— ¿Te molesta que no haya intentado hablarte por Twitter? ¿O haberle pedido a cual sea de los chicos que consiguiera tu numero a través de la chica que estaba contigo?
—Por supuesto que me molesta— sacudí mi cabeza, mirando la ruta en vez de a ella—, pero no quiero parecer obsesiva y molesta, ¿sabes?— Ella asintio silenciosamente— Él probablemente tiene demasiadas chicas que son asi, y no quiero ser como ellas.
Llegamos al restaurante después de hablar sobre algunas cosas menos importantes, y nos sentaron relativamente rápido, considerando que es Hollywood. La mesera fue y nos preguntó que queriamos de beber, y ordené limonada.
—Yo quiero una margarita, por favor—Katie pidió, y entonces me doy cuenta que tengo una identificación falsa tambien.
—En realidad, yo también tomaré una— agregué.
—Necesito las identificaciones de ambas, por favor—pidió.
Ambas buscamos en nuestras carteras y le mostré la mia antes de que Katie mostrara la suya tambien.
—Bueno, gracias Lily y Grace— dijo, y se fue.
Las identificaciones falsas eran tan geniales.