Capítulo 4

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—Jungkook.— Escucha cerca de él, y siente moverse su hombro. —Despierta, Jungkook.

—¿Eh?.— Abre los ojos un poco confundido y ahí lo ve. Ese lindo Omega que es su novio. —Hola...

—Hola, Kookie. ¿Dormiste bien? ¿Aquí en el césped?.—Al alfa hace una mueca.

—Pues ahora que lo dices, tal vez puedo empezar a traer una almohada... Pero ahora que veo a mi lindo Omega, mejor. ¿Duermes un rato conmigo?.—El Omega niega con la cabeza. Desde la perspectiva de Jungkook, quien lo ve hacia arriba, con el sol callendo en sus cabellos, se ve precioso.

—Te quiero enseñar un lugar.

—¿Qué lugar?

—Vamos, está cerca, le dice.— y toma su mano para empezar a caminar.

El bosque es amplio y para alguien poco conocedor del lugar es muy fácil perderse.

Y pese a que TaeHyung conoce el lugar como a su propia casa, tiene un pésimo sentido de la ubicación, por lo que, guiado por aquella brújula que aún no le había devuelto a Jungkook, a menos de 15 minutos de empezado su recorrido, llegaron a su pequeño lugar.

—¿Qué es esto?.— pregunta el alfa sin entender.

—¡Mi madriguera!

—¿Madriguera?

—¡Sí! Incluso te dejaré pasar, es menos pequeña de lo que parece...

—¿Ustedes hacen madrigueras?.— TaeHyung asiente sin entender muy bien su pregunta.—¿Madrigueras de zorros? ¿No viven en casas?

El Omega suelta una grave y linda risita.

—No tonto, vivimos en casas. Yo le puse madriguera a este lugar.

—Oh.

—Sí, 'oh'. Pasa, pasa.

La pequeña 'madriguera' es pequeña. Es un fortuito espacio entre la tierra y rocas, afortunadamente es caben bien dos personas, incluso tal vez tres si no se mueven mucho.

Y a Jungkook definitivamente le sorprende el lugar por dentro.

Tiene algunos cojines cómodos y algunos cobertores y demás, acomodados estratégicamente en el piso, Jungkook se pregunta cuánto polvo y tierra tendrán.

Jungkook entra agachando un poco su cabeza.

—Acuestate, Jungkookie. —Le indica TaeHyung como puede.

Lo que se podría ver como una pequeña cueva rocosa tiene poco menos de dos metros de largo y un poco más de uno de ancho, pero es bastante bajita como para decir que es cómoda, pasar y acostarse fue bastante incómodo para el alfa.

Pero una vez dentro, la perspectiva cambió. TaeHyung se recostó entre sus piernas recargando se espalda en su pecho, ambos sobre aquellos aparentemente no tan sucios cobertores y cojines, y vaya que se podría imaginar varias tardes al mes en aquél lugar.

—¿Qué es todo esto?.—Le pregunta en medio del cómodo silencio. Mientras observaba la luz que se cuela de afuera y ve un poco más allá varias lamparitas y velas.

—El día que nos encontrábamos yo venía para acá.

—Bonito, está a más de 10 minutos de distancia.

—No soy muy bueno para ubicarme, ¿Bien?. Además ese día había peleado con papá y mi día no iba nada bien.

—No voy a decir que no me alegra, de todas formas. ¿Y por qué venías aquí?

Entre Manadas ||KookV||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora