Solo y entre lobos [Kuroo x Yamaguchi]🔞

CUATRO

"Tengo entendido que anoche fui un gilipollas contigo".

Era sábado, pasaban de las doce de la tarde. Yamaguchi solo quería adelantar tareas pero por costumbre no había quitado la voz del teléfono. Ahora ese mensaje brillaba en su pantalla. Era un número desconocido así que abrió el chat y miró la foto: un selfie robado con Kuroo y Bokuto, con Kenma y Akaashi de fondo.

Yamaguchi agregó al contacto. Luego releyó el mensaje varias veces, no le cabía duda que era Kuroo y el cómo tenía su teléfono también lo podía imaginar.

«De Hinata a Kenma y de Kenma a Kuroo», pensó. Le dio alegría que se hubiera tomado tantas molestias en conseguirlo y escribirle. Luego de la emoción principal, reflexionó y aunque esa frase le calmó también le indignó. Le gustaba y le molestaba a partes iguales.

En otras circunstancias hubiera tenido presente que tenía tareas de clase y que debía hacerlas por lo que hubiera ignorados los mensajes, pero el perfil de Kuroo en el chat se le hacía más interesante.

"Venga no te enfades, en serio me caíste bien. No sé qué te dije pero me oyeron gritarte y sé que me pongo un poco imbécil si bebo". Le envió Kuroo de nuevo.

Yamaguchi iba a quitarle la voz al teléfono pero antes de hacerlo le llegó otro mensaje más.

"Ya viste hasta dónde llegué por ir a por Kenma".

Yamaguchi rodó los ojos, pero no pudo disimular que una parte muy oscura y lejana de sí mismo se quedó con ganas la noche anterior de que lo cargara como a Kenma. Pensaba en eso cuando su móvil vibró por cuarta vez.

"Sé dónde está tu cuarto. Te haces el duro porque quieres que me cuele por tu ventana".

Eso último sacó media sonrisa a Yamaguchi. Solo imaginarlo agazapado como un gato en su balcón le hizo bastante gracia. Solo por eso pensó que Kuroo merecía una respuesta.

Después de ver que Kuroo se desconectó dejó el teléfono sobre la mesa y se tiró en la cama. Estaba entusiasmado, tanto que sintió ganas de llamar a Tsukishima y contarle que por fin estaba haciendo amigos, seguro que se alegraría mucho. Él era quien más le había repetido que estaría solo por culpa de su actitud y de hecho iba a ser cierto, pensaba Yamaguchi, si no la cambiaba.