Yamaguchi estaba tirado en su cama mirando el techo sintiendo como todo se caía, se desvanecía o se deformaba y perdía el sentido.
Quería rodar pero su brazo escayolado le impedía hacerlo, así que solo suspiró alto, dejando salir un grapado de frustración junto con el aire. Tan alto y sonoro que casi pareció un orgasmo y por un momento se avergonzó. Por suerte estaba solo, ya que había insistido para que Hinata no se preocupara y fuera a estudiar donde Kenma, aunque con la advertencia de que si se hacía tarde mejor se quedara a dormir allí.
Por su parte, pese a su "accidente" y el parte médico que corroboraba que estaba tomando calmantes, el decano de su facultad no había tramitado su solicitud para atrasarle los exámenes excepcionalmente por no ser de suficiente gravedad, así que tenía que estudiar como todos. No obstante era incapaz.
No paraba de pensar en Kuroo. Principalmente en lo mal que se había portado con él desde el principio y en cómo aún así este seguía volviendo a él.
«Tsukki tiene razón, con la verdad en la mano casi parece que soy yo quien no le conviene a él. He sido un niño. Aún lo soy ¿cómo creí que eso iba a poder cambiar de un día para otro? Necesitaré aprender mucho, por suerte tengo amigos de mi lado...», se dijo pensando en Hinata, Akaashi y, sí... Bokuto también.
Luego dejó de mirar el triste pladur del techo y cerró sus ojos para rememorar su relación con Kuroo desde la primera vez que le vio. Les separaban ya tantas noches de aquella.
Era como una corta película en tono sepia con tantos problemas que, como espectador, no entendía cómo los personajes no dimitían ya por fin del rodaje.
Recordaba que lo primero que pensó cuando le vio a la cara fue en que era uno de esos chicos endemoniadamente guapos que no se acercan a mortales como él.
«Que tonto pensar así...», se dijo corrigiéndose. Recordaba también aquella primera escapada al mirador, que él creyó que fue improvisada pero resultó ser un recurso habitual de Kuroo para con los ligues. Aquella fue su primera micro decepción. La primera verdadera decepción fue verle mezclado en temas de drogas.
«Pero frente a mí jamás consumió nada. Me prometió que no lo haría y lo respetó hasta el último día».
Se acordó entonces de la noche en la playa, del aire acariciando su piel y la luna mirándolos expectante, cuando se dejó recostar por él y decidió que sería a él a quien se entregaría por primera vez.
«Y yo no cumplí eso. Tantas cosas no he cumplido...», pensó triste pero aún sin querer abrir los ojos, sin querer dejar de recordarle pues cuando los abriera había decidido que empezaría a olvidarle.
Después de esa noche en la que no llegaron a hacer el amor ocurrió lo del teléfono móvil.
«Leí todos sus mensajes y luego le mentí al respecto. Fui el primero en mentir. Tal vez, el único que lo hizo».
Recordó también sus otras salidas, el fin de semana en Miyagi y las cosas que allí hicieron. Recordaba las manos grandes y cálidas de Kuroo recorriendo su cuerpo hasta el último milímetro, tocándole con avaricia de él pero también con ternura. Sabía que no iba a revivir algo así con él pues esos sentimientos estaban muertos por parte de Kuroo tras la viralización de su sesión con Terushima. Yamaguchi apretó los ojos con fuerza pero no podía borrar el recuerdo; formaba parte de su historia y no se iba a ir a ningún lado. Así como lo ocurrido la pasada tarde.
Si el escarmiento con Terushima y la paliza de ese chico eran un mensaje del Universo, gracias; ya lo pillaba.
«Debo ser quien soy, aunque eso implique no encajar en la vida de Kuroo. Y aunque él quiera verme, la única verdad es que más pronto que tarde estropeo las cosas y él lo pasa mal. Y yo... yo luego nunca sé arreglarlo; siempre es él».
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Solo y entre lobos [Kuroo x Yamaguchi]🔞
Fanfic"Hay una ovejita perdida muy lejos de su pastor a merced de los hambrientos lobos de ciudad". AU Universitario HAIKYUU Kuroo x Yamaguchi 📛Advertencias 🔞💊