TREINTA Y DOS

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Lo que Kuroo le había hecho era el colmo de los colmos, se le había arruinado el humor, le temblaba el cuerpo y tuvo que alejarse a un pasillo unos minutos, pero tras serenarse y decidir que no iba a llorar, Yamaguchi fue de vuelta al ruedo.

«Es lo que él quiere, hundirme y que vuelva a casa... Controlarme. Pues no le voy a dejar».

—Eh, Yams ¿qué haces aquí solo? —le saludó Yaku.

Entraba por el pasillo junto con Lev, aquel sitio estaba algo apartado.

—Os puedo preguntar lo mismo... —comentó para desviar el tema.

Lev se rió y miró hacia el fondo del pasillo para ver que no venía nadie.

—Nos has pillado —soltó Lev.

Yamaguchi alucinó porque pensó en cosas gays, pero entonces Lev sacó de su bolsillo una bolsita con pastillas. Solo tenía cuatro.

—No le digas a los otros... Solo nos quedan estas, Kuroo tiene más pero esta noche está... raro. Y no sé ni dónde se ha metido.

A Yamaguchi le disgustó pero tenía más sentido que lo que había pensado.

—Descuida, no diré nada...

Lev se sintió triste al verle solo y actuó sin pensar.

—¿Quieres una? —preguntó Lev antes de que Yamaguchi se fuera.

Yaku le miró mal.

—¿Qué? Akaashi ha dicho que le tratemos como a un colega... Me confundís.

—Kuroo te matará —le contestó Yaku.

Yamaguchi se detuvo y también le miró mal.

—Está aquí todo solo, solo quiero que se divierta...

Yaku entornó los ojos.

—Eh, Chiko... digo, Yamaguchi... ¿quieres o no? —repitió Lev.

—Lev, no...

—Vale —dijo y no sabía ni por qué.

Yaku alzó las cejas con incredulidad. Lev sonrió y le dio un codazo.

—¿Ves, Yaku? A todos nos gusta pasarlo bien.

Lev le agarró de la muñeca y volcó una de las pastillas sobre la palma de la mano de Yamaguchi. Siguieron repartiéndoselas y medio discutiendo pero Yams seguía mirando su pastilla. Era pequeña, rosa y circular con un corazoncito muy gracioso en medio. Podía decir que era hasta bonita, apetecible, no podía ser tan mala.

«No, no puedo hacerlo», miró a Yaku y Lev y en menos de un segundo cuando no miraban se la echó al bolsillo.

—Ahora ya no bebas mucho que ya no te hará falta —le dijo Lev entre risas.

Palmeó su espalda y luego ambos se largaron tal y como habían aparecido.

Yamaguchi cuando se quedó solo volvió a sacar la pastilla del bolsillo, a mirarla y a pensárselo.

«Esperaré un poco y si la noche no mejora entonces la probaré», decidió.

Luego de eso se metió en medio del barullo de gente bailando, Terushima había desaparecido y era un fastidio pero no le importaba, el cubata que se había tomado había comenzado a desinhibirle y sabía que otro chico aparecería. Se movía y miraba a todos lados buscando alguien a quien acercarse y al poco rato dio con los ojos de Terushima al otro lado del barullo, rodeado de chicas y chicos. Este le miró sorprendido de verle de nuevo pero enseguida le guiñó un ojo. Yamaguchi le sonrió mientras Terushima comprobaba que Yamaguchi no estaba acompañado. Alzó un hombro, Yamaguchi pilló enseguida su pregunta: "¿Y Kuroo?", así que solo negó con la cabeza: "No está y no importa", dijo moviendo los labios pues con la distancia, la gente y la música era imposible que le oyera, pero le entendió y Terushima sonrió de nuevo. Con descaro y sin apartar la mirada se mordió el labio para provocar a Yamaguchi. Causó efecto, pero él no tenía madera para repetir el gesto, solo pudo mal disimular un tonto nerviosismo y apartarse el pelo detrás de la oreja. Pero entonces un tipo grande pasó junto a él y le empujó, fue muy maleducado pues ni se disculpó con él. Tras recuperarse del choque regresó su vista hacia donde estaba Terushima pero ya no estaba donde antes.

Solo y entre lobos [Kuroo x Yamaguchi]🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora