DIEZ

2.7K 325 180
                                    

Sí, la sensación fue la de abrir las puertas del infierno, pero no porque el móvil de Kuroo fuera tenebroso -eso estaba aún por descubrir- sino por lo bien que se sentía hacer cosas malas.

Las manos le temblaron y sintió un electrizante pánico al pensar que Kuroo podía saber que estaba accediendo a su móvil. Temió hasta que sus huellas quedaran sobre la pantalla.

«Bueno... no pasará nada porque mire un poco...».

Sonrió al ver que de fondo de pantalla tenía una foto de un gato de la calle.

«Que tierno...», pero solo lo miró un segundo, enseguida sus ojos fueron a esa app verde y blanca en la esquina inferior.

«No. No miraré el chat. Eso es lo más privado».

Abrió la galería de imágenes: una carpeta llena de fotos de apuntes, la letra era bonita y ordenada y Yamaguchi no sabía si era de él o de alguien más, tampoco era interesante.

Entonces abrió las fotos de la cámara y encontró un montón de selfies, pero no de esas de influencer sexy sino de las que te tomas sin querer tratando de poner la cámara. Primerísimos planos de su cara con expresión enfadada.

Yamaguchi se rió. Tenía montones de fotos tontas.

En otra carpeta encontró muchas fotos subidas de tono que diferentes chicos le habían mandado y alguna que había enviado él

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En otra carpeta encontró muchas fotos subidas de tono que diferentes chicos le habían mandado y alguna que había enviado él. No quiso mirar la fecha de ninguna. No es que confiara en que borraría ese contenido del teléfono solo por un par de citas, pero sencillamente no estaba preparado para tanto.

En la misma carpeta que esas también había un par de fotos de Kenma dormido en el sofá, las fue pasando y si lo hacía rápido casi parecería un vídeo: Kenma dormido, se movía, despertaba, le veía, se acercaba y una última toda borrosa.

«Kenma y él parecen muy unidos», pensó.

«Si son novios lo sabrás solo con abrir el chat...», le dijo una segunda voz en su cabeza. Esa que había nacido tras la punzada amarga de verle cargar a Kenma entre sus brazos con tanto cariño.

Se asustó de sí mismo, pero estaba cada vez más tentado a hacerlo.

«Si desconecto Internet no verá la última hora de conexión y no sabrá que lo he visto. Luego le devolveré el teléfono apagado y ya no será mi problema».

Yamaguchi era buen niño pero ¿quién no es un poco curioso y caprichoso con quién le gusta? Así que lo hizo: traspasó la última barrera de la intimidad de Kuroo.

Bueno, tal vez la última era su historial de Internet, pero ¿para qué mirar ahí cuando era evidente que habría porno y más porno?

Así que sí, fue directo al chat.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Solo y entre lobos [Kuroo x Yamaguchi]🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora