TRECE

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La siguiente semana no pudieron quedar, naturalmente, ya que Yamaguchi seguía enfermo. Aún así Kuroo fue a verle un par de tardes más y le llevaba chocolatinas para que, según él, retomara fuerzas, se curara más deprisa y cogiera el peso que estaba perdiendo por no comer en toda la semana. Además, no le compraba cualquier chocolatina, "son de las buenas", le decía, alegando que su chico no tenía que comer de las rancias de la máquina.

Así fue imposible no curarse en una semana, sin embargo a la siguiente tampoco pudieron verse, y con prohibición total de acercarse a él, pues Yamaguchi debía ponerse al día con una semana perdida de tareas y asignaturas. Yamaguchi estaba muy colado pero de ahí a suspender por "amor" pues tampoco. Así que solo quedaba con un compañero de clase con el que hacía los trabajos y que había estado llevándole las tareas personalmente.

Varias veces rechazó ver a Kuroo por ir con él para hacer cosas de clase, mientras le pedía paciencia a Kuroo, ya que él, por su parte, sí podía aguantar una semana a base de cortos mensajes y nada más. Total llevaba toda su vida a base de migas de otros. ¿Qué era una semana?

Sin embargo, tonto de él, a medida que los días pasaban los mensajes de Kuroo se volvía más melosos y a falta de un par de tareas por entregar decidió adelantar su recompensa, que llegó a la tercera semana cuando ya estaba -casi- al día con todo y pudo verse con Kuroo. Aunque esa no iba a ser otra cita con vino frente al mar. No sabía ni siquiera si llamarlo cita. De hecho ni era a solas.

Kuroo le envió un mensaje para que estuviera listo en la puerta de la residencia a las diez, iba a pasar a recogerle e irían a un pub con unos amigos. Esta vez Yamaguchi sí le ofreció ir a Hinata pero este declinó diciendo que no le iban los pubs. Si Yamaguchi no hubiera estado tan excitado pensando en qué ponerse para impresionar a Kuroo seguramente él también hubiera pensado que tampoco le iban los pubs.

Así que se puso un vaquero oscuro y un suéter verde menta, pensado en que esa noche "sí o sí" iba a seguir donde lo dejó con Kuroo la última vez.

Al bajar se encontró a Kuroo, Bokuto y otro chico al que no había visto nunca. Era alto y moreno.

Kuroo le agarró del brazo y le apartó.

—Ha habido un imprevisto de última hora, Yams, y hay que ir a un sitio —le dijo en voz baja—. No quería traerte a ti pero, como te digo, ha sido un cambio de planes repentino.

—¿Qué es? —preguntó Yamaguchi.

—Solo hay que pasar por la casa de un tipo, pero...

—¿Y luego al pub?

—Sí, Akaashi y los otros ya están allí. Si lo hubiera sabido le hubiera dicho a él que pasara a por ti —se excusaba.

—Pues quiero ir con vosotros —dijo sin oír sus pretextos—, ¿para que vas a ir y volver luego a buscarme si ya estoy aquí?

—Yams...

—No soy un crío. Vamos —y tiró de él para ir con los otros dos.

No hubo mucha presentación y enseguida subieron al coche.

Yamaguchi de nuevo subió delante con Kuroo. Había una aura rara que no terminaba de gustarle pero no iba a abrir el pico.

Al rato, llegaron a un barrio residencial relativamente cerca de la fraternidad de Kuroo y, de hecho, esa casa parecía ser también de estudiantes.

Kuroo aparcó pero no apagó el motor.

—Quédate en el coche, Yams.

—¿Dónde...?

—Tú no bajes del coche —le repitió sin dejarle terminar.

—Mira que no venga nadie —añadió Bokuto y los tres bajaron.

Solo y entre lobos [Kuroo x Yamaguchi]🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora