Capítulo 23

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Su presencia pasmó a los tres individuos, provocando reacciones que no se mesuraron. Bruce permaneció macabramente estático, como si con eso desapareciera del lugar; Alfred se cubrió la boca agachando la mirada y Damian apostó toda su fuerza de voluntad para no soltarse a llorar ahí mismo en vista de la peor conclusión posible. Se sintió ahogarse, incluso percibió unas enormes ganas de salir corriendo y ya no saber nada.

-Escuché gritos, pero me alegra que todos estén bien... -Completó el renegado tambaleándose al caminar-. Es bueno saber que no soy la causa de este regaño... Ni quien lo recibe... -Comentó sonriendo fingidamente, dando media vuelta y volviendo por dónde había llegado-. Si me disculpan, quiero dormir...

-¡Jason! –Bruce llamó saliendo de su trance y estuvo a punto de correr tras él, pero una última amenaza le detuvo el brío-. Tim... ¡jamás, escúchame, jamás vuelvas a acercarte a Jason, ¿oíste?! ¡NUNCA! –Ordenó posando una mortuoria mirada sobre el menor-.

-¡N-no...no es lo que parece! ¡Tim sí quiere a Jason! ¡Y-yo...yo! ¡YO! ¡QUIERO DECIR YO! ... ¡YO SÍ LO QUIERO! ¡Lo quiero! ¡SÍ QUIERO A JASON!

-Eres lo peor que le pudo ocurrir... -Murmuró Bruce yendo tras el renegado-.

"N-no... No es lo que crees... Es un malentendido... Tim lo ama... No le hagas esto, padre, por favor..." Suplicó en su cabeza el ojiverde dejándose caer de rodillas. Alfred intentó detener su arrastre, pero la tristeza del petirrojo lo volvía más pesado y no pudo hacer mucho más que también arrodillarse y abrazar al muchacho.

-Estoy seguro de que hay una explicación. -Habló con consuelo el abuelito-. Sólo dele un poco de tiempo para que se tranquilice y puedan hablar. -Le sugirió acariciando su cabeza-. Todo estará bien, amo Timothy... -Musitó palmeando dulcemente la espalda del más joven-.

Su atención duró varios minutos, al menos hasta que Alfred pudiera acomodarse para ponerse de pie y atraer consigo al chico, pues en medio de su histeria, Damian no había dejado de corresponder el abrazo ni un solo segundo. Así pues, el mayor se levantó asiendo del brazo al manojo de nervios que era el muchacho en esos momentos para ayudarlo a abandonar el piso.

-Lo-lo... lo lamento... -Murmuró Damian expirando para soportar el dolor en su pecho, sosteniéndose la mejilla donde el último golpe cayó-.

-Con calma, amo Timothy, todo estará bien...

-¿Tim? ¡¿Tim?! –Exclamó casi petrificándose, separándose lentamente de Alfred-. ¡Ése es el problema! ¡Ése es el maldito problema!

-¿Cuál, amo Timothy? ¿Cuál es el problema?

-¡Que... que... QUE ÉSE NO SOY YO! ¡Yo no soy Tim! ¡Yo no soy Timothy! –Dijo espirando como un chiquillo-. ¡Lo siento, pero ya no puedo! ¡Lo arruiné! ¡Lo arruiné todo! –Confesó liberando sus deseosas e inevitables lágrimas contra las cuales, hasta hace unos momentos, luchaba enardecidamente para evitarlas-.

-¿Amo Timothy? –Inquirió Alfred confundido-.

-¡Hay algo mal conmigo, ¿entiendes?! ¡Todo el mundo tiene razón sobre mí, soy malo, soy egoísta, sólo pienso en mí y ahora pagaré con creses el haber desobedecido a mi padre! ¡Lo perderé todo! ¡Todo! ¡Lo merezco, lo merezco! ¡Soy lo peor y lastimaré a muchas personas! ¡Lo siento! –Confesó desahogando su frustración con su llanto torrencial-.

-Amo Timothy, cálmese, no está todo perdido. Hubo sobrerreacciones, pero nada que no se pueda solucionar...

-¡No soy Tim! –Gritó retrocediendo unos pasos-. ¡Soy Da...!

Y hubiera continuado de no ser por un marcado e insondable lamento proveniente de la habitación de huéspedes. Ambos ocupantes del pasillo levantaron la vista proyectándola a la obscuridad del cuarto y fue entonces que los dos reconocieron al dueño del sollozo.

¡Ése no soy yo! [DamiJon/JayTim]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora