Capítulo 37

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Caminaban entre la gente. El Sol ya estaba más que oculto. Las nubes volvieron el escenario más obscuro de lo natural de la noche. En cualquier momento comenzaría a llover y eso no era una sorpresa para nadie. El frío y el viento constante ya predecían el aguacero inminente. Por supuesto, ese motivo no hizo más que motivarlos a andar más rápido.

Tim se conducía extravagantemente entre la multitud, mostrando sus torneadas y bronceadas piernas mientras se arreglaba constantemente la bufanda que revoloteaba por las ráfagas de viento. Detrás de él, caminando con un poco de dificultad debido a los transeúntes, iba Damian con su ceño fruncido, aprovechando el tiempo en sus reflexiones y en sus conclusiones. Conclusiones que sobresalieron luego de esas últimas frases intercambiadas en el auto.

En su cabeza yacían todos aquellos discursos que compartió con su hermano mientras éste conducía. Luego de ponerse en marcha nuevamente, las palabras fueron lo que más les faltó, pero las pocas que se dedicaron, fueron las suficientes como para crear un poco de tensión que se supone ya habían disuelto.

-En realidad me sorprende que Pennyworth te haya permitido salir así... -Comentó Damian observando cómo Timothy se explayaba sobre el asiento sin importarle cómo aquella falda que portaba, se arrugaba cada vez más mostrando completamente sus muslos-.

-¿Qu-qué? ¿Hablas de la falda?

-S-sí... Pensé que te ordenaría cambiarte o algo...

-¿Hablas de esta mañana o de hace rato?

-¿Acaso hay alguna diferencia?

-N-no, no realmente. En la mañana me dijo que me cambiara, pero como quemé tus pantalones, Alfie no pudo encontrarlos y ya era tarde. Y cuando insistió, sólo me escapé corriendo. En cuanto me subía uno de los autos, ya no pudo alcanzarme.

-Ya veo, y...

-Y hace rato, también me dijo que me cambiara para que no me diera frío y me enfermara.

-¿Y bueno? ¿Por qué no le hiciste caso?

-¡Sí le hice caso! –Exclamó Tim sin despegar su vista de la carretera-.

-¿En serio? –Inquirió irónico Damian, bajando su mirada y observando aquella prenda inquisitiva-.

-¡Sí! ¡Me puse una bufanda y también me puse tenis! ¡Ni loco saldría en tacones con esta falda! ¡Qué pésimo gusto! –Respondió serio, causando algo de extrañeza en el menor, quien alzó sus cejas un poco molesto-.

-Bien... Ya entendí... -Musitó resignándose, devolviendo su vista sobre la carretera-.

La afonía los invadió nuevamente. Sólo los cambios de velocidad en el vehículo se oían, así como los refunfuños de Damian, quien se hundía en su aprensión entre más avanzaban sobre la carretera.

Conforme avanzaban sobre ruedas, la pausa lingüística iba en aumento, así como sus propias conjeturas respecto a lo que iba a suceder entre ellos, a sus circunstancias y a su destino.

Por su lado, Timothy repasaba las opciones que tenía en puerta y las posibilidades que tendría en el peor de los casos al no encontrar una solución a su problema. Calculaba y analizaba toda la información que poseía, que aunque no era mucha, era relevante en el proceso que habían vivido en esas últimas horas. En cuanto a Damian, el muchacho gastaba sus reflexiones en esa pausa que tuvieron sobre la carretera. Recordaba cada una de las palabras que Timothy le lanzó y de algún modo solventaron algunas de sus penas.

¡Ése no soy yo! [DamiJon/JayTim]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora