Años de Amor ♡Joerick♡

♡32 años

Erick se encoje en un costado del sillón, está frustrado.

Es la cuarta vez que rechazan su solicitud de adopción.

Tiene claro que la sociedad es una mierda porque a pesar de estar en pleno siglo XX, continua habiendo discriminación, como si eso si fuera normal.

Sus ojos se tornan vidriosos y solo puede abrazar sus piernas pegándolas a su pecho.

No quiere llorar pero es inevitable, la tristeza que siente lo debilita.

–Aquí está tu chocolatada, mi amor–dice Joel saliendo de la cocina con una taza en sus manos.

La deja sobre la mesa y se acerca a Erick rápidamente al notar que está llorando.

—Er, ya lo hablamos.

–Pero no es justo– reclama.

–Las personas suelen ser injustas siempre, porque buscan su conveniencia y actúa según lo que ellos creen correcto aunque no lo sea.

–Ni siquiera queríamos exactamente un bebé. Podían darnos un niño de cualquier edad y cualquier condición. Solo queríamos un hijo– solloza.

—Ellos no lo van a entender mientras haya odio en sus corazones.

Erick continua llorando y Joel se limita a abrazarlo, le parte el corazón verlo en ese estado. Ojala él pudiera hacer algo.

♡

–Quiero rendirme— murmura Erick después de leer el papel que sostiene en sus manos.

–No digas eso– habla Joel negando con la cabeza —podemos seguir intentando.

–No quiero porque está claro que jamás nos van a permitir adoptar.

–Erick...

–No, Joel. Ya no quiero guardar esperanzas inútiles. Me estoy rompiendo cada vez más.

–Me siento igual pero...

–¿Por qué no solo somos una familia tú y yo? Como siempre lo hemos sido.

El rizado sonríe de manera triste.

–Claro, mientras te tenga a ti y a a Bon Jovi tocando en la radio, estaré bien.

Erick se pega a su pecho fuertemente. Tantos años intentando adoptar un niño le han agotado las ganas de vivir.

♡

–Yo en serio quería un hijo– murmura para si mismo mientras guarda en un cajón los juguetes que tenían acomodados a un lado de la pequeña camita.

–Y sé que Joel también lo quería aunque finja que no importa– continua hablando consigo mismo.

Suelta un suspiro triste para no llorar, al ver que la pequeña habitación queda vacía poco a poco.

Pensar que en serio creyó que podrían tener un hijo, que no les dejaría dormir por las noches, al cual tendrían que enseñarle cosas y comprarle ropa. También imaginaba cocinar para él y salir a jugar al parque.

Y tantas cosas que podrían haberlo hecho feliz.

Sabe que tiene que ser fuerte por Joel porque su esposo también es fuerte por él.