♡53 años

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—¿Como está? —pregunta apenas entra a la habitación.

—No quiere comer —responde con tristeza el ojiverde.

Joel suelta un suspiro impotente. Él daría lo que fuera para que este momento se retrase un poco más.

Se sienta al lado de Erick y acaricia su espalda reconfortandolo un poco.

—No llores mi amor, Hugo va a ponerse triste.

—No puedo evitarlo —susurra con la voz temblorosa y Joel lo abraza fuertemente.

Hugo había dejado de jugar y ya no caminaba mucho, pasaba el tiempo echado sobre la alfombra o escondido debajo de la cama.

Pero desde que Bibi murió, Hugo dejó de comer.

El veterinario había dicho después de revisarlo, que no se podía hacer nada, Hugo ya había llegado a la edad limite de cualquier perrito y tarde o temprano tenia que descansar.

Solo bastaron un par de días para que ya no quisiera levantarse de su cama.

Sus ojos se mantenían entrecerrados, sus orejas caídas y aunque luchaba para mover su colita tras cada caricia o palabra que le daban Joel y Erick, estaba muy débil.

Esa noche ambos chicos se mantenieron despiertos a su lado, no podían dormirse sabiendo que tal vez al despertar, Hugo no estaría más.

—Fuiste el mejor —dice Erick mordiendo su labio inferior para no llorar —de las mejores cosas que me ha pasado en la vida, bebé.

Joel frota la panzita de Hugo para tranquilizarlo un poco. —Llegaste cuando Erick y yo más te necesitábamos y cumpliste nuestro sueño de ser padres.

Un sollozo se escapa de los labios del ojiverde y cubre su boca porque no quiere preocupar a Hugo que trata de abrir sus ojitos lo más que puede por verlos una vez más.

Son las personas que lo cuidaron y lo amaron desde que era un cachorrito, cuando su mamá murió y alguien lo separó de sus hermanitos, cuando no tenía a nadie más. Hugo los ama demasiado aunque no pueda decírselos con palabras.

Tuvo tanta suerte de formar parte de su pequeña familia.

Sus ojos van cerrándose cuando su corazón disminuye sus latidos.

En otra circunstancia pelearía más por vivir pero en esta ocasión no. Joel cuidara de Erick y Erick cuidara de Joel, confía en eso.

Sabe que algún día los volverá a ver. Todos estarán juntos y jamás se separaran de nuevo.

—Hugo... —suelta desgarradoramente Erick cuando el perrito parece no respirar más.

Joel lo pega a su pecho para calmarlo y llora también.

Cerca a las 3 de la madrugada cuando Bon Jovi cantaba la primera estrofa de la segunda parte de "Blaze of glory", el pequeño Hugo que llenó de felicidad sus vidas dejó este mundo y se reencontró con Bibi, Chris y Zabdiel, en uno mejor.

Años de Amor ♡Joerick♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora