Wolf-Love 1: Mi mate es una niña.

🐺 Capítulo 25| Fiesta.

Logan=

—Se verá hermosa, me muero porqué la marquemos— Tax me hablaba sin parar y yo caminada de una esquina a la otra en el enorme salón, los nervios me recorrían a través de la sangre y mientras más pasaba el tiempo y la gente iba llegando estos aumentaban.

—Se verá muy hermosa con nuestra marca en su bonito cuello— Tax no dejaba de suspirar y ronronear, parecía alzado.

—No la marcaré Tax— le hablé en voz alta y unas señoras me escucharon y me vieron feo.

—¿Logan estás bien? La gente huye de ti, debes tranquilizarte ella va a venir— Alec me puso la mano en el hombro y de la nada todos empezaron a aplaudir.

Tatiana acababa de entrar, todos la veían y le sonreían al aplaudirle, también la felicitaban, la abrazaban, le deseaban toda la fertilidad del mundo para traer al mundo a sus futuros cachorros y luego estaba yo que la veo como ala mujer más pesada y tóxica del mundo.

—¡Logan dale un beso a tu novia!— comenzaron a pedir las amigas de ella.

—Prefiero comer garrapatas— el gigantesco lobo negro se apoderó de mi imaginación, Tatiana era una garrapata grande, del tamaño de un gato y Tax la acechaba y se la comía de un mordiscón —Sabe mal— murmuró. Me transmitió una nueva imagen en dónde él escupía a la garrapata y se moría por el mal sabor.

—Necesito un trago— Esas imágenes eran algo que no necesitaba en este momento.

Tatiana llegó a mí con su enorme sonrisa falsa y un vestido rosa palo que la hacía ver como un matambre.

—Toda ella es una garrapata— Dijo Tax viendo con asco a Tatiana a través de mis ojos.
—Sin honor, sin respeto por ella misma...si fuera una loba decente no se rebajaría a hacerle esto a Genna.

—Tax basta, no necesitamos ocupar nuestra mente en Tatiana, Genna es más interesante de pensar— le recordé.

—Por supuesto, yo sólo decía que  no es de mi incumbencia si Tatiana quiere pasar vergüenza frente a todos cuando presentes a Genna como nuestra compañera y luna legítima de la manada.

—Logan cariño— la garrapata me habló pero contar cuántos azulejos hay en el piso se me hizo más divertido que tener que hablar con ella.

—Esta fiesta estará interesante— me susurró Laya que pasó junto a mí y se acercó a Alec.

—¿Por qué la haces llorar?— Lion se interpuso en mi camino de nervios.

—¿Aún está llorando?— si estuviera en mis forma lobuna habría bajado con tristeza mis orejas.

—No— cerró sus manos en puños.

—¿Va a venir?— mis esperanzas están por los suelos pero necesito una respuesta y así saber si debo cancelar todo o seguir y esperarla.

¿Y si no llega? Por millonésima vez en la noche la pregunta se coló en mi cabeza.

El día hoy lo había ocupado en ir de tienda en tienda en busca del vestido y los zapatos perfectos para mi pequeño amor.

Las primeras cinco tiendas no tenían aquello que mi lobo y yo buscábamos, pero entonces, la última tienda de la manada quedó frente a mis narices y al entrar, automáticamente mis ojos fueron a parar a un hermoso vestido dorado, que entre tantos otros, había sido el único que llamó mi atención, pero al ver la forma en que le marcaría la figura a Genna me alejé apresuradamente porque ya de por sí imaginarla me hacía pensar cosas malas y verla sería como liberar a la bestia.