Alejados de los humanos en un bosque como ningún otro, viven los hombres lobo. Una raza poderosa con la capacidad de cambiar de forma y convertirse en lobos pura sangre.
Logan es un alfa, su objetivo en la vida siempre fue ser justo con los integran...
Acabo de conocer a la mujer que tengo frente a mí, ambos estamos desnudos y no sé si quiero abrazarla o dejarla sola.
—Esto es muy difícil para mí— puse la mayor distancia entre ambos que pude sin que el dolor en mi pecho se hiciese más insoportable de lo que ya era.
—Eres mi otra mitad— apoyó sus piernas contra su pecho tratando de cubrir un poco su desnudes.
Su voz tiene una tonada tan delicada, un sonido tan relajante que podría ponerme a dormir o hacerme desearla dependiendo de la forma en que me mirase. Tiene un delicioso aroma dulzón, como a caramelo pero más delicioso.
Desearía poder mordisquearle el cuello e ir subiendo por la barbilla hasta llegar a sus cálidos labios para probarlos y abrirme paso entre sus...
¿Qué pasa conmigo? ¡Maldición! esos pensamientos no son míos, ni siquiera debí acercarme a ese aroma tan tentativo, debí huir mientras pude.
—Claro y también cuando Genna nos haga nuestra comida favorita no la comeremos— dijo Poli con sarcasmo. Su voz se oyó diferente, más ronca y su actitud cambió, él nunca había utilizado el sarcasmos, siempre había tratado de acercarse a mí y llegar a mi corazón aconsejándome y ayudando en lo que podía pero ahora es como si yo, el vampiro-lobo al cual está destinado, ya no le importara.
—¿Qué te pasa Poli?— en mis años de vida no creí que llegaría el momento en que yo me preocupara por él y no al revés.
—Nunca me dejaste llegar a tu corazón, ya no te quiero, la quiero a ella.— ronroneó esa última palabra como si la mujer que al parecer es nuestro otra mitad lo tuviera enamorado.
—Lo nuestro no es posible...
—¡Tú no eres posible! Mírate, feo y gruñón—rugió Poli.
—Y tú idiota y débil—le gruñí y lo oí sollozar.
—Te pasaste— me dijo, deprimido.
—¿Por qué? La diosa unió mi alma a la tuya, mi corazón late por tí ¿Por qué no podría ser posible lo nuestro?— preguntó ella apunto de llorar.
Porque no te haré feliz, porque odio a los lobos, porque me odio...
—Jamás podría darte cachorros— dije sin atreverme a mirarla porque sabía que mis ojos iba a bajar a sus labios y no encontraría las fuerzas para controlarme.
El primer encuentro es difícil, nuestros lobos están desesperados y la pareja comienza haciendo el amor porque no pueden controlar la felicidad de sus lobos, yo no quiero eso, si lo hacemos ya no podré quitarla nunca de mi cabeza y diablos, como deseo incarle el colmillo y deleitarme con su sangre.
—No me importa, hay muchas formas de
Negué con la cabeza obligándola a guardar silencio.
—Soy mitad vampiro, la sangre de los muertos corre por mis venas y si cometo el equivocación de dejar caer no sangre sobre tu vientre el cachorro nacerá débil o incluso incontrolable. Lo nuestro no es posible— declaré.
Le eché un último vistazo y me di la vuelta yéndome por el bosque hasta la manada.
—¡ESPERA!— me iba a girar pero de pronto y como del cielo ella cayó sobre mí.
—¿Qué?— gruñí sacudiéndome debajo de su cuerpo para que se alejara y ya no presionara sus suaves pechos sobre mi espalda.
—Voy a violarte—
—Ya la amo, me gustan las chicas directas y ella me gusta mucho
—¡¿Estás loca o qué pasa por tu cabeza...— los que empezaron por ser gritos bajaron a ser jadeos. La mujer tenía unos colmillos lobunos preciosos y me los había clavado en el cuello, me estaba marcando y es la sensación más deliciosa en la vida.
Me apretó las manos y comenzó a frotarse contra mi entrepierna haciéndome jadear por más.
—Vamos extraña, tu puedes hacerme sentir mejor— ronroneé en su oído.
—¿Cómo era Lion? No la quiero, odio a los lobos, me dan asco. Te las tragas mijo— se burló mi lobo.
—Me gustas— ronroneó la loba olvidándose de cerrar la herida en mi cuello que hacía caer sangre sobre mi pecho.
—Espera— traté de escapar, esta loca hablaba enserio.
—Ni siquiera lo pienses, querido. Ya me perteneces— sonrió divertida, me dio miedo.
¿Qué me quiere hacer esta loca?
—Tampoco me gustan las locas, aléjate de mí— saqué mis garras y las guardé al ver de imprevisto sus muslos.
Deliciosa...
—Pues yo te gustaré quieras o no—
—Lo que digas, cariño...
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