🐺 Capítulo 46|Ayuda

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La manada parecía atiborrada de gente, no daba un paso sin tropezar, sin marearme o distraerme en la oscuridad de la noche. La casa de Alec quedaba cerca, sólo a unas cuantas calles de la mía pero se sentía como si estuviera del otro lado del mundo.

Mi mente se encontraba dispersa en diferentes cosas y como pensamiento principal estaba ella, mi hermosa lobita de intensa mirada oscura.

Ni siquiera sé si lo que sentí al tocar la cálida piel de su vientre fue la eléctricidad entre nosotros o algo más, me preocupa saber la verdad, es algo que no podría esconderle, tampoco evitarlo o mentirle. Los cambios estarían a la vista en poco tiempo y ni aunque aplazara la verdad podría evitar decepcionarla o hacerle daño.

Son diferente sus sueños a los míos, los míos son a largo plazo, tenerla, amarla, formar una familia y reír por el resto de nuestras vidas mientras le prohíbo comer chocolates.

En mi despiste tropecé con un guardia y caí sobre él. El muchacho gruñó y al alzar la mirada retrocedió asustado.

-Alfa, discúlpeme- bajó la cabeza por respeto y sin atreverse a mirarme me ayudó a levantar.

-No pasó nada- continué corriendo por la manada, la casa de Alec pronto se apareció en mi campo de vista y llegué con las patas temblorosas y miles de preguntas que le haría a mi hermano.

Rasguñé la puerta hasta que un cachorro peludo y moviendo la cola asomó la cabeza y detrás de él su madre lo veía y negaba con la cabeza a modo de reproche.

-Alfa- me sonrió Laya y como siempre acostumbra me hizo una reverencia y alzó al pequeño Tristán en sus brazos. -Ya te dije que no cambies- lo retó por lo bajo y el lobito le lamió la mano disculpándose pero no volvió a su forma humana.

-Necesito ver a Alec, es urgente Laya- merodeé por su sala intentando quedarme quieto pero sin poder lograrlo.

-Él ya debe estar por volver, Logan. Fue a supervisar los extremos de la manada- me explicó la loba -Pero puedes tomar asiento- señaló los sillones los cuales sé por años de amistad con Alec que a ella no le gusta que se suban porque dejan pelaje.

-Esperaré aquí- expresé sentándome en la alfombra. Ella me sonrió y comenzó a irse a la cocina -Espera Laya- sin querer sobrepasarme le mordí su vestido para impedirle que se fuera.

-Iré por té- me explicó.

-No, quiero que me cuentes algo- le dije y le empuje con mi osico los pies para que se sentara en el sillón al otro extremo de la habitación. -¿Qué sentiste cuando te enteraste de que Nathan venía al mundo?- le pregunté y me acomodé. Esto es algo que necesito escuchar, antes no me hubiese parado a preguntarle, pero ahora quiero saber todo y para mí sorpresa la loba sonrió como si lo estuviera recordando.

-¿Bromeas?-se rió y sus ojos se llenaron de lágrimas -Logan es la pregunta más idiota que me haz hecho ¡Estaba feliz, por supuesto! Mi mate, mi pareja perfecta me había dejado en cinta- soltó una sonora carcajada -Él estaba aterrado, así que le dije "Alec o te calmas...

-O te castro"-interrumpió Alec acabando la frase de su mate viéndola con una enorme sonrisa que le llegaba a los ojos, se inclinó a su altura y le besó con dulzura la frente. Tristán gruñó y Alec también lo tuvo que acariciar hasta que el cachorro se calmó y comenzó a jugar. -Hijo te dijimos que no cambies de forma, no es normal- le dijo con seriedad pero se veía el orgullo en sus ojos.

Wolf-Love 1: Mi mate es una niña.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora