Sasuke se miro al espejo e hizo un puchero. Tenía la cara llena de puntos rojos. Puntos que le daban comezón y sentía mucho cansancio, sus pequeños músculos le dolían y tenía ganas de llorar de lo mal que se sentía.
Contrajo varicela y, lo peor, en su primer día como niño grande de tercer grado de primaria. No podría estar junto a su Naruto por casi treinta días y eso le dolía en el corazón.
—¡Mami! —llamo quejumbroso a su dulce madre, necesitaba tener cariño a tiempo completo y ahora que no podía tener al blondo a su lado tendría que obtenerlo de otras fuentes.
Mikoto subió lo más rápido que pudo las escaleras y entro a la habitación de su dulce y tierno bebé. —Que sucede cariño ¿Necesitas más crema para la comezón? ¿Tienes fiebre? — Mikoto reviso la temperatura con el termómetro y afortunadamente todo estaba bien.
Sasuke negó —Quiero que venga Naru.
Mikoto suspiró —esta vez no creo que sea posible cariño. ¿Quieres un poco más de helado?
El azabache se subió a la cama y se cubrió con las mantas hasta la cabeza—¡Quiero a Naru!
Mikoto se mordió el labio mortificada —¿Quieres verlo igual de enfermo que tú?,¿Acaso es agradable lo que siente ahora tu cuerpo? Por qué si es así me sentiré muy decepcionada de ti.
Sasuke gimió bajo las sábanas y se puso a llorar de forma desconsolada. —¡No mami no quiero que se enferme! — Mikoto se sentó a su lado y dejo caricias sobre su espalda.
—Deberias hacer videollamadas por esa aplicación que tienes en la tableta
Sasuke salió de su escondite con las mejillas sonrosadas y empapadas de lágrimas y negó —se me cayó la tableta y mi hermano dijo qué la arreglaría pero tardaría unos días.
Mikoto apretó los labios y se levantó para verter sobre una cuchara una pequeña cantidad de medicamento. Sasuke arrugó la cara por el asco de tener que probar de nuevo es feo líquido color rojo.
—Dejame pensar en algo — Mikoto le extendió la cuchara y el pequeño azabache no tuvo más remedio que abrir la boca — arrugó la cara y saco la lengua.
Mikoto sonrió y lo arropó antes de salir y dirigirse a la habitación de su hijo mayor para saber cómo iba con el arreglo de la tableta. Tocó suavemente la puerta y espero un poco.
—adelante — suspiró por qué la respuesta la obtuvo de Deidara. Había olvidado qué estaban haciendo tarea juntos. Apenada entro.
Deidara se acomodó un mechón de su largo cabello rubio tras la oreja y le sonrió a su suegra. —Itachi salió a buscar algo para refrescarnos, hace un poco de calor y ya llevamos mucho tiempo con esta maqueta — le explicó.
—Solo quería saber cómo va con los arreglos que necesita la tableta de Sasu, cómo está enfermo se puso algo impaciente para ver Naruto
Deidara miró la tableta en el escritorio de su novio y miro con un puchero a la mujer —no hemos tenido tiempo para revisarla, este proyecto nos ha tomado más tiempo de que pensamos.
—oh— Mikoto se sintió desilusionada.
—Sasuke tiene varicela,¿verdad?
Mikoto asintió.
—Todos los niños en cualquier momento la contraen ¿No es mejor si Naruto se contagia ahora?
Mikoto abrió la boca y la cerró sin decir nada. Parpadeo y asintió con una sonrisa. Seguro su amiga Kushina estaría de acuerdo y así ambos niños faltaban juntos y ya no pasarían por ese proceso de estar separados si Naruto se contagiaba después.
—Ahora se por qué tienen esa foto tuya — susurró la pelinegra.
—¿Cómo dice? — preguntó el rubio sin entender las palabras de su futura suegra. Mikoto negó, había pensado en voz alta.
—Nada, nada que tienes razón. Hablaré con a mi amiga.
Mikoto salió de ahí con una sonrisa.
Deidara encogió los hombros y le restó importancia. Se dedicó a seguir estudiando.
