Deidara se llevó las manos a la boca para evitar que el gemido se escuchara por toda la planta alta de la casa de sus futuros suegros, una lágrima se deslizó por su mejilla enrojecida por el placer y el calor que el cuerpo de Itachi le proporcionaba.
Un golpe en la puerta hizo que Itachi dejará lo qué estaba haciendo para intentar regular su respiración —¿escuchaste eso?— susurró.
Deidara miro hacia el pequeño espacio entre la puerta y el piso y fue que noto sombras moviéndose de un lado a otro. Abrió los ojos y jadeó intentando quitarse de encima al pelinegro. —¡Quítate idiota! ¡Son los mocosos!
Itachi frunció el entrecejo —¡Largo de aquí mocosos!
*Quince minutos antes*
—Vamos a ver Stranger Things Sasu— Gaara dejo el vaso con soda sobre la mesa de noche del pelinegro y fue por el control del Xbox one que había en su habitación.
—No creo que MÍ Naru este de acuerdo, a él no le gustan las películas o escenas de terror— dijo sin interés el pelinegro mientras entraba al menú
Gaara hizo un puchero y pensó en que otra cosa podría ver para distraerse un rato —Naru ya se tardó con las palomitas, iré a ver qué sucede.
Sasuke encogió los hombros, había entendido que aunque Gaara gustará de Naruto, su novio no le haría caso, esos dos eran tontos y los tontos se repelen. Sonrió.
—Solo mantente alejado de él o estás muerto rojito — y una advertencia nunca estaría de más.
Gaara asintió y se fue a buscar el blondo.
Sasuke le dio play a Stranger Things y sonrió de forma malvada por qué tendría al blondo pegado a él y Gaara estaría en primera fila para verlo con esos bonitos ojos.
—Que inteligente eres Sasuki— se auto alabo.
—¡Ah,Ah!
Sasuke abrió los ojos asustado, se le aceleró el ritmo cardiaco. Había sido un ruido muy extraño. Miro la televisión y seguía congelada la imagen de la serie. Quiso salir corriendo, pero paso saliva,él era un descendiente Uchiha y sus antepasados estarían avergonzados si él salia corriendo de ahí. Se sentó en el colchón de su cama y apretó sus rodillas.
—¡Ah, humj!
Apretó los labios y achicó los ojos. —Ese sonido lo he escuchado antes. —susurro ahora más tranquilo, analizando y buscando entre sus memorias.
Naruto y Gaara entraron corriendo y derramando palomas de maíz sobre la alfombra, sus rostros mostraban una combinación de miedo y confusión.
Los hizo callar mientras esperaba que el sonido se repitiera.
—Es en la habitación de tu hermano — susurro Gaara.
Sasuke abrió la boca. Su hermano esta con Deidi haciendo tarea.
—¡Le esta golpeando de nuevo!
—¡¿Al dios Deidi?!— preguntó angustiado el blondo.
Gaara estaba algo perdido con la conversación. —¿Dios qué?
—El dios Deidi hizo que Suki y yo nos hiciéramos novios.
—Ah...— exclamó Gaara— sigo sin entender Naru, en mi casa nunca han hablado de un dios Deidi.
Sasuke rodó los ojos aburrido.
—¡No es momento para explicaciones!, ¡vamos a salvar a Dei!
Tiempo real
Los tres salieron decididos hacia la habitación de Itachi— ¡Salid de tus dominios hermano malvado de Sasuke!— Gaara pateo la puerta.
—¿Por qué hablas tan raro?— Sasuke negó y suspiró, luego pateó la puerta—¡Abre!— pateó. —¡Abre!
Naruto y Gaara le imitaron.
Deidara corrió a vestirse, no podía encontrar su playera, estaba sintiéndose algo alterado por el comportamiento de esos pequeños engendros.
—¿Que rayos les pasa a esos niños?
—Es que mi hermanito cree que eres una especie de Dios por qué has hecho muchas cosas buenas a favor y beneficio de ellos — Deidara elevó un ceja y Itachi negó sonriendo— ¿recuerdas que hace meses te dije que Sasuke escucho "que te golpea"? Bueno, pues me dijo que si lo volvía a hacer me acusaría y supongo que...
—¡Callate por dios Itachi, que vergüenza!
Itachi abrazo a su novio y le dio un beso en la coronilla.
Entonces los tres niños cayeron de bruces al suelo. Habían "tirado la puerta"
—¡Le golpeaste otra vez!— bufó Sasuke mientras señalaba como el dedo índice a su hermano.
—¡Ah! ¡Esta llorando! — Gaara y Naruto jalaron a Deidara de la ropa y lo alejaron de los brazos de Itachi.
—¡Nos lo llevamos! Le diré a mamá Itachi
—¡No te atrevas Sasuke!
—¡Si lo haremos!— gritaron los tres.
Daidara le saco la lengua y se fue junto con los chiquillos que le prometían una masaje, comida y series de televisión.
Itachi apretó los ojos y se sobo el puente de la nariz. Espero al rededor de veinte minutos hasta que subió su madre con cara sería.
—Estas muy castigado Itachi, en esta casa no se le puede levantar la mano a nadie— la mujer de cabello negro le guiño un ojo y con la mirada le indico que detrás de la puerta estaba su indignado hermano menor.
Itachi sonrió —¡Pero mamá!
—Nada, vas a tener que llevar a tu novio a su casa y quédate allá para que le ayudes a limpiar su habitación.
Sasuke abre los ojos impactado. Ese era un castigo muy feo hasta para él. Bueno no tanto por qué el sí tiene su habitación limpia, pero el Dios Deidi debe tener un lío por qué los dioses no tienen tiempo de limpiar por las múltiples oraciones y milagros que debe atender.
El pequeño azabache se aleja de ahí con una sonrisa y dando pequeños y cortos saltitos.
