ALMAS SEPARADAS

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ALMAS SEPARADAS

Pasó un mes desde aquel fatídico evento. Night Raid había logrado infiltrarse con éxito al castillo, logrando su cometido de envenenar a Esdeath, sin embargo, hubo bajas como era de esperarse y no precisamente del objetivo. De los Jaegers murieron Bols y Run combatiendo no solo con mis amigos sino al parecer hubo fuego cruzado con una nueva organización conformada por el hijo del ministro y su equipo, a pesar de los asesinatos que estos cometían después de Wave tenía la sensación de que eran las personas más decentes dentro de los Jaegers; pero no eran sus muertes lo que más me afectaba sino la muerte de dos miembros de Night Raid, Chelsea y Lubbock, no había convivido demasiado con Chelsea apenas convivimos por una semana,  a ella le gustaba fastidiarme incluso más que Leone, era agradable y una de nosotras que no merecía morir y que su cabeza adornara la capital; la muerte de Lubbock fue lo más difícil de aceptar, no pude estar ahí luchando a su lado, ni siquiera encontramos su cuerpo, pero el resultado era más que obvio y a pesar de todos los sacrificios, la misión podría considerarse un fracaso, no habían logrado asesinar a Esdeath, en efecto la debilitaron, pero continuaba con vida, más furiosa que antes y lo peor de todo, aun tenía con ella nuestro hijo.

La sensación de fracaso y perdida invadía toda la base junto a todos los que estábamos dentro de la misma, pero el único que falló había sido yo. Llevaba encerrado en mi habitación desde que había escapado del Palacio, únicamente con la compañía de mi hija, tres veces al día e incluso más Leone o Akame solían traerme comida y a mi hija, pero yo no salí en ninguna ocasión ni quise hablar con nadie. Aún me siento culpable y no tengo el derecho de permanecer aquí, desde que salí pudieron acusarme de traición y asesinarme, pero no lo hicieron, tampoco me reprocharon nada, aun cuando todo había sido mi culpa, la muerte de nuestros amigos y en sí, el fracaso total de la misión. Aun con toda la culpa que cargaba sobre mí, no puedo ni debo seguir sumido en esta depresión, no puedo quedarme simplemente encerrado sin hacer nada, teniendo lastima de mi mismo, Bulat y Lubbock seguramente están decepcionados de mi y no puedo culparlos por ello. Tomé a mi hija en brazos, aun cuando solo había pasado un mes ella creció bastante y aquellos hermosos ojos bicolor me miraban figurando una sonrisa ya acostumbrada a mi rostro, yo correspondí a su inocente mirada, pero el que me viera de esa manera ignorante de todo lo ocurrido, me dolía profundamente.

—También te falle a ti y a tu hermano —le dije acariciando su mejilla a lo que ella respondió dirigiendo su boca hacia mi dedo—. No soy tu biberón pequeña, vamos, es hora de que conozcas al resto.

Todos los que aun quedábamos en Night Raid me vieron llegar junto con mi hija, pero en esa ocasión yo pase de largo directo a mi habitación sin siquiera decir alguna palabra, y ahora que por fin me atrevo a enfrentarlos tenía la obligación de presentarla.

Salí de mi habitación abriendo la puerta con cuidado, la hora correspondía justamente al almuerzo por lo que con seguridad todos estarían en el comedor compartiendo un momento juntos; antes de girar por la entrada hacia el comedor pude escuchar voces y unas cuantas risas compartidas por ellos, el bullicio común aunque claramente menos voces estaban presentes, me detuve en seco con mi corazón palpitando con fuerza, estaba nervioso, no sabía si sería aceptado luego de mis acciones. Sin previo aviso mi hija soltó una pequeña risa lo suficientemente fuerte como para detener el bullicio, había sido expuesto por ella y ahora no tenía más remedio que aparecer.

—Bu-buenos días —saludé tratando de formar inútilmente una sonrisa, pero luego de manera programada solo pude bajar la mirada tratando de esconder mi culpa.

—¡Tatsumi! —gritó Leone parándose al verme, seguida por todos los demás.

Mi pesar se desvaneció en cuestión de segundos, todos estaban rodeándome con grandes sonrisas y palabras de felicidad saludándome y a mi hija, no sentí ninguna mirada de reproche o algo por el estilo, al contrario, todos se veían felices y aliviados de que saliera de esa habitación y yo estaba igual, incluso la jefa Najenda me miraba dejando su distancia con una sonrisa satisfecha; pronto la jefa se abrió paso entre el resto hasta estar frente a mi poniendo su mano sana sobre mi hombro.

—Me alegra ver que no te has muerto dentro de tu recamara —dijo en son de broma y por primera vez tomó su cigarrillo aun prendido tirándolo al suelo y aplastándolo con su pie—. ¿Puedo sostenerla?

Su pregunta me tomó por sorpresa y dude por unos instantes, hasta el día de hoy yo había sido el único que la había cargado. Miré a mi hija quien al parecer estaba feliz de recibir tanta atención, sonreí con tranquilidad y asentí a la petición de la jefa dirigiendo a mi hija hacia ella. La tomó en brazos y la sostuvo mejor de lo que yo lo hacía, la comenzó a mecer y jugueteo con ella usando su mano robótica, mi hija soltaba grandes carjadas mientras todos mirábamos atentos cada una de sus acciones y lo fácil que resultaba para ella entretenerla.

—Tatsumi, quiero que sepas que nadie te culpa ni la Arma Revolucionaria.

No me esperaba aquel comentario, pero en realidad era lo que estaba esperando poder escuchar de ellos para así lograr calmar mi corazón, apreté los puños y sin poder evitarlo nuevas lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas, Leone me dio unas palmaditas en la espalda sonriéndome con compresión, todos lo hacían.

—Yo me culpo, pero les prometo... a todos, que no volveré a fallarles.

La jefa sonrió satisfecha de mis palabras, yo limpié mis lagrimas y por fin luego de mucho tiempo pude volver a sonreír con honestidad. Ahora estaba en casa.

~Esdeath~

El veneno había afectado profundamente su cuerpo inhibiéndolo más de lo que ella misma llegó a imaginar, su cuerpo había permaneció paralizado por un mes, pero ahora se encontraba mejor, con las fuerzas recuperadas aunque por lo que el doctor le mencionó no volvería a ser la misma guerrera que antes, su fuerza había sido mermada permanentemente y aunque aun puede utilizar su Teigu con gran ferocidad y fuerza, ya no era lo mismo; ahora su cuerpo se cansaba más rápido y cada vez que usaba su habilidad el veneno que aun permanecía dentro de sí misma penetraba hasta los vasos que rodean su corazón causándole microhemorragias, por lo que cada vez que la usara representaba una disminución de su promedio de vida, por palabras de su médico le quedaban quizá 10 años de vida la cual disminuía por dos años cada vez que usaba su habilidad por más de un minuto.

Las noticias representaban un problema para el ella y por supuesto para los planes del ministro; la Armada Revolucionaria seguía creciendo cada vez más fuerte y aunque habían logrado asesinar a un par de los miembros de Night Raid, aun quedaban muchos dentro de aquella organización incluyendo a Tatsumi, quien no solo la había engañado sino también se había robado a su hija. No es mentira decir que Esdeath lloró por él durante un día entero, pero al siguiente la ira y el odio ocupó el lugar de la tristeza y la decepción; Tatsumi había rotó su corazón, y ahora ella se encargaría de quitarle todo lo que él amaba, incluyendo su hija, aun si aquello le costaba su propia muerte.

Lo único que la consolaba y le daba más fuerzas era su propio hijo, la hermosa criatura que había sido fruto de su amor por Tatsumi y el cual transmitía en sus ojos una gran fortaleza; amaba a su hijo como jamás pensó amar a algo o alguien, ni siquiera a Tatsumi, el sentimiento de amor que la envolvía resultaba indescriptible, pero estaba dispuesta a protegerlo de quien fuese, deseaba verlo crecer y cada que éste sonreía aun sin mostrar ningún diente le parecía hermosa y la enorgullecía, a pesar de que le recordaba a su padre.

Hola! Aquí les dejó el nuevo capítulo de este fanfic, y dirán que es muy corto, pero es que les traigo una sorpresa, algunos se quejaron de que no les di un lemon de Tatsumi y Esdeath, pero en el siguiente capítulo, que he publicado junto con éste será como un extra sobre lo que sucedió aquella noche en la que concibieron a sus hijos. No se vayan a burlar, porque nunca he escrito escenas de sexo.

Me gustaría saber que es lo que prefieren en el destino de ésta historia.

-Muerte de Esdeath

-Muerte de Tatsumi

-Muerte de ambos

-Que terminen juntos.

Espero ver sus comentarios de aquí al siguiente lunes, lo que pasa es que no puedo decidirme, ya que tengo un final adecuado según cada destino.

¿Un hijo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora