¿Un hijo?

EL PLAN DE TATSUMI

CAPÍTULO 19. EL PLAN DE TATSUMI

Para mi alivio todos en Night Raid se encariñaron demasiado con mi hija, debido a la ausencia de varios miembros el ambiente que cubría la base se sentía menos pesada gracias a las risas y llantos de mi pequeña, pero fue especialmente la jefa Najenda quien se encariñó más. No esperaba que la jefa fuese tan maternal, y es quien más procuraba alimentarla, ya que la principal razón por la que mi hija lloraba era por hambre y cuando tenía la barriga llena solía estar todo el tiempo dormida.

La jefa tenía en sus brazos a mi pequeña mientras velaba su sueño, por otra parte yo me encontraba sentado en el sofá junto a ella sin poder quitarle la vista de encima, a mi lado estaba sentado Susanoo quien era la Teigu orgánica de la jefa y al mismo tiempo un atento compañero que se encargaba de la limpieza de nuestra base; en el sillón conjunto estaba Leone y Akame, Leone había tomado el hombro de Akame atrapándola con fuerza en un abrazo mientras la molestaba con algo que no entendía o más bien no prestaba atención; Mine por otro lado estaba en la cocina, le tocaba a ella preparar la cena.

—Tatsumi... —Me llamó Akame poniéndose sería.

Por primera vez quité la vista de mi hija y miré los profundos ojos rojos que me habían llamado, tanto ella como Leone se habían puesto serias, pronto supe la razón. Por palabras de Akame cuando fueron a rescatarme y mientras Leone se encargaba de ir por mí, entre las tantas confrontaciones que hubo una de las que supuse que podría llegar a dar era entre ella contra su hermana Kurome, una pelea en donde a causa de uno de los miembros de Wild Hunt que se interpuso, Kurome salió gravemente lastimada, no han sabido mucho de ella desde entonces, pero saben que dentro del Palacio las cosas son un caos, un caos tal que la Armada Revolucionara no puede pasarla por alto.

—Eso significa que la Armada está lista para atacar —dije juntando mis manos y apretando con fuerza.

—Sí, la batalla final está cerca —dijo la jefa cerrando los ojos plácidamente.

—Tatsumi, han pasado dos meses desde entonces, hay alguien que ha estado buscándote —Leone se levantó colocando sus manos a cada lado de sus caderas.

—Todos deben estar buscándome —contesté mirándola, luego de lo sucedido resultaba obvio.

—Se trata de Wave, él y Kurome abandonarán no solo la capital y a los Jaegers sino que escaparán fuera del imperio.

Aquello me tomó por sorpresa, no era fácil de creer que alguien con tanta convicción como Wave fuese capaz de abandonarlo todo, pero por la mirada de Akame era cierto. Al parecer antes de marcharse Wave quería hablar conmigo, Leone y Akame estaban a favor de que pudiéramos vernos, aunque la idea no parecía complacerme del todo, aun no estaba listo para mirarlo a los ojos. Todos estaban de acuerdo en que me encontrara con él, incluyendo la jefa por lo que no había razón real y válida para que yo rechazara dicho encuentro. Se decidió que él y yo nos encontráramos en un bosque al oeste de la capital, muy cerca del cementerio general.

Me cubrí la cabeza con el gorro de mi gabardina beige que me llegaba poco más arriba de las rodillas y me puse unos guantes de cuero negros, enfundé a incursio dejando que la gabardina escondiera mi Teigu y justo a la media noche en compañía de Kurome fui a mi encuentro con Wave. Él estaba ahí, parado junto a un fresno mirando hacia las múltiples lápidas, estaba solo y no había rastro de Kurome en ningun lado, en cuanto nuestros pasos llegaron a sus oídos se giró, estoy seguro de que no era capaz de verme la cara debido a la sombra de la gabardina, pero nuestros ojos aun así se encontraron. Podía sentir como su mirada estaba juzgándome.

—Realmente viniste, no esperaba menos de ti, Tatsumi.

En cuanto lo dijo me quité la capucha. Su ceño se frunció aún más y yo lo miré de la misma manera, luego de unos segundos su mirada se relajó y me miró con ojos compasivos, él único que podría ser capaz de mirarme de esa manera dentro de los Jaegers era él.