El accidente

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Entonces, ante la gran curiosidad, abrieron el sobre juntos.

—Oh...—Largó una vez lo terminaron de leer—¿Te iras?—Preguntó preocupado.

Ella no contestó.

—Si lo harás, te irás...—continuó el al ver su expresión.

—No lo se.—agregó.—Es mi sueño, sí. Pero no estoy segura, todo es muy así de repente

—Te conozco, se que lo harás—afirmó con la cabeza.

—Jimin...—intentó tocar su mano pero el rubio fue más rápido y dio un paso atrás.

—Es tu sueño, jamás te impediría cumplirlo.—respondió.

—Pero si eso implica alejarme de ti estoy dispuesta a dejarlo ir.

—No.—Habló rápido.—No renuncies por mi, Tn. Desde que estamos de pareja estas esperando esta solicitud.

—Si pero...—la interrumpió.

—Pero es tu sueño. Tu me has apoyado en el mío y es mi deber también hacerlo, no quiero sentirme culpable.

—Yo quiero estar a tu lado—Sin pensarlo, lo abrazó.

—Yo igual.—Le correspondió.

—¿Y entonces?—Preguntó subiendo su cabeza para ver a Jimin, era un poco más baja que el.

—Entonces, tu cumplirás tu sueño, aunque eso implique que nos alejemos.

Jimin se sentía dolido y su corazón le rogaba que dejara de decir esas palabras cuando pensaba todo lo contrario. El quería que se quede en Corea, pero no podía ser así de malvado con ella después de todo lo que sufrió por su culpa.

—¿C-cuando es ese viaje?—Preguntó entre medio del abrazo.

—Supongo que en tres días o más, no lo sé.

Jimin la abrazó más fuerte. Se miraron fijamente a los ojos, ambos expresaban cierta tristeza en sus rostros. Lentamente se iban acercando al otro para iniciar un deseado beso. Sin embargo, cuando sus labios ya rozaban sonó un teléfono.

—Bufó—Mierda.

—Atiende, debe ser importante.

Y así como le dijo Tn, el sin querer hacerlo, atendió.

Observó su móvil; Nunca eran agradables las llamadas del ceo.

Al cabo de un rato, volvió con un rostro lleno de tristeza.

—Debo irme–Dijo levantando su móvil.

—Entiendo...—agachó la cabeza.

–¿Mañana vendré, si?

–Si, pero Jimin—Lo detuvo.–¿Qué somos ahora?

—Solo somos dos personas que se aman pero la vida no parece ayudarlos mucho—Confesó mirándola ya casi con una lágrima.

–Te quiero...—Largó.

—Te quiero más.–Habló el rubio.

Y por fin, se dieron, quizás, su último beso.

[☆]








Tn

La noche había  caído más rápido de lo que imagine. No dejaba de pensar en la carta. Quería irme, por supuesto, pero mi lado de NO IRME salía a la luz en cuanto Jimin se hacía presente en mis pensamientos.

¿HALSEY O YO? | JM  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora