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-Jungkook, ¿cómo te encuentras?-pregunta su madre mientras acaricia su frente con cariño.
¿Dónde estoy?
-Mamá, ah...me duele la cabeza. ¿Qué hago aquí?-le pregunta, aún intentando acostumbrarse a la luz de aquella sala blanca.
-Cariño...-su madre se aleja y mira a través de la ventana, cruzada de brazos y con la mirada perdida-.Tuviste un accidente.
¿Qué...?
-Pero...no recuerdo nada-dice el muchacho con mucho esfuerzo, aguantando como puede el dolor de cabeza que ataca fuertemente esta vez.
-Ese es el problema, Jungkook. Temíamos que tuvieras alguna secuela. Y se ve que sí. Ahora mismo vengo, voy a ver a Jinhyung-dice su madre, y sale indiferente de la habitación.
Mierda. Jinhyung. Se me había olvidado la existencia de ese ser despreciable. Esa persona que nos está haciendo la vida imposible a mi y a mi madre. Ese lobo con piel de cordero. Ese hombre al que debo llamar papá.
-¿¡Pero a ti qué coño te pasa para ir a las 4 de la mañana borracho y saltándote semáforos!?
La entrada del mayor sorprende a Jungkook, pero no tanto como para mostrarle un poco de interés ante lo que está diciendo.
-¿¡Eres consciente del susto que le has dado a tu madre!?-aquel hombre sigue gritando.
-¿Puedes bajar el volumen?, me duele la cabeza, y la verdad es que estaba disfrutando mucho del silencio-dice esta vez el menor, cerrando los ojos sin importar la presencia de la otra persona.
-Tendrías que haber visto cómo estaba tu madre cuando le dijeron que su puto hijo había sido atropellado por ir borracho como un vagabundo. Eres despreciable. Ya ni si quiera te preocupas de tu ma...
-¡Cierra ya la jodida boca, Jinhyung!-grita Jungkook levantándose de golpe de la camilla y yendo con furia hasta aquel hombre que decía ser su padre-.¡Y jamás te atrevas a fingir que mi madre te importa lo más mínimo, porque no es así! Ojalá ella se diera cuenta de una jodida vez del tipo de persona que eres. Pero no puede porque le has lavado el maldito cerebro con tanta promesa que, ¿adivina qué?...¡No vas a cumplir jamás!-el chico cada vez se acerca más a su acompañante. Tanto que sus narices están a punto de tocarse-. Y tampoco te atrevas a mostrar ningún tipo de falso aprecio por mi, porque sé que habrías dado tu vida por ser tú el que manejaba ese puto coche-una lágrima cae por la mejilla del chico, y ni si quiera reacciona cuando su mayor levanta el brazo para darle un puñetazo que, probablemente no iba a ser flojo teniendo en cuenta el grado de cabreo que tenía.
-¡Señor, por favor, pare!-grita un chico con bata de enfermero que acaba de entrar a la habitación. Coge el brazo del mayor para evitar que empiece una pelea, y éste le aparta de un fuerte empujón haciendo que choque contra la pared detrás de él.
-Te arrepentirás de lo que has dicho-dice el hombre, que ahora abandona la habitación mirando al hijo de su mujer con cara que expresaba únicamente rabia y odio.
-¿Estas bien?-pregunta instantáneamente Jungkook, acercándose al chico que ahora le acompaña en la habitación. Él sonríe y asiente.
-Sí, no te preocupes, ¿y tú?
-Eh...sí-response cabizbajo el pelinegro-.Lo siento por lo que te hizo ese tío. Está loco-le dice sonriendo de lado y tocándose la nuca.
-No pasa nada, a veces esas cosas pasan-se quedan unos segundos en un incómodo silencio, y al final lo rompe-.Ah...yo me llamo...
-Ya puedes volver a tu puesto-habla ahora un médico que se dirige al enfermero-.Ya me encargo yo de tomarle la temperatura.
-Está bien. Pues...adiós-se despide y se va riendo.
-Adiós...-sonríe el pelinegro cuando se cierra la puerta. Pero en ese mismo momento, alguien toca a esta y la puerta se abre.
-Buenos días, señores, ¿usted es Jeon?
Un policía. ¿Qué cojones...?
-Eh...sí, ¿pasa algo?
-Bueno, debo recordarte que tu atropello no fue culpa del conductor, sino tuya, porque te saltaste un semáforo en rojo, y el conductor afirmó que ibas con dos botellas de cerveza en cada mano, cosa que está penada.
Vaya capullo, aún encima que casi me mata, también me acusa.
-¿Beber por la calle está prohibido?
-Si señor. Por no hablar de que eres menor, lo cuál aumentará la multa-el policía saca una libreta y arranca una hoja escrita para dársela al chico. La coge, y abre demasiado los ojos.
-Dios mío, esto es demasiado. No podré pagarlo..., agente, ya me cuesta llegar a fin de mes y...
-No hay excusas, joven. Yo ya no puedo hacer nada por ti. Deberías haberlo pensado antes-dice,cuando alguien abre la puerta.
-Buenos días, agente.
-Buenos días, Jinhyung.
-¿Podría quedarme a solas con mi hijo?, necesito hablar con él-dice con una sonrisa en la cara.
¿Hijo? ¿A solas?, ¿qué trama éste ahora?
-Claro. Ya te veré otro día, chaval-se despide el policía dirigiéndose a Jungkook.
-Adiós...¿Qué quieres?
-Antes nos han cortado. Simplemente quería decirte que vas a arrepentirse de haber nacido. Te voy a hacer la vida imposible, y ni si quieras sabrás cómo. Despídete de la tranquilidad, Jungkook.
-¿Qué estás diciendo ahora...?-pero al chico no le da tiempo a reaccionar cuando el
hombre que tiene en frente se golpea fuertemente con una botella de cristal que traía en la mano, haciendo que empiece a gritar de dolor y que caiga al suelo derramando sangre por el suelo y la pared. Pero lo que no ve venir el pelinegro es que ese hombre que tiene delante le lanza la botella y hace que su bata se manche de sangre, antes de caer a sus pies. Está paralizado y ni si quiera sabe qué debe hacer.
-¿Qué está pasando aquí?-dice el policía entrando a la habitación-¡Pero qué demonios!, ¡manos arriba, Jeon!-grita a la vez que apunta al chico con su arma-. ¡Civil herido!, traigan a alguien para ayudar a Jinhyung. Tiene una herida profunda en la cabeza causada por un golpe con lo que parece ser una botella de cristal-habla esta vez contra el walkie-talkie-¡Jeon, las manos arriba, joder!
El chico no da crédito a lo que está viendo. Levanta los brazos y es empujado contra el suelo hasta quedar debajo del policía, quién le está esposando las muñecas. El agente lo levanta y comienza a andar por el pasillo agarrándole del brazo.
-Jeon Jungkook, quedas detenido por intento de asesinato. Tienes derecho a guardar silencio. Todo lo que digas podrá ser utilizado en tu contra...-el policía sigue hablando, pero Jungkook ya no escucha lo que dice.
Las piernas le van solas. No entiende qué ha pasado para llegar a ese punto. Todo el mundo le mira con desprecio por algo que ni si quiera él ha hecho.
Su madre no se molesta en mirarlo. Sólo llora y acaricia la cabeza de su herido esposo.
Todos los pacientes y sus familiares están cuchicheando en las puertas de sus respectivas habitaciones, sin importarles lo más mínimo que él los oiga.
Pero con diferencia, lo que más descoloca al pelinegro es, que la única persona que está llorando es aquel enfermero del pelo azul que le ayudó hace unos momentos, y cuyo nombre no logró conseguir.

~•||Save me||•~KOOKV~•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora