~•||Save me||•~KOOKV~•

||Que empiece el show||

Qué rápido pasa el tiempo.
Me hubiera encantado seguir abrazado a él durante toda la mañana, pero he decidido que merece tener una sorpresa por la mañana.
Me he levantado, y he ido a comprar ingredientes para hacer tortitas.
Ya sabéis, lo necesario: harina, huevos, leche, azúcar, levadura...¿levadura? Bueno, da igual, el caso es que estén buenas.
He revuelto toda la cocina en busca de una sartén en la que sean fáciles de hacer, y me ha costado encontrarla, pero aquí la tengo.
13 tortitas salen en total. No está mal. Estoy orgulloso de mí mismo.
Pero ahora viene el problema: ¿De qué rellena las tortitas?
Y como no lo sé, he comprado Nutella, Nocilla, mermelada de fresa, de melocotón y de ciruela, y también he comprado miel.
He hecho un zumo de naranja y un café para cada uno, y todo ello lo he servido en la mesa de la cocina, de la mejor manera posible. Espero sinceramente que le guste.
Mientras estoy terminando de limpiar la cocina, oigo como la puerta de la habitación de Tae se abre, y acelero el ritmo.
Me quito el delantal, y preparo los cubiertos necesarios, cuando el llega a la cocina y se queda parado en la puerta.

-¿Pero qué...?-dice con cara de asombro viendo todo lo que hay en la mesa.
-Buenos días, Tae...He pensado que debería de recompensarte por dejarme dormir aquí, y pues...-no termino de decirlo cuando de repente se abalanza sobre mí y me da un fuerte abrazo. Yo abrazo sus caderas, y él mi cuello.
-Muchas gracias, Jungkook, pero no hace falta que des las gracias, a mí también me ha encantado tu compañía.
-No me las des tú tampoco, la cocina es algo que me gusta. No ha sido nada...-nos separamos del abrazo y noto que está ruborizado y mira al suelo.
-Oye...,perdón por lo de anoche.
-¿Qué de anoche?
-Ir a tu cama y eso...,es que tenía miedo en mi habitación y...
-Nada nada nada nada, no te preocupes. No me has molestado en absoluto, Tae. De hecho tendría que pedir yo disculpas por tener que estar en tu casa como un sin hogar..., aunque es lo que soy-me quedo pensando y sonrío.
-No eres un vagabundo porque ahora tienes esta casa durante el tiempo que no estén mis padres. Ya nos encargaremos de buscar algo barato para que puedas ir. Hasta ese momento deja de disculparte y de dar las gracias, porque lo hago con mucho gusto.

Aish. Este chico es bdlwbdksnsisnsksn. Perdón perdón, es que me altera muchísimo. ¿Cómo puede ser tan buena persona?
Gracias a Dios o quién sea que gobierna el mundo, siguen habiendo personas adorables como él.
¿En qué momento me he vuelto tan cursi?

-Bueno, dejémonos de estupideces y probemos el desayuno. Quiero deleitarte con mi obra maestra-digo apartando su silla para que se pueda sentar. Como buen caballero que soy, joder.
-Gracias-sonríe y se acerca a la mesa.

Vale, ¿qué malo podría pasar ahora?
¿Qué se ahogue con las tortitas?
¿Qué haya un pelo en el zumo?
¿Que mi amiga se despierte con ganas de reventar a mi acompañante contra la encimera?
Creo que la última es la que más me preocupa.

Primer bocado en su boca.
Su expresión es indescifrable.
No hay sentimientos.
Simplemente paladea la tortita, y cuando termina de tragarla, deja el tenedor en el plato y suspira. Se levanta y viene hacia mi sitio. Y sí. Sé que es lo que estabais esperando. Me da un beso. En la mejilla. Pero un beso.

-Felicidades Kookie, desde ahora me puedes hacer el desayuno siempre que quieras-me mira a los ojos y los dos nos empezamos a reír.
-Me alegro de que te gusten, las he preparado con cariño, amor, agradecimiento, veneno...digo...,agradecimiento...-le miro y empezamos otra vez a reír a carcajadas.
-Veneno dice...-deja de reír de golpe y se pone serio-. Un momento, ¿has dicho amor?-se vuelve a acercar a mí desafiante-¿Te has enamorado de tu ángel de la guarda?, es digno de una película-dice con voz increíblemente seductora, y me da un toque en la barbilla. Se aleja y se empieza a reír mientras se sienta de vuelta en su sitio.

Si tú supieras que la broma que acabas de hacer no está para nada lejos de la realidad...

-Sí,Tae, si tú supieras-susurro. Mierda, lo he dicho en voz alta. Voy a tener que entablar un seria conversación con mi subconsciente. Últimamente me la está jugando mucho.
-¿Qué?
-¿Qué?...ah, nada...Oye, ¿te has llamado ángel de la guarda a ti mismo?