||No merezco la pena||

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-Entra.

Vaya casoplón.
Nunca pensé que pudiera existir una casa tan grande. Es una especie de palacio gigantesco (y bastante chulo, por cierto).
Pero estoy seguro de que la casa es lo que menos os importa.
Él. Él os interesa más, ¿verdad? Lo sé.
Él lleva su pelo azul alborotado, y con unas ojeras que indican que probablemente lleve sin dormir bien, días. Cosa que me preocupa es demasía.
Lleva puesto un pijama de los dibujos esos...¿Cómo se llamaba?...¡Ah!, ¡Anpanman!
Qué adorable.
Y no va en broma si os digo que cuanto más hogareño se pone, más guapo es.
Tiene pinta de ser algo más pequeño que yo, aunque de altura soy sólo unos centímetros más alto que él. Pero hay algo que se me escapa: ¿vive con sus padres?

-¿Vives solo?-pregunto observando cada rincón de la casa mientras él me prepara un vaso de agua en la cocina.
-No. Vivo con mis padres, pero ellos no están ahora. Están de viaje de negocios, y no vendrán hasta dentro de unas semanas-hace una pausa y aparece por la puerta del salón con las manos ocupadas por dos vasos de agua-.Una verdadera pena-dice poniendo los
ojos en blanco.

Ambos nos sentamos en el sofá del salón, y nos quedamos en silencio mientras bebemos. Sí, bebemos agua. El alcohol aún no ha llegado.

-Oye, ¿te importa si me doy una ducha rápida?-pregunto-.Me siento mal si duermo en tu casa oliendo a mierda-él suelta una carcajada y asiente.
-Claro, Jeon, te enseñaré dónde está el baño. Acompáñame-se levanta del sofá y empieza a subir las escaleras que dan al piso de arriba.

Realmente es una burrada de casa. Os juro que no exagero ni un poquito. Es inmensa. Parece que vivan 162 criadas y mayordomos con todas las habitaciones que hay.

-Es aquí-señala él cuando llegamos a una puerta que hay dentro de una habitación-.Te esperaré aquí fuera. Esta es mi habitación, por si las dudas.

Y no, no lo dudaba. Hay demasiadas cosas vintage como para no ser la habitación de Kim Taehyung. Está guay. Tiene buen gusto en decoración de interiores.
Y también tiene buen gusto en cómics. Tiene una colección inmensa en una de sus estanterías. Me gusta que le gusten las frikadas.

-Vale, ahora salgo-le sonrío y cierro la puerta.

Me meto a la ducha y dejo que las gotas de agua se estampen contra mi piel haciendo que cada uno de mis músculos se destensen y se relajen.
Han sido unos días llenos de emoción.
¿Emoción?
Más bien diría, llenos de mierda, de mala suerte, de coincidencias indeseables, también de personas indeseables, de injusticias, de castigos, penurias...podría pasarme así todo el día, pero sí, la palabra emoción estaba bien.
El agua sigue corriendo y aún no tengo intención de salir de ella.
Es el único sitio del mundo en el que me puedo distraer (o esconder) de todo lo demás.
El cuarto de baño era mi refugio cuando era más pequeño. Cuando a Jinhyung se le cruzaba el cable y empezaba a ponerse agresivo, yo siempre iba al cuarto de baño, cerraba la puerta con pestillo, y encendía el agua de la ducha para así ensordecer un poco los gritos de ese indeseable.
Ahora cada vez que pienso en lo cobarde que fui por no ayudar a mi madre, me entran ganas de llorar. Fui un ser deplorable aunque no lo penséis.
La ignoré hasta el punto de olvidarme de su existencia. De hecho era yo el que la culpaba de ser tan cobarde al no denunciar al capullo de su marido.
Yo la culpaba de arruinarse la vida y arruinármela a mi también.
Era un niñato egoísta, y me arrepiento mucho de lo que hice. Pero sobretodo me arrepiento de lo que no hice.
Tuve muchas oportunidades de matar a ese capullo. Tuve muchísimas, incluso diría que demasiadas.
Antes no era ni la mitad de civilizado de lo que soy ahora. Podría haberlo matado y no vivir con la culpa, porque era un inconsciente de la hostia.
Podría haber acabado con el sufrimiento de mi madre. Con el mío. Con el de todo nuestro entorno. Eso estaba en mis manos. Y no hice nada porque fui un cobarde.
¿Qué me pasará?, pensaba.
Pero nunca pensé en el ¿Qué le pasará a mamá?
Y ahora, cada hora, cada minuto, cada segundo del día pienso en qué le pasará a mamá. Pero es mucho peor cuando pienso en lo que no le estaría haciendo si lo hubiera matado a tiempo.
Pero no lo hice. Era demasiado egoísta para hacerlo.

-Jungkook, ¿estás bien?-oigo a Tae gritar a través de la puerta. Me seco la lágrima que acaba de caer por mi mejilla y suspiro.
-Sí, ya salgo.

Me enrollo una toalla alrededor de la cintura, y me miro fijamente al espejo. Espero que no se dé cuenta de que he estado llorando. Abro la puerta y veo a Tae sentado en la silla de su escritorio.

-¿Estas bien?-pregunta antes de girarse y mirarme de arriba a abajo. Traga y me mira.
-Sí, estoy bien-digo apartando la mirada para evitar que me miro los ojos.
-No. No estas bien. Nadie llora si está bien.
-¿Y qué me dices de las lágrimas de alegría?
-Las lágrimas de alegría no existen. Cuando te pasa algo bueno y lloras, no significa que estés llorando por la misma sensación de felicidad o alegría. Esas lágrimas significan que has pasado mucho, y al final tu cuerpo se ve obligado a soltarlo todo para dejar espacio a algún sentimiento de felicidad. Así que si estás llorando de felicidad, quiero que me expliques ahora mismo qué es lo que te agobia. Porque repito, alguien no llora así porque si.

Wow, me ha impresionado demasiado.

-No creo que te importe mi vida personal.
-Si no me importaras, ahora mismo no estarías en mi casa y no te acabarías de duchar en mi ducha.
-No digas tonterías. Sólo lo haces porque eres buena persona y porque te preocupas por la gente. Pero lo habrías hecho si fuera yo, o si hubiera sido otro. No intentes hacerme ver que soy importante para alguien, porque no lo soy, Tae, no lo soy-le suelto intentando evitar las lágrimas que amenazan por caer de mis ojos.

Pero es demasiado tarde. Una ya ha resbalado por mi mejilla. Y después de una va otra. Y después de otra, va otra. Y después de miles de lágrimas, no consigo mantenerme en pie y caigo al suelo. Entierro mi cabeza entre mis piernas y empiezo a sollozar. No soy capaz de aguantar todo lo que me ha pasado y todo lo que hice en un pasado. Mi conciencia nunca me dejará tranquilo.
Siempre está ahí para recordarme que fui una mierda y que es normal que nadie se preocupe lo más mínimo por mí.
Siempre está ahí para recordarme que debería irme de la vida de los demás para así dejarles un descanso.
Siempre está ahí para recordarme que soy una la peor persona del mundo, y que por mi culpa, hay gente sufriendo.
Nunca me deja dormir tranquilo.
Siempre aparece deseando que no vuelva a despertar.
Y una gran parte de mí desea que eso se haga realidad.
Llega un punto en el que ya no quiero seguir aquí. Ya no quiero existir si mi existencia arruina la de los demás.

Él es el único que me ha hecho querer seguir viviendo.
Ha aparecido en mi vida y ha dado la vuelta a todo mi mundo.
Todas las ideas que había en mi cabeza sobre dejar de respirar, acabaron cuando él apareció.
Ha aparecido en mi vida, y quiero que se vaya, porque no quiero hacerle daño a él también.
Quiero ser el único dañado si es necesario, pero no quiero que haya más víctimas por mi culpa.

Siento cómo sus brazos me rodean, y siento esa cálidad que jamás pensé que sentiría.
Tengo la sensación de que sus brazos representan el cuarto de baño cuando era pequeño.
Es el único lugar donde estoy a salvo de todo lo demás, y todo lo demás está a salvo de mí.
Es duro pensar que eres un monstruo y ni si quiera saber qué hacer para mejorar.

-Jungkook...Llora. Ahora estás a salvo-dice como si me hubiera leído la mente-. Aquí nadie te hará daño.

Pero yo no quiero hacerte daño a ti.
Me alejo bruscamente de él y me levanto aún con la cara llena de lágrimas. Cojo mi ropa y cuando llego hasta la puerta me giro.

-No te acerques nunca más a mí, Tae.

Corro. Corro lo más rápido que puedo. Quiero huir de todo. No quiero que nadie sepa más de mí.
Quiero que todo el mundo piense que ya no estoy.
No quiero que nadie más se preocupe por mí. No merezco la pena.

Dejo de correr porque mis piernas no aguantan más, y termino arrodillado en un callejón, vestido sólo con unos pantalones, y con la cara empapada de lágrimas.
Lloro. Y no puedo parar de llorar porque creo que jamás me perdonaré lo que hice y lo que no hice. Escondo mi cara en mis manos, y apoyo mis codos es mis muslos, estando aún arrodillado en el suelo.

-No eres un monstruo, Jungkook.

~•||Save me||•~KOOKV~•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora