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-Esta será tu habitación-me dice el hombre que me ha acompañado por todo el centro para indicarme dónde estaban las salas importantes a las que debía ir-.El desayuno es a las 9, la comida a las 14 y la cena a las 20:30. Si te saltas alguna, no podrás ir a recogerla más tarde. Está prohibido salir del centro a partir de las 9 de la noche, y, evidentemente, no puedes saltarte la valla porque entonces recibirás un castigo. Y a nadie le gusta recibir un castigo-avisa el hombre-.Ah, y una cosa más: está prohibido tener relaciones sexuales en la habitaciones, en el aseo, o en cualquier otro lugar del recinto. Avisado quedas, Jeon. Ahora ve a tu habitación y espera hasta la hora del desayuno-y se va.

Joder con el hombre éste. Me ha soltado la Biblia en dos segundos.
Vamos, que estoy en una cárcel para menores y ni si quiera puedo salir a partir de las nueve de la noche. Fantástica idea.
Espero que la comida por lo menos esté buena, porque si no me voy a cabrear. Un momento, ¿de qué me sirve cabrearme?, se supone que soy un delincuente, tampoco me merezco una comida lujosa de la hostia.
Callo a mi voz interior y me pongo a andar hacia la habitación.
¿Habitación?, esto se parece al sitio donde duermen los reclutas cuando van a la mili.
Señor, hay mínimo 12 literas, y todas están ocupadas por chavales que, supongo que serán de mi misma edad, o menos.

-Ts, eh tú-me llama uno mientras se sienta en su litera, haciendo que sus piernas se queden colgando ya que está en la de arriba-. Preséntate.

-No tengo por qué hacerlo-le suelto. ¿De qué mierda va?-. No me habléis, yo no os hablo. Todos felices. ¿Dónde está mi cama?

El chaval moreno que me ha llamado antes sonríe de lado y baja de un salto de la litera. Se aproxima hacia mí y se cruza de brazos cuando llega a mi altura.

-A ver cómo te lo explico, chico nuevo, aquí mando yo, así que si te digo que te presentes, te presentas, y si te digo que te partas el puto dedo, te partes el puto dedo. ¿Lo pillas?

Ahora el que sonríe soy yo.

-Bueno, aún no he visto tu chapa de Jefe de la sala, así que hasta que no la vea, a mi tus órdenes me la traen al pairo. Ve a ordenarles a tu ejército de subnormales, y a mi déjame en paz. ¿Lo pillas?-le rodeo, y me
dirijo hacia la que creo que es mi cama.

Y sí, era mi cama.
Jeon Jungkook.
No creo que nadie más se llame así.
Bueno, y estaréis pensando: Jo, que chico más malo es este Jungkookie hyung...
Y no os equivocáis. Soy así con casi todo el mundo. Supongo que la vida me ha hecho así. Y aquí es cuando os cuento la historia.
Nací en Busan en el año 2001, por lo que ahora tengo 19 años de edad coreana (18 en la estándar, por si las dudas). ¿Qué significa eso?, que como esta mierda no se arregle pronto, el año que viene voy a la cárcel. PERO ESO NO ES LO IMPORTANTE.
Como ya he dicho nací en Busan, y mis padres se llaman Jung Suni (mi madre) y Jeon Minki (mi padre).
Mi padre nos abandonó cuando yo tenía 11 años y no he vuelto a saber de él. La única interacción que tengo con él es que todos los años, por mi cumple y por Navidad, me
manda un sobre de dinero.
Él..., él fue un buen padre.
Aún no sabemos por qué nos abandonó, pero lo hizo y ya no hay marcha atrás.
Desde ese momento mi vida se torció un poco. Empecé a meterme en problemas porque echaba mucho de menos a mi padre. Estábamos muy unidos y el hecho de que se fuera me dolió mucho.
Lo dicho, me metía en peleas, empecé a beber, también robé un par de veces. Y eso, como era de esperar, a mi madre no le
moló en absoluto.
En ese momento yo tenía 17 años, y ahí es cuando mi madre conoció a Jinhyung. O con otras palabras: mi madre conoció al demonio.
Cuando lo conocí me llegó a caer bien. Era amable, cocinaba bien, nos trataba bien, y nos mantenía, pero llegó un momento en el que paró de hacer todo eso.
Se transformó. Se convirtió en otro. Ese ya no era Jinhyung.
Empezó a gritar, a romper cosas, empezó también a beber y todas las noches llegaba borracho a casa. Siempre teníamos una pelea entre nosotros.

-¡No puedes hacer esto todos los jodidos días de tu vida Jinhyung!-le grité, encarándome con él mientras le arrebataba la botella de whisky que tenía en su mano.
-Niño, dame la puta botella ahora mismo-me ordenó, arrastrando las palabras de lo borracho que iba.
-Cada vez llegas peor, y yo no puedo permitir que le hagas más daño a mi madre. No es justo.

No lo vi venir, cuando me quitó la botella de mis manos, y me atestó con ella un golpe en la cara.
Sangré. Sangré muchísimo.
A partir de ahí, Jinhyung desapareció. No habíamos vuelto a saber nada de él hasta el año pasado.
Él volvió. Parecía otro nuevo.
Incluso se atrevió a jurarle a mi madre que no volvería a pegarle. Que no volvería a beber. Que no volvería a gritarle para que cumpliera sus órdenes. Juró por su vida que había cambiado.
Y todo, cómo siempre, era una farsa.
Fue un flashback. Todo se puso como era en el inicio.
Y siempre acababa igual. Yo peleándome con él porque estaba harto de oír a mi madre llorar por su culpa, y él, una y otra vez, prometiendo que estaba cambiando.
Así ha sido hasta hoy. Y ¿adivinad qué?, vuestro Jungkookie hyung querido, es así porque lo han hecho así a la fuerza.
Cuando volvió por última vez, me prometí a mi mismo que ya nadie iba a meterse en mi vida.
No estaba preparado para sufrir una vez tras otra.
Lo único que hacía era salir de fiesta con las personas a las que llamaba amigos y luego me acostaba con alguna pava que había por ahí.
Interesante vida, ¿eh?
Sí, interesante de la hostia.
Y esta pregunta también ronda por vuestra cabecita: ¿Alguna vez has tenido novia, Jungkookie hyung?
Y la respuesta es...sí. Y no salió bien.
No estaba enamorado. Creo que nunca he estado enamorado. Pero esa chica me quería, y yo le hice daño.
Y también me prometí alejarme de la gente, porque no quería romper corazones (esa es la razón por la que cada vez que me acuesto con alguien, nunca digo mi nombre. Sed inteligentes, chavales).
Esa táctica me había funcionado. No me he interesado por nadie, y aunque hay gente que se ha interesado por mí, nunca sabrán mi nombre. Sí, en definitiva, esa táctica me funcionó. Me funcionó hasta ahora. Sí. Me explico.
Sé que os dije que era heterosexual. De hecho yo lo tenía claro. Nunca me había fijado en un chico. Jamás. Hasta el viernes.
Ese enfermero del pelo azul.
Sí, ese.
Y diréis: Ay Jungkookie hyung, realmente eres tonto por fijarte en alguien que posiblemente no vayas a ver otra vez en tu vida.
Pues tenéis razón. La tenéis, sin lugar a duda.
Por favor, no os precipitéis. No estoy diciendo que me guste. Ni si quiera sé su puto nombre.
Pero realmente ese chico me intriga un montón, y daría lo que fuera por invitarle a un jodido café (aunque no me gusta el café) y preguntarle su nombre. Pero ahora ya no puedo. Porque estoy encerrado en un centro de menores. Y bueno, él simplemente se habrá olvidado de mí.
Así que de mi historia solamente sacar la siguiente moraleja:
Aprovechad la oportunidad, o el chico de azul te dejará con el corazón roto y en un centro de menores.
Un momento, ¿he dicho corazón roto?







HOOOOLA, ya se empieza a ver la chicha,eh? JAJAJAJAJA
Bueno, he hecho este capítulo para que conozcáis un poco más la historia de Jungkook.
No es gran cosa, pero me ha parecido buena idea publicarlo, así que, espero que os mole!💜💜💜

~•||Save me||•~KOOKV~•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora