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Los rayos del sol, entran por la ventana, el calor es impresionante Andrw está literalmente sobre mí, a pesar de no tener nada puesto, tengo mucho color.

Me revuelvo un poco y logro que se aparte, pero en cuanto me voy a levantar, me apresa de nuevo, pero esta vez con su cuerpo. Sus orbitas azules como el mar me miran y una risa picara aparece en su boca.

-¿A dónde crees que vas? no te desharás así de fácil de mí.
Ladeo la cabeza.

-Solo voy al baño.
(Miento).

-Entonces te acompaño.
Hoy está más juguetón que nunca. Pongo los ojos en blanco y el sonríe.

-Eres exasperante.
Levanta ambas cejas.

-No dijiste eso anoche cuando me pedias que te hiciera el amor.
El calor sube a mis mejillas, creo que me he puesto de todos los colores posibles y por haber.

-Exacto anoche.
Me revuelvo un poco intentando deshacerme de su amarre pero no lo logro.

-Podemos repetir lo de anoche.
Sus ojos se le iluminan y yo me muerdo el labio inferior. -El sexo matutino es recomendado si quieres empezar el día con una sonrisa.

Niego con la cabeza, me estoy poniendo nerviosa. Piensa Soph, cambia de tema. Como una señal divina, mi estómago ruge.

-Tengo hambre.
Digo finalmente y logro que me suelte de su amarre. Su expresión cambia y yo me siento mal.

No es que no me apetezca tener sexo con él, de lo contrario mi cuerpo pide a gritos sentirlo dentro de mí llenándome, haciéndome suya. Solo que quiero hacerlo sufrir, anoche me hiso rogarle que me hiciera el amor, así que si él quiere hoy lo mismo, que me lo ruegue.

Me Levanto y voy a darme una ducha, en cuanto salgo, mi chico aún se encuentra en cama. Me pongo algo rápido y me tiro encima de él, se mueve un poco pero no dice nada.- ¿Amor estás enojado? Le pregunto finalmente.

-No, estoy algo indispuesto.
Me levanto y lo miro unos instantes.

-¿Me dejas checarte?
El asciende y se voltea un poco. -¿Te duele algo? Niega. Y continúo con el chequeo. Noto que tiene temperatura algo alta y esta pálido. -¿Desde cuándo te sientes así? Parece pensar.

-Ayer en horas de la mañana me sentí indispuesto.

-¿Cómo a qué horas?
Suspira.

-Desde antes de salir a buscarte a aquella cafetería.
Pongo las ambas manos en la cintura.

-¿Y por qué no me lo dijiste?
Me tiende su mano y yo le doy la mía. Me hala y yo caigo de nuevo a la cama. Me atrae hacia él y me da un beso en la mejilla.

-Por qué a tú lado todo dolor se va.
Susurra a mi oído. Me aparto y veo que sonríe, sus mejillas están rojas debido a la temperatura.

-Pero tienes temperatura alta.
Le digo una vez me incorporo.

-Eso va a pasar.
Cierra sus ojos.

-Andrw arréglate, vamos al hospital.
Gruñe.

-No pasa nada... solo es algo pasajero.

-Igual vamos.
Se levanta a regañadientes.

-Que mandona.
Se mete al cuarto de baño mientras yo arreglo algunas cosas y respondo algunos correos.

Después de 30 minutos noto que no ha salido. Me preocupo y me levanto del asiento, me dirijo hacia donde esta y lo encuentro sentado en el suelo. Al mirarme, veo que tiene unas grandes ojeras, ahora no tiene color alguno y está sudando.

"MI HERMOSA COINCIDENCIA" Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora