Harry: ¿Sabes Cocinar? –Me preguntó curioso-
Yo: Sí –respondí tímidamente-
Harry: De acuerdo –dijo como si nada. Anne sirvió la comida y me fije en cuanta cantidad le daba a Harry-
Todos comenzamos a comer y yo solo veía mi plato con tanta anhelación… pues mi estomago rujia como nunca.
Anne: ¿Cómo van las cosas con Kathy? –pregunto Anne a Harry. Él me miro pero yo clave rápidamente la mirada en el plato, esta platica se suponía no me interesaba a mí.
Harry: Mamá ahora no –dijo él, sabía que mi presencia le incomodaba. Me levanté, tomé mi plato y camine al cuarto de servicio.
Gemma: ¿______? –Llamo Gemma una vez que yo estaba sentada sobre la lavadora, con el plato en mis piernas -¿Qué estás haciendo acá?
Yo: Tu hermano necesita hablar con tu mamá, y es obvio que le molesta mi presencia, así que decidí comer acá –sonreí- no te preocupes, estoy acostumbrada. Luego iré a lavar la loza.
Gemma: ¿No habíamos hablado ya sobre las reglas? pregunto y media sonrió mostrándome el hoyito en su mejilla.
Yo: Lo sé, pero soy la una inquilina más en tu casa, no quiero incomodar a nadie y menos a tu hermano, él no tiene la culpa de que yo sea una pobre –Gemma tomo mi mano y me bajo de la lavadora-
Gemma: Camina, no seas ridícula –menciono ella bastante convencida, puso mi plato en su lugar y yo me senté donde estaba-
Harry: No quise hacerte sentir mal, ______ -informo Harry, yo sonreí y él también lo hizo-
Yo: No es eso, solo quería darte privacidad con tu familia –les sonreí a todos y comenzamos a comer en silencio, hasta que Harry volvió a hablar.
Harry: Juro que no la entiendo mamá, le doy todo… le hablo bonito, soy lindo con ella pero nada más me ignora y cuando yo decido olvidar, vuelve…
Anne: Hijo, es que esa niña se la pasa jugando contigo y con tus sentimientos –respondió Anne, mientras yo tragaba un pedacito de pan –deberías ser claro con ella y decirle que tú no eres otro del montón.
Harry: ¿Cómo? –pregunto él desesperado. Gemma hablaba más seriamente con él, mientras que yo dedicaba a saborear este rico manjar. Note como Harry se levantaba molesto de la mesa, sin decir nada se retiró de la cocina y escuchamos el sonido de las escaleras.
Gemma: Es un niño –menciono Gemma suspirando-
Termino la cena y me obligaron a retirarme de la cocina, no querían que lavara la loza. Suspirando, entre a mi habitación y busque mi mochila. Saque el botecito de pastillas que me había regalado en el centro de salud, para mi bebé. La tomé y me recosté en la cama, estaba realmente cansada.
Unos minutos más tarde… -Abrí mis ojos y lo primero que escuche era que alguien sollozaba. Me levante con cuidado y Salí de la habitación silenciosamente. Esos sollozos era demasiados adoloridos, ¿y si me entrometía y se enojaría conmigo? Camine tan solo unos pasos y me di cuenta de que los sollozos provenían de la habitación de Harry. Dudosa mordí mis labios y di una leve toquecito a la puerta.
No recibí respuesta y los sollozos seguían pronunciándose en la habitación, abrí lentamente la puerta y asome la mitad de mi rostro solamente. La oscuridad no me dejaba ver bien, pero podía ver a penas a Harry sentado en la cama, con un montón de garritas y el olor alcohol era impresionante. Entre a la habitación realmente asustada y él me miró sorprendido.
Harry: ¡¿Pero qué?! –Dijo él asustado, solo levanté la mano y pedí que bajara la voz-
Yo: Solo… te escuche llorar y… me preocupe –confesé - ¿Estas bien?
Harry: Si, ándate a tu habitación –pidió y bajo el rostro, lentamente podía distinguir que estaba herido-
Yo: ¿Qué te pasó? ¿Qué hiciste? –pregunte caminando hacia él-
Harry: ¡Nada ______, regresa a tu habitación! –pidió, pero me negué. Encendí la lamparita de noche y me senté frente a él. Tome las gasas y mire su rostro.
Yo: Tienes que ponerte hielo o el ojo te amanecerá peor que una pelota de béisbol –mencione y el me miro- ¿peleaste?
Harry: Sí –confeso- no le digas a mamá-