Yo: No lo haré por un rato, estoy enojada con él –Susurré-
Por la culpa de Kathy… estoy harta de defenderlo de ella. Así que ahora dejaré que se afronte solo a sus problemas.
Había pasado ya tres semanas desde que Harry y yo tuvimos silencio absoluto. Para lo único que le dirigía la palabra era para decirle que saliera de su habitación para limpiar, y para que me diera toda su ropa sucia para lavar. A veces él me miraba a la cara, pero otras ni siquiera me saludaba, solo parecía que un bulto sin vida entraba a su habitación y llevara todo.
Ahora me encontraba lavando los platos cuando escuché que el teléfono de la casa sonaba. Rápidamente me sequé las manos y corrí a la sala, que era donde se encontraba el teléfono inalámbrico, conteste como siempre lo hacia.
Yo: Casa Styles –Respondí-
Harry: Necesito que vengas por mí –Escuché que decía Harry-
Yo: ¿Dónde estás? –Pregunte con una mano en mi panza-
Harry: Estoy en detención… en la escuela –Respondió. Suspiré pensadamente y mordí mis labios-
Yo: Voy para allá –Respondí y colgué el teléfono-
Fui a mi habitación y me puse una blusa más o menos decente, mi panza ya se notaba, razón por la cual decidí ponerme una sudadera arriba, aunque hiciera calor. Me peiné y miré las pinturas de Gemma, quería maquillarme un poco, al menos para que no se quedaran con la mala imagen de la sirvienta de Harry.
Me delineé los ojos y me puse algo de color en los labios y me perfumé un poco. Al terminar tomé mi mochila salí rumbo a su escuela… Caminé hasta llegar a la escuela, algo importante debo decir. Entré y hubo chicos y chicas que me miraban como si fuera un bicho raro, no bajé la cabeza, sino al contrario, encontré más seguridad y llegué a la rectoría.
Yo: Buenas tardes, mi nombre es __________ y vengo a buscar el joven Harry Edward Styles –La señorita, o más bien anciana de algunos sesenta años, me observaba de arriba abajo. Solo me dio un papelito azul. Era un pequeño mapa de la escuela de lo que pensé era la escuela completa-
Caminé entre los pasillos y llegué a una puerta que estaba toda rayada. La abrí y ahí me encontré con todo los chicos malos. Entre ellos, estaba Kathy, el chico del centro comercial, otra chica y Harry. También había un profesor, el cual era extremadamente gordo, feo, y con bigote…
Yo: Buenas tarde soy _______, vengo por Harry styles –Mencioné-
Harry se levantó pero la rubia lo detuvo, me miró y beso apasionadamente a Harry atontándolo tanto que él calló de nuevo en su asiento, ella puso la mano da Harry en su seno, comenzó ahacer ruidos extraños. Abrí mis ojos realmente impresionada por lo que veía.
El profesor estaba igual o peor que yo. Rápidamente me aserqué a ellos y jalé de los pelos a la chica haciéndola retroceder.
--¡Qué haces! –Me grito alejándose completamente de Harry—
Yo: ¿Podrás alejarte de él de una vez por todas? –Pedí molesta-
--Tú no eres nada, ni nadie para decirme qué hacer –Respondí-
Miré al profesor él estaba completamente sonrojado.
Yo: ¿Qué tengo que hacer para sacarlo de acá?
Profesor: Tiene que pagar un par de EUROS por las llantas que rasgó-Mencionó, enojada metí la mano en mi mochila y saqué mi cartera, le entregué todo lo que tenía y el tipo torció la boca-
Tomé la mano de Harry y lo saqué del salón, regresé y miré a Kathy.
Yo: Te lo digo una sola vez humíllalo de nuevo y te las verás conmigo… -Me di vuelta y salí al pasillo, donde Harry estaba agachado-
Harry: Lo siento…
Yo: Cállate, no digas nada… por qué sé que no lo sientes –Respondí y caminé un poco más aprisa. Él camino detrás de mí y cuando llegamos al estacionamiento le quité las llaves.
Yo: Sube –Exigí-
Conduje con rapidez y llegamos a casa en cuestión de segundos. Bajé del auto y él se quedó ahí dentro. Me metí a la casa y termine de lavar los platos
