Yo: Tienes que ponerte hielo o el ojo te amanecerá peor que una pelota de béisbol –mencione y él me miró- ¿peleaste?
Harry: Sí –confeso- no le digas a mamá-
Yo: No lo haré –prometí- pero tienes que inventar una buena Excusa para semejante moretón que tendrás mañana.
Harry: ¿Qué mentira me recomiendas? –Pregunto mientras yo levantaba la herida-
Yo: Supongo que fui a la cocina de noche por un vaso de agua, tú también tenías sed y al encontrarnos en la cocina con la luz apagada me asuste tanto que te golpeé sin querer –respondí y él medio sonrió-
Harry: Enserio asumirás la responsabilidad? –preguntó y yo asentí-
Yo: Si, pero me ayudaría que tu impidieras que me despidan –mencioné y él sonrió, haciendo que su ojo sano se empequeñeciera-
Harry: Yo te defenderé, será… favor por favor –mencionó y yo sonreí encantada. Terminé de curarlo. Baje a cocina y volví a su cuarto con cuidado de que nadie me viera. Al entrar él estaba recostado en su cama-
Me acerque y puse la compresa con hielo en su rostro…
Yo: bajará la hinchazón –susurré y él asistió sin decir nada –debiste haber tenido un gran motivo como para pelearte… -él cerraba los ojos, mire el reloj y ya estaba por amanecer. Toqué mi vientre y sonreí. Me quedé un par de minutos ahí viéndolo dormir y sosteniendo la compresa. Cuando esta se derritió, la retiré y me acerqué a él parecía un niño inocente. Bese su frente y lo arropé bien.
Salí de la habitación y cerré su puerta con cuidado, para así volver a la mía y dormir tan solo media hora más Mi despertador sonaba y rápidamente me levanté, tomé la misma ropa de ayer, solo que con una blusa diferente y me peine el pelo. Lavé mi cara y mis dientes y luego me puse una sudadera morada con letras blancas que Gemma me había regalado.
Bajé a la cocina y estaba sola. Abrí la heladera y encontré buenos ingredientes para un buen desayuno. Preparé HOT-CAKES, doré la mantequilla y la apliqué en ellos, partí un par de fresas y los decore, luego exprimí un par de naranjas y las serví en un vasito. Preparé café de grano y también hice unos huevos fritos con tocino.
Harry: Buenos días –escuché que decían. Me gire y era Harry quien enjuagaba sus ojos con ambas manos- Bonita remera.
Yo: Gracias Gemma me la prestó –mencioné y sonreí.
Harry: Era mía –dijo él y yo comencé a sacármela.- ¡No, no… está bien! –Sonrió y me detuvo con sus manos- Quédatela… te queda bien a ti –sonrió y yo solo me hice a un lado.
Yo: Hice el desayuno –dije y serví un buen plato para él. Se sentó en su lugar y lo puse frete a él –¿jugo o café?
Harry: Jugo –respondió mientras bostezaba-
Yo: Tienes un feo moretón –susurré y él torció la boca apenado -¿irás a la escuela así?
Harry: Sí –respondí o tomando el vasito que había dejado ahí. Lo serví y Gemma aparecía ahí, vio a Harry y gritó.
Gemma: ¿Qué te paso? –Grito alarmada- ¡más vale que no hayas hecho nada estúpido Styles! –Amenazo-
Yo: Fue mi culpa –Mentí-
Anne: ¡¿Golpeaste a mi hijo?! –grito Anne, quien apenas entraba a la cocina. Mi corazón me comenzó a latir realmente asustado.
Harry: No, bueno sí! dijo Harry y lo miré- La realidad es que baje a la cocina y ella estaba acá. Tomando agua, no hable y cuando me acerque por un vaso se asustó y lo primero que hizo fue pegarme, pero fue solo un reflejo.