El doctor me miró y suspiró.
Doctor: ¿El chico del consultorio es el padre?
Yo: No-Respondí muy segura-
Doctor: ¿Es tu novio?
Yo: No, es solo mi jefe, bueno; trabajo para su familia, solo me acompañaba… no sabe del bebé, así que por favor no se lo diga.
Doctor: Sabes que tu panza crecerá y en un par de semanas se darán cuenta, ¿verdad?
Yo: Claro que lo sé –Respondí y me recosté para que comience con su trabajo-
Doctor: Es de plomo, te protegerá de las radiaciones –Explicó-
Me recosté en la camilla y comenzaron a hacerme las radiografías. Me quedé sería un momento, tan solo sintiendo cómo el dolor de cabeza me consumía. Cerré los ojos y suspiré. “ Debería dejar que se defienda solo, solo es un hijo de mami que lucha por una mocosa que no vale la pena” -Pensaba, pero otra parte de mí- “Míralo, está tan enamorado que no puede ni con su alma”.
Al terminar, me saturaron la cortada, todo estaba bien, solo tendría una rara cicatriz en la parte trasera de la cabeza. Me levantaron el pelo y Harry me dio una de las blusas que había comprado para usarla y tirar la que tenía puesta, llena de sagre.
Harry: Lamento que te haya pasado esto, fue mi culpa –Respondió Harry y yo solo suspiré-
Yo: Está bien, pero ya te dije lo que pienso de esa chica –Dije mientras volvíamos a casa- ¿enserio crees que valga la pena?
Harry: Lo vale –Respondió y yo solté el aire que tenía en mis pulmones de un solo golpe-
Yo: Bien –Fue lo único que respondí-
Llegamos a casa entramos sin decir nada, cada quien a su habitación, me recosté en ella y sentí como todo me daba vueltas. Quería llorar, pero no quería hacerlo aquí. Harry era un mocoso inmaduro y me mataba de desesperación el saber que él no agradecía todo lo que yo hacía por él. Suspiré y traté de no llorar, pero fue inevitable. Las lágrimas comenzaron a salir y me comencé a quejar.
Yo: Mi cabeza… _susurraba bajito. Me hice bolita en la cama y abracé una almohada. Me quedé quieta hasta que sentí que el sueño comenzaba a ganarme, pero el hambre era más pronunciada. Salí de la habitación cuando noté que todo estaba apagado. Bajé a la cocina, me senté en la mesa a disfrutar solo de un pedacito de torta que había ahí con un vaso de leche.
Gemma: ¿Por qué el parche? –Preguntó Gemma mientras abría la puerta del refrigerador y sacaba también leche-
Yo: Me golpeé la cabeza en el centro comercial –Mentí-
Gemma: ¿Cómo? –Preguntó sentándose frente a mí-
Yo: Recogía algo del suelo cuando con una repisa me golpeé –Expliqué y mentí una cucharada más de torta entre los labios-
Gemma: ¿Te dolió? –Preguntó y yo asentí- Harry sigue llorando en su habitación, dice que lamenta mucho el no haberte protegido bien-
Yo: Chismoso –Susurré y ella rio-
Gemma: Solo tiene miedo de que nunca le vuelvas a hablar –Respondió mientras me quietaba una mordida de torta-
Yo: No lo haré por un rato, estoy enojada con él –Susurré-
Por la culpa de Kathy… estoy harta de defenderlo de ella. Así que ahora dejaré que se afronte solo a sus problemas.
