Yo: Harry –susurré en su oído mientras trataba de levantarlo- Despierta tenemos que ir a casa.
Pero no recibía respuesta por parte de él. Lo estiré de los brazos como pude, sacándolo de la tina y cayendo en el suelo. Lo levanté y lo apoyé en brazos, el miedo consciente se apoyó en mí y besó mi mejilla.
Harry: Te extraño –Susurró en mi oído-
Yo: ¿Por qué? –Pregunté mientras él seguía besando mi oído y mejilla mientras caminábamos escaleras abajo y yo trataba de no dejarlo caer-
Harry: Extraño tu sonrisa, la forma en que te reías solo conmigo, la forma en que eras feliz solo a mi lado, cuando no eras popular y te gustaba tocar mi pelo.
Yo: Supongo que ahora no me conoces realmente –Dije y él besaba mi cuello, su pelo empapado rozaba con mi cara y sus ojos verdes estaban más que disueltos, esa clase de mirada que te podría derretir en un segundo-
Harry: ¿Podrías besarme de nuevo? –Preguntó, creo que este chico de verdad estaba enamorado de esa tal Kathy como para soñar que yo era ella; o solo lo que ingirió debió ser muy fuerte- Por favor, es que quiero volver a sentir tus labios.
Yo: Pero nunca me besaste –Susurré y él besaba mi mejilla-
Harry: Pero siempre quise hacerlo.
Salimos de la casa y camine con el apoyado en mí, por la acera hasta encontrar una calle donde pararan taxis a esta hora de la madrugada.
Harry: Por favor –Susurró en mi oído- por favor… -Comenzaba a llorar y sentía cómo sus lágrimas caían en mi hombro. Él puso sus manos en mis mejillas, me miraba y plantó sus labios en los míos-
No lo detuve, dejé que lo hiciera, porque sabía que él necesitaba hacerlo. Solo fui su persona a la cual besar. Correspondí su beso, una, dos o tres veces, las que fueran necesarias hasta que él se detuvo.
Harry: Te amo –Susurró y me dio un tierno beso, mientras acarició mi mejilla-
Yo: Yo también –Respondí, porque sabía que era lo que él quería escuchar-
Detuve un taxi y nos dejó a dos cuadras de su casa. Caminé con él hasta que llegamos a su habitación y entramos con mucho cuidado. Lo recosté en su cama y le ayudé a quitarse la ropa mojada y cualquier rastro de Alcoholismo.
Harry: No te vayas –Pidió y no lo hice, me senté a su lado, mirándolo- ¿Dormirías aquí?
Yo: Bueno Esta bien –Susurré y me recosté a su lado. Él se giró y me abrazó por la cintura. Dejé que lo hiciera porque sabía que era lo que él quería. Me quedé callada, algo incómoda por brazo tan cerca de mi panza.
Harry: Gracias –Susurró y besó de nuevo mis labios, para después acostarse en mi hombro.