YoonOh se levanta como de costumbre, se alista para la escuela y baja para desayunar, su madre le entrega un plato de frutas y él las come. Su padre ya había ido a trabajar, así que despidiéndose de su madre, sale y lo primero que ve es a Qian, el chino le sonríe y extiende a él una lonchera.
—Buenos días joven YoonOh.— saluda con una sonrisa.
—Tú almuerzo.— murmura.
—Buenos días y gracias.— tomándola, comienzan a caminar a la escuela.
Kun tuvo que levantarse una hora antes para preparar el desayuno de ambos, así que con ánimos camina a un lado del chico.
No sabe exactamente porque YoonOh cree tantas cosas feas sobre sí mismo.
Querido el peso no es todo.
Llegando a la escuela, DoYoung y SiCheng saludan de lejos a YoonOh.
—¿Ellos son tus amigos?— murmura Kun tomando asiento.
—Cuando les conviene.— responde YoonOh.
Kun asiente con tristeza y su vista va a JungWoo, el chico que le gusta a su amigo, es guapo, admite, está en compañía de un chico moreno, cree haber escuchado que su nombre era Wong YukHei.
Las clases avanzan con normalidad, llega el almuerzo y la ansiedad en YoonOh de comer también llega.
—Vamos, vamos. Quiero saber si te gusta lo que prepare para ti.— comenta con felicidad Kun, sujetando la mano de su amigo lo lleva hasta la cafetería.
YoonOh sonríe, al llegar a una mesa, toma su lonchera, se siente como niño pequeño, al abrirla se encuentra con verduras, arroz y pollo, todo esta perfectamente colorido y decorado. Vuelve su vista a su amigo quien tiene un sonrojo en sus mejillas.
—Muchas gracias Kun, en serio, eres muy dulce conmigo.— sonriendo se dispone a comer.
Lo admite, es extremadamente delicioso, Kun quien está a su lado le cuenta la rutina de ejercicios que harán, él asiente prestándole atención, eso, hasta que acaba de comer.
Kun también termina y es a tiempo, pues el profesor le llama, al parece por problemas con sus papeles.
—Ahora vuelvo.— menciona Kun.
El asiente, se queda ahí, hasta que siente que alguien se sienta a su lado.
—Pero que ternura, tú novio te trae almuerzos saludables para que dejes de ser un gordo.— el dueño de la voz, JungWoo, quién sonríe de lado y le arroja un paquete de galletas abierto.
JungWoo sabe que JaeHyun gusta de él, pues se la había declarado con una patética carta. Demasiado lamentable. JungWoo adora saber que las personas hacen lo que él desea, lo ama, sabe que si le pide a JaeHyun cualquier cosa la hará, JungWoo sabe que es hermoso, con esa sonrisa preciosa, esa sonrisa llena de malas intenciones. Sabe que obtendrá lo que quiera, nada lo detiene y no siempre lo que JungWoo desea es bueno.
—Se nota que tienes hambre, come.— YoonOh no sabe si es porque JungWoo le gusta pero en cuanto se lo ordenó, se encuentra comiendo aquellas galletas.
Una, dos, tres, cuatro.
Para, mira sus manos y a JungWoo quien tiene una sonrisa burlesca en los labios.
—¡Ay no! Kun va a matarme... El primer día y ya estoy comiendo esto.— le regresa el paquete a JungWoo.
—No seas tonto, sé la solución, sólo ven.— sujetando su muñeca, YoonOh sonríe con levedad.
