—¡Vamos! Anda, JaeHyun, te ves increíble.— Kun gritaba emocionado, su amigo había bajado todo el peso que le faltaba en las vacaciones.
Luciendo nuevo uniforme, JaeHyun se acerco a Kun y lo abrazo tan fuerte que dejaría al más bajito sin aire.
—¡Eres el mejor! Kun, esto es gracias a ti, en serio, no sé que haría sin ti.— Kun negó.
—Esto lo lograste tú Jae, estoy orgulloso de ti, pero vamos que tú madre nos hizo el desayuno.—
Los tres meses estuvieron llenos de emoción y sobre todo sorpresas, JaeHyun estaba delgado, incluso su abdomen estaba marcado, Kun estaba contento.
Su amigo debía amarse a sí mismo, y Kun quería ayudarlo.
Ambos chicos bajaron las escaleras, la madre de JaeHyun les había preparado hot cakes, sumamente deliciosos. La señora Jung estaba feliz por su hijo, agradecía también a Kun, aunque para ella si su físico estaba bien, probablemente todo lo demás también.
—Vamos coman o van a llegar tarde.— los chicos hicieron caso y una vez acabaron salieron rumbo a la escuela.
Kun primeramente notó un detalle.
JaeHyun no le había tomado la mano.
Segundo detalle.
JaeHyun se veía más guapo.
¡No! No se refería a su físico
Ahora, su amigo se veía más confiado en sí mismo, y sonreía más.
Era precioso.
—Jae.— la voz de Kun rompió el hielo que se formó
—Dime, Kun.—
—Promete que todo será igual.—
—¿A qué te refieres Kun? Obviamente todo seguirá igual con nosotros, somos amigos, mejores amigos.— le sonrió.
Kun sonrió también, no sabia porque había preguntado esas cosas.
—Tienes razón, lo siento, no se que me sucede.— ambos chicos siguieron su camino.
Kun no negaría que todo el proceso fue largo y difícil, debía alejar a los idiotas que molestaban a JaeHyun, animarlo también porque luego lo encontraba por por ahí llorando frustrado en no "ver" resultados. Las tareas, proyectos, etcétera.
Y ahora lo que más quería era que su amigo se apreciara y amará tanto como...
Oh.
Diablos.
Tanto como él lo amaba.
Porque sí, Kun amaba a JaeHyun.
Tal vez siempre lo amó.
Sin darse cuenta ambos estaban frente a la escuela.
—Bien, vamos.— JaeHyun lo sujeto de la mano y Kun se tranquilizó sólo por ese acto.
Miradas, susurros, sonrisas y coqueteos fue lo que recibió Jung YoonOh al entrar a su salón.
Kun no negaba que le enojara eso, ¿por qué el físico de su amigo es más importante que su sola personalidad? JaeHyun era precioso.
Muy precioso y Kun odiaba que nadie se diera cuenta de eso.
—Oh diablos, no.— la voz de JungWoo hizo a YukHei voltear a donde él.
—Wow en serio que si bajo de peso.— YukHei sonrió.
Le gustaría saber si ahora el chico era del agrado de JungWoo, recuerda muy bien cuando lo rechazó frente a todos, tal vez este seria su karma.
—Y lo peor es que es muy atractivo, ay no. JungWoo piensa bien, estas confundido, es muy temprano y no desayunaste.— YukHei rió al escuchar las idioteces que decía su amigo.
—Iré a saludar. — se levantó.
—¡YukHei ven acá! — JungWoo trato de deterlo pero fue en vano.
YukHei lo había pensado bien, tal vez JaeHyun era el chico más afortunado del universo, mira que tener a tú lado a un chico como Kun era como una bendición.
—Buenos días.— saludo con una pequeña sonrisa, los dos chicos estaban sentados.
—¿Vienes a burlarte o algo?— Kun lo miro fijo. Era demasiado protector con JaeHyun.
—¿Qué? Claro que no, de hecho, felicidades JaeHyun, luces genial.— el mencionado sonrió amplio y Kun observó esos lindos hoyuelos en sus mejillas.
Por su parte YukHei observo como los ojos de Kun brillaban al ver a JaeHyun, y quería equivocarse en pensar que tal vez el chino sentía algo por el coreano.
—Este sábado, hay una fiesta, están invitados, en casa de Johnny.— Los miro. —Espero que vayan.—
—Tal vez podamos ir más tarde, ¿no Jae?— recordando que se prometieron ir al parque todos los sábados, llueve o truene.
—Oh claro iremos pero más tarde. —
—Genial, no pueden perderse la fiesta, va a estar todo muy loco.— les sonrió.
—Gracias por la invitación YukHei. — Kun palmeo su brazo y sólo ese gesto lo hizo feliz.
El profesor llego dando inició a la clase del día así que YukHei volvió a un lado de JungWoo.
